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Marruecos asesta un golpe al Polisario al desvelar que su líder está ingresado en España
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Marruecos asesta un golpe al Polisario al desvelar que su líder está ingresado en España

Brahim Ghali, aquejado de Covid y de cáncer, está hospitalizado en Logroño. Su acogida provocó discrepancias entre Asuntos Exteriores e Interior. Marlaska temía el enfado de Rabat

Foto: El líder del Frente Polisario , Brahim Ghali. (Reuters)
El líder del Frente Polisario , Brahim Ghali. (Reuters)
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La opacidad del Frente Polisario, que lucha por la autodeterminación del Sáhara Occidental, le jugó a mediados de semana una mala pasada frente a su enemigo, las autoridades de Marruecos. A través de filtraciones a la prensa, Rabat desveló la enfermedad del líder del movimiento independentista y el lugar donde está ingresado.

Brahim Ghali, de 72 años, secretario general del Polisario, ingresó el domingo en el hospital San Pedro de Logroño (La Rioja) aquejado de covid y enfermo además de cáncer. España le acogió “por razones estrictamente humanitarias”, según las mismas fuentes.

Los saharauis, tanto aquellos de los campamentos de refugiados de Tinduf (suroeste de Argelia) como los que residen en la antigua colonia española, controlada por Marruecos, se enteraron primero la suerte de su líder a través de la prensa marroquí. “Le 360”, un diario digital afín al palacio y a los servicios de inteligencia, fue el primero en dar la noticia que retomaron rápidamente medios franceses y españoles.

Foto: Foto de archivo de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario. (Reuters)

Tras guardar silencio durante horas, Bachir Mustafa Sayed, un consejero de Brahim Ghali, declaró a la agencia EFE en Argel que el líder estaba siendo tratado de una infección por coronavirus en un centro médico argelino y que su evolución es “a mejor”. Más tarde la presidencia de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que España no reconoce, admitió en un comunicado que Ghali estaba enfermo, pero seguía “recuperándose de forma favorable”. No precisó donde se encontraba.

Si su estado de salud no revistiese gravedad, Ghali no habría sido trasladado en un avión argelino de un hospital de Argel al de Logroño previa escala en Zaragoza. La capital riojana fue elegida para ingresarle por ser un lugar pequeño e intentar así guardar el secreto, pero la inteligencia marroquí lo reventó filtrándolo.

En el Gobierno español hubo discrepancias sobre si aceptar o no la solicitud de atención médica del Polisario. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se resistió, temeroso de que tuviese consecuencias negativas en la relación con Marruecos. Su colega de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, se mostró, en cambio, favorable, pero tomó la precaución de informar por cortesía a Rabat. "(…) para nada esta cuestión ni impide ni perturba las excelentes relaciones que España tiene con Marruecos", comentó la ministra a la prensa.

Horas después de que trascendiese la noticia la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos, con sede en España pero afín a las autoridades de Marruecos, pedía a la Audiencia Nacional que a Ghali “se le impida la salida del territorio nacional para su citación e interrogatorio por los graves delitos de lesa humanidad que se le imputan”. El líder del Polisario fue citado en 2016 por un juez instructor como investigado por la presunta comisión de delitos de genocidio, asesinato, torturas contra los refugiados de Tinduf. Aunque la acusación no está bien fundamentada, según fuentes jurídicas, Ghali renunció a viajar a España desde ese año hasta el miércoles pasado.

“(…) si Pedro Sánchez o cualquier otro funcionario del ejecutivo español hubiera dado previamente garantías a las autoridades argelinas de que Ghali quedaría impune, se habría excedido en sus competencias e invadido las del poder judicial”, afirma Barlamane, una publicación marroquí próxima a los servicios de inteligencia. “Hay que abrir una investigación y procesar a los responsables para restablecer los derechos de las víctimas y salvar la democracia española (…)”, concluye este diario digital publicado en un país en el que la Justicia carece de independencia.

La enfermedad de Ghali es un revés para el Polisario, sobre todo en estos tiempos en los que lucha, desde mediados de noviembre, contra el Ejército marroquí a lo largo del muro defensivo que este erigió en el Sáhara Occidental. El 8 de abril un dron marroquí, quizás equipado con tecnología israelí, acabó con la vida, en la zona de Rouss Irni, de Adah el-Bendir, jefe de la Gendarmería del Polisario. Ghali no fue visto desde entonces y se rumoreó que había podido resultar herido en ese ataque, pero, en realidad, cayó enfermo.

Foto: Nasser Bourita, el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos. (EFE)

El Polisario tiene una larga tradición de opacidad a la hora de informar y España cuenta, por su parte, con un largo historial de acogida en sus hospitales a personalidades extranjeras enfermas, algunas de ellas saharauis. El movimiento independentista saharaui trató, por ejemplo, de esconder hasta el último momento el cáncer de pulmón que padeció su anterior presidente, Mohamed Abdelaziz, que falleció en 2016, a los 68 años. Murió en un hospital de EEUU, algo que el Polisario aún no ha confirmado. Poco después, Ghali asumió el mando.

Otros dos responsables saharauis han muerto recientemente en España. Emhamed Khadad, el auténtico jefe de la diplomacia del Polisario, falleció de cáncer, en abril de 2020, en un hospital de Madrid. Dos años antes, en abril de 2018, otro cáncer, de pulmón, acabó con la vida Ahmed Bujari, representante saharaui ante Naciones Unidas, en el Hospital de Cruces, en Baracaldo (Vizcaya).

Enfermo de Covid-19, el ministro argelino de los excombatientes, Tayeb Zitouni, estuvo también ingresado a principios de este año en un hospital español, según reveló la prensa de Argel. Abdelmajid Tebboune, el presidente de Argelia, que también padeció la misma enfermedad, eligió, en cambio, la sanidad de Alemania, donde ha pasado tres meses desde finales de octubre hasta principios de febrero. Alemania fue también la primera opción de Ghali para recibir tratamiento, pero, por razones no aclaradas, acabó en Logroño.

Foto: Imagen del vídeo que circuló por las redes sociales.
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El más conocido de los personajes extranjeros fallecidos este siglo en España fue Omar Bongo, presidente de Gabón, que se apagó a los 73 años en el Hospital Quirón de Barcelona. Estuvo 41 años al frente de su país. El teniente general Emilio Alonso Manglano, fundador de la inteligencia española moderna, que dirigió el Cesid (principal servicio secreto español) de 1981 a 1995, instauró la práctica de acoger a dirigentes del Tercer Mundo, en el poder o en la oposición, en hospitales españoles, generalmente públicos, para ganarse sus favores. Sostenía que quedaban así en deuda con España y siempre se les podría pedir un favor.

La opacidad del Frente Polisario, que lucha por la autodeterminación del Sáhara Occidental, le jugó a mediados de semana una mala pasada frente a su enemigo, las autoridades de Marruecos. A través de filtraciones a la prensa, Rabat desveló la enfermedad del líder del movimiento independentista y el lugar donde está ingresado.

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