Esperanza moderada con la vacuna: solo la mitad cree que traerá normalidad
Los últimos datos recogidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas reflejan las posiciones con las que los españoles afrontan una tercera ola agudizada por la Navidad
En las últimas semanas, en plenas fechas navideñas, la población ha visto cómo las autoridades han ido ampliando las restricciones ante un avance de la pandemia que sigue en aumento y que apunta a consolidarse como la tercera ola. En este contexto, y a las puertas de Navidad, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó las entrevistas para su tercera edición del sondeo dedicado a la crisis sanitaria, en el que se reflejan algunas de las posturas desde las que los españoles afrontaban este nuevo incremento de los contagios y la llegada de la vacuna. Entre otros elementos, indica que menos de la mitad de los ciudadanos creen que el fármaco traerá consigo una vuelta a la vieja normalidad, el 47,6%.
Si hay un elemento que está marcando la actualidad vinculada al coronavirus, ese es la recién estrenada vacuna, que comenzó a administrarse en España el pasado 27 de diciembre. En la encuesta, se pregunta a los españoles cómo ha cambiado la epidemia su comportamiento en distintos ámbitos y cuál creen que será la incidencia del fármaco para revertir el orden pandémico actual y devolver sus vidas al estado previo.
Lo primero que recoge esta encuesta es una nueva constatación de que los ciudadanos tienen claro que el covid-19 ha sacudido su día a día. La mayoría considera que ha trastocado su forma de vivir, de pensar, de cuidarse y de relacionarse. En el primero de los casos, el 75,3% afirma que el virus ha cambiado la manera en que aborda la vida "mucho o bastante" y el 79% piensa que también se han visto alteradas en estos grados sus conductas sociales y sus hábitos. Poco más de la mitad, el 50,9%, indica que también le ha sucedido con su forma de pensar, y un poco más, el 56,4%, admite que la pandemia ha modificado cómo cuida su salud.
Entre quienes creen que su modo de vida es ahora distinto, el 39,8% precisa que se han visto afectadas sus relaciones sociales y las actividades sociales que realizaba, mientras el 32,4% explica que ha limitado sus salidas de casa, desde el ocio a los viajes o los paseos.
Ante la obviedad de que el coronavirus ha puesto nuestras vidas patas arriba, la encuestadora también pregunta a los españoles por si la llegada del fármaco —de Pfizer y Moderna, por el momento— nos va a devolver a ese estado anterior a marzo en el que caminábamos sin mascarilla, abrazábamos a nuestros seres queridos y no se nos ocurría ir a una terraza a tres grados a tomar cerveza fría.
Recuperar la forma de vivir
La vacuna supone el principio del fin de la pandemia, pero solo la mitad de los españoles cree que la vida volverá a la normalidad tras la vacunación. Según el CIS, solo el 47,6% muestra optimismo, y varía mucho según la edad. Mientras los jóvenes entre los 18 y 24 años lo creen en un 33%, esta cifra sube al 55% entre los de 55 y 64 años.
Así, el 25% de españoles cree que, de momento, la vida no volverá a ser como antes de hace un año a pesar de contar con una vacuna. De ellos, el 30% dice que hará falta que “pase tiempo” para ver sus efectos, y el 22% directamente no confía en ella, por la rapidez con que se ha fabricado. También hay un 21% que piensa que la vacuna no será la panacea porque ha habido “muchos cambios en todos los ámbitos y la vida no va a ser igual”. Otro 11% cree que la normalidad no volverá hasta que todo el mundo haya recibido su dosis (el 4% del total).
Según el recuerdo de voto, los que más desconfían del efecto de las vacunas en la cotidianidad son los votantes de Más País y Vox: solo el 28,6% y el 40,7% respectivamente cree que la vida volverá a la normalidad tras la vacuna, frente al 51,5% del PSOE o el 46,4% del PP. Pero sus razones son distintas, mientras que los votantes del partido de Errejón creen que hará falta tiempo (100%), los de Abascal desconfían más bien de su eficacia (31,7%).
La encuesta fue realizada a mediados de diciembre, entre el 11 y el 16 de ese mes, justo cuando el miedo a una tercera ola comenzó a sobrevolar el Ministerio de Sanidad y las sedes de los gobiernos regionales. Tras haber aprobado un plan para Navidad el día 2 del último mes del año, la evolución del covid comenzó a torcerse y lo que era una tendencia de clara mejoría en la mayoría del país comenzó a estancarse para posteriormente empeorar en todo el territorio. Ese 16 de diciembre, cuando el CIS finalizaba la encuesta, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) se reunió para enmendar un marco de restricciones que se demostró demasiado optimista y se vio obligado a aumentar las restricciones.
Entonces, Sanidad y las comunidades apenas acordaron que los gobiernos autonómicos tuvieran la potestad de hacer más restrictivas las medidas inicialmente aprobadas. Según recoge el sondeo, la mayor parte de la población abogaba entonces por adoptar restricciones más drásticas de las que en aquel momento —antes de la enmienda al plan de Navidad— se habían fijado.
Este jueves, la última actualización del departamento todavía dirigido por Salvador Illa recogía una incidencia acumulada en los últimos 14 días de 321 casos por cada 100.000 habitantes. Aquel 16 de diciembre, el informe fijaba este dato en 201 positivos, una situación más favorable y anterior al previsible incremento de la transmisión durante la Navidad. Ya entonces, el 59,2% de los entrevistados consideró que las administraciones debían tomar "medidas más estrictas" a las que se habían tomado.
En los últimos días, superadas ya las fechas clave de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo, múltiples regiones se han movilizado para aumentar las limitaciones ante la expansión del virus. Este lunes, por ejemplo, Cataluña anunció que se aplicaría un cierre perimetral a todos los municipios de su territorio durante 10 días y que se cerrarían centros comerciales y gimnasios, entre otros aspectos, mientras que este mismo jueves fue Castilla y León quien optó por dar un paso más. El Ejecutivo dirigido por Alfonso Fernández Mañueco ordenó el cierre de la hostelería en interior en las provincias de Ávila, Segovia y Palencia, así como un cierre perimetral de la comunidad que podría extenderse hasta mayo. En la Región de Murcia, ya son 22 las localidades cerradas perimetralmente.
En las últimas semanas, en plenas fechas navideñas, la población ha visto cómo las autoridades han ido ampliando las restricciones ante un avance de la pandemia que sigue en aumento y que apunta a consolidarse como la tercera ola. En este contexto, y a las puertas de Navidad, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó las entrevistas para su tercera edición del sondeo dedicado a la crisis sanitaria, en el que se reflejan algunas de las posturas desde las que los españoles afrontaban este nuevo incremento de los contagios y la llegada de la vacuna. Entre otros elementos, indica que menos de la mitad de los ciudadanos creen que el fármaco traerá consigo una vuelta a la vieja normalidad, el 47,6%.