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Los hospitales esperan un aluvión de ingresos inminente: "Ya no hay vuelta atrás"
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EL IMPACTO DE LA TERCERA OLA

Los hospitales esperan un aluvión de ingresos inminente: "Ya no hay vuelta atrás"

Terminan las fiestas navideñas y comienza la dura realidad: estamos en el inicio de una avalancha de positivos por covid-19. La magnitud del desastre se verá en los próximos días

Foto: Personal sanitario lleva a un paciente a las Urgencias del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza. (EFE)
Personal sanitario lleva a un paciente a las Urgencias del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza. (EFE)
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Los médicos y enfermeros de los grandes hospitales españoles asisten al paso de los días como el que ve un accidente a cámara lenta: saben que van derechos al desastre, pero no tienen forma evitarlo. Celebradas ya la Nochebuena y la Nochevieja más todas las reuniones con primos y amigos, solo queda esperar a que florezca una nueva oleada de contagios de coronavirus, cuya magnitud, advierten los expertos, comprobaremos a finales de esta semana. Si la curva de contagios se dispara en una vertical empinada, al estilo de lo que estamos viendo estos días en Reino Unido, prepárense, porque podemos regresar a un cerrojazo de la economía en todo el país, tal como ya tantean algunas comunidades autónomas.

Foto: Un médico, con una vacuna de Pzifer. (Reuters)

“Hace dos semanas, daban positivo por covid-19 uno de cada siete pacientes en la consulta de dolencias respiratorias; ahora da positivo uno de cada tres, y encima tenemos más afluencia cada día que pasa”, adelanta Guillén del Barrio, enfermero de Urgencias del Hospital de La Paz en Madrid. “Notamos signos evidentes de empeoramiento y nos replanteamos reabrir el gimnasio de fisioterapia para alojar a pacientes covid antes de su ingreso en planta, porque vamos camino de saturar la zona de preingreso de Urgencias. Hace un mes, ese gimnasio volvió a utilizarse para lo que está pensado, pero las Navidades nos han hecho retroceder”.

Todos los sanitarios en los hospitales españoles saben que la tercera ola (o un repunte de la segunda que nunca nos abandonó) está tocando a la puerta. Solo queda prepararse y esperar a que el impacto hospitalario sea menor de lo esperado. En el Hospital de Torrejón de Ardoz, por ejemplo, los sanitarios confirman que hay muchos más ingresos por covid-19 que en los días previos a la Navidad, pero que la escalada y la gravedad de los cuadros “no tienen nada que ver con el caos de principios de octubre y mucho menos el de marzo”. En el Hospital 12 de Octubre, uno de los más azotados en todo el país, todavía no hay un impacto importante, si bien los protocolos están listos para recibir la tercera ola de infectados navideños “a partir de la semana que viene”, indica un enfermero que lleva cinco meses trabajando en un pasillo aislado de pacientes con coronavirus. En redes sociales, sanitarios de varios hospitales españoles alertan del probable alud de infectados.

Todos sabíamos antes de la Navidad que esto podía suceder y ya lo tenemos frente a nuestras narices. Mientras los hospitales atienden a los primeros caídos de la tercera ola, los gobiernos autonómicos diseñan nuevos paquetes de medidas para frenar la sangría. El gran problema es que el rastro de las cadenas de contagio se ha perdido ante la gran movilidad social de estas fiestas, y una vez ocurre esto, la única respuesta posible es endurecer las restricciones para toda la sociedad.

De seis en seis hacia el desastre

“Es posible que en los próximos días asistamos a cierres de comunidades autónomas o de zonas sanitarias, pero cuando todas las comunidades están en índices de contagio de 300 o 400 positivos por cada 100.000 habitantes, cerrar una comunidad o un barrio tiene poco sentido, porque ya tienes el virus dentro. Se trata de un teatro de la prevención en el que se toman medidas sin mucho fondo”, señala Salvador Peiró, director del área de investigación en servicios de salud de la Fundación para la Investigación Sanitaria y Biomédica (Fisabio) de la Comunidad Valenciana.

“La clave en esta oleada será la misma de siempre”, prosigue Peiró, “ver cómo reduces los contactos entre los no convivientes de forma drástica. En Navidad, se hizo mucho hincapié en no juntar a más de seis personas en la misma mesa, pero lo que importa no es tanto el número como la variedad de personas con quienes te juntas, y hemos asistido a millones de reuniones de seis personas durante toda la Navidad, sobre todo en los días previos a Nochebuena y Nochevieja. Cuatro fiestas de 200 personas no son el problema, el problema son esos millones de pequeñas reuniones entre no convivientes. Por desgracia, ya no hay vuelta atrás y tendremos que saber gestionar este nuevo repunte”.

Los datos que maneja Fisabio reflejan que los españoles hemos sido responsables en las fechas importantes de la Navidad, pero que sin embargo nos hemos relajado en los días previos y posteriores. De nada sirve cenar solo en Nochebuena para proteger a tus mayores si el resto de días acudes a comidas y cervezas con amigos y familiares, indican los expertos.

placeholder Un grupo de jóvenes, en una terraza en San Fernando de Henares. (EFE)
Un grupo de jóvenes, en una terraza en San Fernando de Henares. (EFE)

En las salas de Urgencias, los sanitarios trabajan en una mezcla de enfado ante lo evitable y resignación crónica. El perfil de los positivos por covid-19 con cuadros severos es muy variado y alberga cualquier rango social. “Tenemos de todo, gente joven y mayores, que son los que suelen ingresar en planta”, cuenta Del Barrio en La Paz. “En la primera ola, tuvimos muchísima gente mayor en Urgencias y en la UVI, en la segunda ola, el rango de edad bajó y hubo menos ingreso en UVI, y ahora vemos perfiles muy variados y no sabemos aún si se saturarán las UVI”.

¿Han sido las restricciones demasiado laxas esta Navidad? Todo indica que sí. Pero no era tan sencillo encontrar el equilibrio entre contener el virus de forma drástica y permitir a millones de españoles un pequeño respiro familiar en un año tan duro. Así lo explica Miquel Porta, investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y expresidente de la Sociedad Española de Epidemiología. “Ya dijimos en otoño que sería una época de mucho malestar y la política ha tratado de buscar el equilibrio. Sería muy fácil ponerme del lado de colegas que pidieron medidas más drásticas, pero quien las pide no cuantifica el impacto no solo económico sino social, que lo trasciende todo. No ganamos nada haciendo más sangre de la que ya corre”.

Quien pidió medidas más drásticas no cuantifica el impacto económico y social

A la espera de conocer en breve la magnitud de esta tercera ola (los sanitarios se dan hasta 15 días de margen para conocer el impacto real), el gran problema añadido, una vez más, es el retraso en los tratamientos de enfermedades no covid. Hay hospitales, como el de Torrejón de Ardoz, que mantienen la actividad en quirófanos y el resto de intervenciones, pero otros muchos en todo el país han tenido que posponer cirugías y tratamientos ante la nueva avalancha del virus que ya llega.

“Los hospitales están aterrorizados por la llegada de esta ola. Se hacen esfuerzos enormes por no suspender el servicio de oncología, pero al final los hospitales se quedan en Urgencias y covid”, subraya Peiró. "Un 20% de camas ocupadas por el virus te lo destroza todo, y esa es la otra cara de esta moneda, la gente que no atendemos porque nos tenemos que dedicar al covid, cuyas medidas de prevención además nos impiden trabajar en condiciones".

Los médicos y enfermeros de los grandes hospitales españoles asisten al paso de los días como el que ve un accidente a cámara lenta: saben que van derechos al desastre, pero no tienen forma evitarlo. Celebradas ya la Nochebuena y la Nochevieja más todas las reuniones con primos y amigos, solo queda esperar a que florezca una nueva oleada de contagios de coronavirus, cuya magnitud, advierten los expertos, comprobaremos a finales de esta semana. Si la curva de contagios se dispara en una vertical empinada, al estilo de lo que estamos viendo estos días en Reino Unido, prepárense, porque podemos regresar a un cerrojazo de la economía en todo el país, tal como ya tantean algunas comunidades autónomas.

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