Es noticia
Siete gráficos que muestran las diferencias entre las muertes del covid y la gripe de 1918
  1. España
ANÁLISIS DE LAS ESTADÍSTICAS DE 1918

Siete gráficos que muestran las diferencias entre las muertes del covid y la gripe de 1918

La gripe causó un exceso de 200.000 fallecimientos, por los 48.000 de la primera ola del coronavirus. Un siglo de avances médicos ha permitido reducir la letalidad entre ambas pandemias

Foto: Página con las defunciones por meses ocurridas en 1918 del Movimiento Natural de la Población, del Instituto Nacional de Estadística.
Página con las defunciones por meses ocurridas en 1918 del Movimiento Natural de la Población, del Instituto Nacional de Estadística.

Pasada la primera ola del SARS-CoV-2 en España y Europa durante la primavera de 2020, es momento de evaluar el impacto provocado —directa o indirectamente— por el coronavirus. Los últimos datos semanales de mortalidad publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) han elevado el exceso de mortalidad a 48.000 personas durante los dos meses de mayor impacto del covid-19 en nuestro país sobre el promedio histórico, si bien el Ministerio de Sanidad habla de 27.000 muertes causadas por el coronavirus (esta cifra solo tiene en cuenta aquellas personas fallecidas con prueba PCR positiva). Las 48.000 defunciones de más es la primera cifra provisional calculada a partir de todos los registros civiles. Durante los próximos meses se consolidará esta información y habrá algunas diferencias, aunque en un principio serán ya mínimas.

Desde que el covid-19 irrumpió en nuestras vidas, los paralelismos con la gripe de 1918 —conocida como gripe española, ya que nuestro país, neutral en la Primera Guerra Mundial, le hizo más caso que los países en guerra pese a que surgió en una base militar de Estados Unidos— han sido constantes, quizá por tratarse de la última pandemia mundial vivida por la humanidad.

Pero más allá del impacto en las sociedades del siglo XX y XXI, respectivamente, la mortalidad provocada por ambas pandemias en España tiene más diferencias que similitudes. Un rastreo por el fondo documental digitalizado del INE y las estadísticas del Movimiento Natural de la Población de los últimos 160 años —antes de que existieran las hojas de cálculo y las bases de datos— así lo ponen de manifiesto.

El contexto de la época

Empecemos por el contexto con el que se encontró la gripe mundial en la España de 1918, cuando moría casi el triple de gente que en la actualidad (unas 22 muertes por cada 1.000 habitantes, por las 9 del año pasado) y la esperanza de vida al nacer era de 41 años. En aquella época no se había desarrollado la sanidad pública, la tecnología sanitaria brillaba por su ausencia, las vacunas daban sus primeros pasos, las condiciones de higiene y salubridad todavía no eran las mejores y gran parte de la sociedad española aún vivía en la pobreza y el analfabetismo. Aunque la mortalidad ya estaba cayendo gracias a los primeros avances médicos, las pandemias de enfermedades contagiosas, como el cólera en 1885 o la gripe en 1918, aún seguían encontrando un terreno favorable para campar a sus anchas y causar estragos en unos ciudadanos ya débiles físicamente de por sí.

Un siglo después, la situación en España es diametralmente opuesta: la esperanza de vida se ha duplicado hasta los 83 años, tenemos una sanidad pública consolidada, el cuidado de enfermos y mayores está a la orden del día, los avances científicos y tecnológicos salvan millones de vidas en todo el mundo y, en caso de no disponer el material sanitario adecuado, el comercio mundial y la globalización permiten importarlo a una velocidad récord. La tasa de mortalidad está por debajo de las 9 muertes por 1.000 personas desde la posguerra, y los picos de defunciones apenas se notan en el gráfico anterior.

En 2020 se vive mucho mejor que en 1918.

La sociedad actual está mejor preparada para amortiguar una pandemia mundial que la de 1918. Ello no quiere decir que no se hayan cometido errores o que se hubieran podido hacer mejor las cosas para frenar la expansión mundial del coronavirus. Pero como veremos a continuación, un siglo de avances en la sanidad ha permitido reducir considerablemente la mortalidad entre ambas pandemias mundiales.

El exceso de mortalidad

A partir de este momento vamos a utilizar el número total de muertes en números absolutos, ya que el objetivo no es comparar la mortalidad de la gripe de 1918 con la del covid-19, porque como ya hemos comentado, antes moría mucha más gente que ahora. Para que se hagan una idea: tanto en la segunda década del siglo XX como en la segunda del XXI cada año morían en España más de 400.000 personas, solo que hace 100 años en nuestro país vivían 21 millones de personas por los 47 millones en la actualidad.

Otro apunte previo: nos vamos a referir al total de muertes —independientemente de su causa— y al exceso de mortalidad ocurridos en España durante ambas pandemias, y no a la tasa de letalidad (personas fallecidas con PCR positiva en relación con las personas infectadas).

En el peor mes de la gripe de hace un siglo, en octubre de 1918, el número total de muertes ocurridas en toda España se multiplicaron por cuatro hasta superar las 160.000 mensuales, mientras que las defunciones de marzo y abril de este año se duplicaron respecto al promedio de los últimos cuatro años —en 2019 hubo menos muertes que en los dos años anteriores—.

Si agrupamos los tres meses de mayor incidencia de ambas epidemias —otoño de 1918 y primavera de 2020—, el exceso de mortalidad causado por la gripe superó las 200.000 muertes (186%) mientras que el del coronavirus es de 48.000 (46%).

De este exceso de 200.000 fallecimientos ocurridos a raíz de la gripe española, 177.000 se debieron a enfermedades respiratorias (gripe, bronquitis o neumonía), tal y como aparecen en la estadística de defunciones de 1918. Habrá que esperar un año para que se conozca la distribución según la causa del fallecimiento durante la pandemia del coronavirus.

Los grupos de edad más afectados

Hace un siglo había dos grupos de edad que morían más que el resto: los niños y los mayores. Pero ambos fueron los que menos sufrieron los excesos de mortalidad derivados de la gripe mundial. En cambio, los fallecimientos entre las personas de 10 a 44 años se duplicaron y, entre los adultos de 25 a 34 años, se triplicaron. Aun así, todos los estratos de la población vieron aumentar su mortalidad.

Esto no ha ocurrido en 2020 con el coronavirus, que se ha ensañado especialmente con los mayores de 65 años: el 95% del exceso de mortalidad detectado por el sistema MoMo corresponde a muertes de los grupos de más edad.

Las provincias más afectadas

Junto a la distribución por edad, el mapa de las provincias más afectadas es la otra gran diferencia entre ambas pandemias. Mientras la movilidad en torno al área de influencia de Madrid ha tenido un gran impacto en la expansión del coronavirus —además de otros dos focos en Barcelona y País Vasco/La Rioja—, los mayores aumentos de fallecimientos en 1918 se concentraron en las provincias rurales de Castilla.

La tasa de mortalidad se duplicó en Zamora; en Burgos, León y Logroño —así se conocía por entonces la provincia riojana— aumentó por encima del 85%, y en Álava, Palencia y Segovia superó el 70%. Además, Almería y A Coruña también sufrieron un considerable aumento de la mortalidad durante al año 1918. En cambio, Madrid, Sevilla y Cádiz fueron las provincias que notaron un menor aumento de los fallecimientos, además de Canarias, que se benefició de su lejanía de la península, algo que también ha ocurrido durante el coronavirus.

Qué ocurrió en 1919 y 1920

Los epidemiólogos e investigadores hablan de tres o cuatro olas de la gripe española: primavera y otoño de 1918 —esta última, la más letal en España—, brotes leves en 1919 y uno último a principios de 1920. Aunque hubo brotes locales en España durante estos años, en la evolución nacional de los fallecimientos se aprecia dos picos: el más importante de octubre de 1918 y otro importante en enero de 1920, coincidiendo con la ola más fuerte en Madrid capital.

La inmensa mayoría de epidemiólogos da por descontado nuevas olas de coronavirus durante al menos los dos próximos años, aunque difieren en la frecuencia e intensidad de las mismas. Países como Irán ya están sufriendo esta segunda ola, mientras otros como Corea del Sur han detectado nuevos brotes que han sabido controlar a tiempo.

Si sumamos el exceso de 48.000 muertes durante la primera ola del coronavirus a los 420.000 fallecimientos que se producen de media cada año en nuestro país —a expensas de lo que pueda ocurrir en lo que resta de año—, la tasa de mortalidad estaría muy cerca de rebasar las 10 por 1.000, algo que no ocurre en España desde hace 70 años. Y en un año este indicador habría aumentado en un punto, algo que no pasaba desde la época de la Guerra Civil y la posguerra.

La gripe de otoño de 1918 hizo aumentar la tasa de mortalidad en 11 puntos en un año, al pasar de 22 a 33 muertes por mil.

Sí, en 2020 se vive mucho mejor que en 1918. Pese al coronavirus.

Metodología y fuentes

Las cifras de habitantes y fallecimientos anuales anteriores a 1941 se han recopilado de las estadísticas del Movimiento Natural de la Población (MNP) digitalizadas en el fondo documental del INE. En algunos casos, especialmente las referidas al siglo XIX, se han tomado los datos de los volúmenes de principios del siglo XX (como el de 1901), al haber consolidado y actualizado cifras de décadas pasadas. El número de defunciones entre 1941 y 2019 y el de población entre 1971 y 2019 se ha tomado de ambas series históricas del INE. Las cifras de población entre 1941 y 1970 se han tomado de los anuarios estadísticos de 1950, 1960 y 1970, también digitalizados en el fondo documental del INE. El detalle de las defunciones ocurridas entre los años 1917 y 1920 procede de las estadísticas del MNP de esos mismos años.

Las defunciones mensuales de 2020 se han calculado a partir de las defunciones semanales publicadas esta semana por el INE en una estadística experimental que abarca hasta el 24 de mayo. Las muertes de la última semana de mayo proceden del sistema MoMo, que abarca el 93% de la población, por lo que las muertes ocurridas en 2020 están ligeramente infraestimadas. No obstante, se ha mantenido como referencia el exceso de mortalidad de 48.000 personas calculado para el periodo comprendido entre el 9 de marzo y el 10 de mayo. Al abarcar días de dos meses diferentes, las muertes ocurridas en las semanas 1, 5, 9, 14 y 18 se han prorrateado y asignado en función del número de días de cada mes.

Pasada la primera ola del SARS-CoV-2 en España y Europa durante la primavera de 2020, es momento de evaluar el impacto provocado —directa o indirectamente— por el coronavirus. Los últimos datos semanales de mortalidad publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) han elevado el exceso de mortalidad a 48.000 personas durante los dos meses de mayor impacto del covid-19 en nuestro país sobre el promedio histórico, si bien el Ministerio de Sanidad habla de 27.000 muertes causadas por el coronavirus (esta cifra solo tiene en cuenta aquellas personas fallecidas con prueba PCR positiva). Las 48.000 defunciones de más es la primera cifra provisional calculada a partir de todos los registros civiles. Durante los próximos meses se consolidará esta información y habrá algunas diferencias, aunque en un principio serán ya mínimas.

Ministerio de Sanidad Gripe
El redactor recomienda