Iglesias, sobre su enganchada con Vox: "Ayer dije la verdad, pero me equivoqué"

"Ayer dije la verdad pero me equivoqué, porque al caer en una provocación, quité el foco en los temas importantes, que eran los de la reconstrucción". Pablo Iglesias recula. Tras una trifulca este jueves en el Congreso con Vox, el vicepresidente segundo del Gobierno recoge cable, aunque no llega a pedir perdón.

La polémica por las palabras del líder de Unidas Podemos llegó hasta el Consejo de Ministros extraordinario de este viernes, el que aprobó un nuevo derecho ciudadano, el del ingreso mínimo vital (IMV), que oscilará entre 461 y 1.015 euros al mes y beneficiará a unos 850.000 hogares. Iglesias había afirmado en la Cámara Baja que a la formación de ultraderecha "le gustaría dar un golpe de Estado", aunque "no se atreve". Fue en el seno de la Comisión para la Reconstrucción en el Congreso, montada para intentar armar un gran acuerdo nacional que haga frente a la devastación social y económica del país tras el estallido de la pandemia del covid-19. La acusación del jefe del partido morado, el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, abandonó la comisión. "Cierre al salir", le espetó Iglesias.

"Hoy no me voy a volver a equivocar", señaló el vicepresidente segundo este viernes, tras la pregunta de una periodista. "El tema fundamental es el IMV, que es un nuevo derecho. Nuestro país constribuye a construir el cuarto pilar del Estado del bienestar y es una victoria de la sociedad civil, que lleva muchos años reclamándolo", remachó.

"Hoy no me voy a volver a equivocar. El tema fundamental es el IMV, que es un nuevo derecho [...], una victoria de la sociedad civil", asegura

La reacción de Iglesias era esperable. Sus palabras en el Congreso habían generado malestar en el socio mayoritario de la coalición. El PSOE no es partidario de "igualarse" a la derecha, aunque sí de "señalar" su actitud poco constructiva, a su juicio. Y no es partidario de ese tipo de ataques en sede parlamentaria. Las disculpas del presidente de la comisión, el socialista Patxi López, por no haber estado "a la altura" cuando se produjo el encontronazo y por no haberlo sabido frenar, fueron de hecho celebradas por el partido. El rifirrafe en la Cámara Baja, de hecho, arruinó el desarrollo del los trabajos en ese foro y metió al Gobierno de nuevo en la turbina de la polémica, como guinda a dos semanas de ruido y furia que arrancaron con el pacto con Bildu y prosiguieron con la cadena de destituciones y dimisiones en la Guardia Civil.

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"Lo contrario que en 2008"

Iglesias quiso evidenciar su repliegue y se mostró extraordinariamente cauto desde la Moncloa. Pero también dejó claro al mismo tiempo que sigue pensando lo mismo. Preguntado por la espiral de tensión tanto en las instituciones como en la calle, aseguró que "la crispación es un mecanismo político que sirve para controlar la agenda". "La crispación sirve para que no se hable del escudo social [que el Gobierno ha armado para proteger a los más vulnerables frente al covid-19], sirve para que no se hable de que, a diferencia de la crisis de 2008, este Gobierno ha hecho lo contrario: proteger el empleo, proteger el tejido productivo, prohibir los desahucios sin alternativa habituacional y los cortes de suministros, hacer una movilización de recursos histórica", explicó.

"La crispación", sigue, "es un mecanismo político que sirve para controlar la agenda, para que no se hable del escudo social" impulsado por el Gobierno

El jefe de Podemos, por tanto, estaba situando en la oposición la responsabilidad de crear un clima de tensión y agresividad. "La crispación podría servir para que no se hablara del ingreso mínimo vital. Con respecto a su pregunta, usted sabe perfectamente qué es lo que yo pienso —le dijo al periodista, en un gesto que indicaba que se estaba mordiendo la lengua—, pero hoy creo que de lo que toca hablar es de la conquista de un nuevo derecho de ciudadanía en España, el IMV. Entiendo que la oposición no va a querer que se hable de esto, pero por mi parte no voy a contribuir a quitar el más mínimo foco a una conquista democrática para nuestra patria, enormemente importante, que va a permitir a millones de compatriotas afrontar la vida con un poquito más de dignidad y que desde luego es un avance democrático en el sentido de vincular la democracia y la libertad a unas condiciones mínimas materiales de existencia".

Iglesias, pues, no se quería desviar del IMV [aquí, las claves de la prestación en PDF], uno de los compromisos del acuerdo de gobierno de PSOE y Unidas Podemos y cuya aprobación ha acelerado la coalición por la emergencia del covid-19. Este viernes se vestía de largo la medida, presentada además por el vicepresidente segundo y por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. La consigna era obvia: que nada se llevase el foco, que se remarcase la importancia de una iniciativa inédita en todo el país y que, con la "solemnidad" que exige el luto oficial, decretado hasta las 00:00 del 6 de junio, hay que "celebrar". "Los que quieran crispar, que crispen", remachó, dirigiéndose a la oposición. Vox, mientras, niega ser responsable de la crispación.

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"Libertad para contagiar"

Lo sucedido este jueves sirvió asimismo para que PSOE y Unidas Podemos sincronizaran su discurso, aunque las formas empleadas por Iglesias en el Congreso no sean compartidas por el partido de Pedro Sánchez. Así, María Jesús Montero, la portavoz del Gobierno, sí atribuyó la "estrategia de la cripación" a las derechas, a las que cuesta "mucho digerir" la victoria en las urnas de las izquierdas y que pilote en España un Ejecutivo con "prioridades sociales" y que está afrontando una de las crisis "más importantes" en la reciente historia democrática, provocada en este casos por el coronavirus.

Montero acusa a la derecha de crispar y de no "digerir" la victoria de la izquierda. Y se dirige al PP: que "arrime el hombro" y no se preocupe por Vox

Frente a manifestaciones como la de Vox del pasado sábado, en la que, "bajo el grito de 'libertad' se pretendía la 'libertad para contagiar", el Gobierno hace un "llamamiento a la calma y a la responsabilidad". "Desde esta sala del Consejo nunca hemos contribuido ni a aumentar los decibelios ni el ruido, para que podamos dialogar y tendernos la mano", insistió. La titular de Hacienda recordó que fue el Ejecutivo, de hecho, el que propuso esa Comisión para la Reconstrucción, que sirva para acordar recetas de cara al futuro. Montero subrayó que se espera del PP que, en una de las crisis más importantes de la actual democracia, "arrime el hombro", en lugar de estar "tan preocupado por Vox".

También Iglesias se mostró cauto respecto a una cuestión a la que sí se refirió ayer jueves en el Congreso: los dirigentes independentistas catalanes condenados Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. A ellos los llamó en el Congreso "demócratas", mientras que su partido firma un manifiesto que pide la libertad para ambos y que suscriben ERC, Junts per Catalunya, PNV o Bildu. "La posición de mi partido ya la conoce usted. Aquí comparezco como vicepresidente y no me toca hacer comentarios al respecto", se limitó a decir Iglesias.

Montero, mientras, se remitió a las palabras de su compañero y advirtió de que esta cuestión no había sido abordada en el Consejo de Ministros. No obstante, recordó que el Ejecutivo respeta los ritmos y las decisiones de los tribunales y de las juntas de tratamiento de las cárceles. Las palabras de Iglesias, dijo, se circunscriben a su ámbito como líder de Podemos.