Álvarez de Toledo eclipsa a Casado mientras se dispara el malestar en el Grupo Popular

El titular de la sesión de control al Gobierno se lo llevó Cayetana Álvarez de Toledo. No es la primera vez. Pero después de llevar unas semanas fuera del foco, la portavoz de los populares —una apuesta personal de Pablo Casado— volvió a eclipsar las intervenciones del resto de dirigentes, incluida la de su propio presidente y la diputada Teresa Jiménez Becerril, hermana de un concejal asesinado por ETA, que confrontó directamente con el ministro del Interior.

La jornada comenzaba con el habitual duelo entre Pedro Sánchez y Casado —“ya sabíamos que pactaría hasta con el diablo para seguir en Moncloa… y que también le traicionaría”, lanzaba el jefe de la oposición—, con dos asuntos capitales para poner contra las cuerdas al presidente: su último pacto con EH Bildu a espaldas de la Cámara una semana antes y el terremoto desatado en la cartera de Fernando Grande-Marlaska. En el Grupo Popular, insisten en que “todo debía focalizarse en el asunto de la Guardia Civil” sin generar otros titulares que, además, acabarían volviéndose en contra del PP.

Al final, Álvarez de Toledo acaparó todas las miradas en su interpelación al vicepresidente segundo del Gobierno. “Usted es hijo de un terrorista. Esa es la aristocracia a la que pertenece. La del crimen político”, espetó ante el asombro de la mayoría de grupos parlamentarios, incluido el suyo, a pesar del aplauso que cosechó en su bancada. El diputado Jaime Mateu se puso en pie. Solo él. Dirigentes del grupo rival, Vox, no dudaron en unirse a las palmadas. Iván Espinosa de los Monteros fue uno de los que la respaldaron.

Sin embargo, el desánimo cunde cada vez más dentro del grupo parlamentario popular. Distintos diputados reconocen que este tipo de intervenciones “resta” el trabajo que están llevando a cabo en el partido y consideran que lo único que puede hacer es “perjudicar” a Casado. Sobre todo, apuntan, en días como este miércoles, en que el Ejecutivo tenía todas las de perder. “Con un escándalo como el que tienen en Interior, es absurdo hacer esto. Y menos aún recurrir a los insultos”, añaden parlamentarios veteranos.

Que Álvarez de Toledo es un verso suelto lo saben todos en el PP. Unos días antes de declararse el estado de alarma, la portavoz protagonizó otro de los episodios más polémicos cuando aseguró que La Sexta “hacía negocio con la erosión del sistema democrático”. El silencio en el PP fue atronador y los pocos dirigentes que decidieron hablar, algunos barones como Alberto Núñez Feijóo o Juanma Moreno Bonilla, lo hicieron para reprocharle sus declaraciones. Como ya publicó este diario, la apuesta de Casado en el Congreso constataba su soledad. Solo contaba con el apoyo del presidente y José María Aznar.

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Pero más allá de que a nadie le sorprenda su manera de ir por libre, compañeros del grupo reconocen que la preocupación va en aumento. Creen que la intervención de este miércoles dejó claro que tiene “una estrategia y una agenda propias”, más allá de los objetivos comunes del partido. Insisten en que en la situación actual de pandemia y crisis, los populares tienen que cumplir una hoja de ruta concreta y aglutinar los esfuerzos para demostrar que son la única alternativa a Pedro Sánchez.

Probablemente, la sorpresa fue aún mayor viendo que eclipsaba por completo a Casado después de varias semanas en la sombra. El martes se cumplió un mes desde que Álvarez de Toledo dio su última rueda de prensa tras la junta de portavoces, una cita con los medios habitual que otros grupos mantienen intacta, especialmente esta última, teniendo en cuenta toda la polémica desatada en Interior.

Desde el PP, aseguran que la decisión de no dar ruedas de prensa es exclusivamente de la diputada y que no hay nada detrás. El hecho es que este perfil bajo coincide también con que es la única portavoz parlamentaria que no forma parte de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica creada en el Congreso por la crisis del covid-19 y convertida en uno de los principales escenarios políticos del momento.

Mientras que todos los grupos se decantaron por mantener en la portavocía de la comisión a su dirigente habitual, el PP decidió poner al frente a la expresidenta del Congreso y exministra de Sanidad Ana Pastor. Los populares sostienen que precisamente su experiencia en estos cargos la convierte en su mejor cartel. Pero la decisión también coincide con los últimos movimientos de Casado, que ha querido rodearse de pesos pesados del PP con veteranía en gestión y que son perfiles más moderados. Es el caso de Pastor y el de Elvira Rodríguez, entre otros.

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A pesar del malestar generado por la portavoz en los últimos tiempos dentro del grupo, todos los diputados consultados por este diario coinciden en que fue una decisión de Casado y que será el presidente el que establezca si debe haber cambios o no. La mayoría cree que en el corto o medio plazo no los habrá. El líder de los populares siempre ha considerado un valor al alza a Álvarez de Toledo, por su perfil más intelectual y sus recursos indiscutibles desde la tribuna, convertida en el azote de la vicepresidenta primera y otros miembros del Gobierno tan a menudo. Además, de alguna manera, en el PP entienden que anula las expectativas de Vox de pescar en una parte de su electorado.

Sin embargo, la intervención de este miércoles, igual que otras anteriores, choca con la estrategia que desarrolla Casado desde hace tiempo, evitando el cuerpo a cuerpo con otros partidos de la oposición, ejerciendo como árbitro dentro de la derecha y manteniéndose como partido de Estado y de gobierno a pesar de no apoyar la última prórroga del estado de alarma.