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Euskadi 1-Andalucía y Valencia 0: los opacos criterios de desescalada alimentan el agravio
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comienza la fase 1

Euskadi 1-Andalucía y Valencia 0: los opacos criterios de desescalada alimentan el agravio

El peso de la opinión de los expertos del Ministerio de Sanidad y la falta de datos hacen imposible fiscalizar desde fuera la decisión sobre el paso a la fase 1 de la desescalada

Foto: Ximo Puig, presidente de la Generalitat, compareció este domingo tras la reunión de las comunidades con Pedro Sánchez. (EFE)
Ximo Puig, presidente de la Generalitat, compareció este domingo tras la reunión de las comunidades con Pedro Sánchez. (EFE)

El primer cambio de fase en la desescalada ha acabado en bronca política. Algunas comunidades se han quejado de que el Gobierno no haya autorizado el paso a la fase 1 de todo su territorio a pesar cumplir con los criterios. Es el caso de la Comunidad Valenciana o Andalucía, que se sienten agraviadas en comparación con otras y que se quejaron a Pedro Sánchez este domingo en la conferencia de presidentes autonómicos. Cuando presentó el plan de desescalada, el presidente anunció una transparencia en los criterios que no ha sido tal y que ha aumentado la suspicacia sobre algunas regiones como el País Vasco, que negoció unas condiciones especiales para su tres provincias.

La fase 1 tendrá varias peculiaridades en Euskadi. Allí no abrirán bibliotecas, museos o gimnasios y se permitirá la movilidad interprovincial en "entre municipios colindantes de tránsito habitual para la realización de actividades socioeconómicas". Eso ha sentado mal en otras comunidades que aspiraban a que todo su territorio pasara de fase y cuya propuesta fue rechazada por el Gobierno. En la Comunidad Valenciana han pasado 10 de sus 24 departamentos de salud. Y en Andalucía, Granada y Málaga seguirán en la fase 0. El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, lamenta el daño a la imagen de la Costa del Sol como destino turístico y defiende que la provincia malagueña tenía mejores indicadores que Vizcaya.

Pero ¿cómo se ha tomado la decisión? ¿Cuáles son esos criterios? La opacidad de los mismos —solo se hicieron públicos al completo después de que se tomara la decisión sobre qué provincias pasaban a la fase 1— y el reconocimiento por parte del Gobierno de que el proceso incluye una negociación entre administraciones alimentan la sensación de falta de objetividad.

El cuadro de mandos para la desescalada incluye 16 criterios (aunque no especifica umbrales en la mayoría de ellos) y también apunta que se valoran "todos los demás protocolos y procedimientos relacionados con la gestión de la pandemia". Desde el primer momento, el Ministerio de Sanidad dijo que la decisión no iba a tener solo una base cuantitativa, sino también cualitativa. El peso de la opinión de los expertos del ministerio y la falta de datos hacen imposible fiscalizar desde fuera lo sucedido.

Los datos diarios que ofrece desde hace más de dos meses el Ministerio de Sanidad y los que publica en su web el Instituto de Salud Carlos III no coinciden con los que se piden a las comunidades para evaluar su posible cambio de fase. Y están agregados a escala de comunidad autónoma, por lo que, salvo en las comunidades uniprovinciales, no sirven para hacerse de una idea de la situación de una provincia. Tampoco se han publicado sus informes finales.

Foto: El presidente andaluz Juanma Moreno, en el palacio de San Telmo de Sevilla. (EFE)

Con los pocos datos disponibles se pueden comparar las tres comunidades algunos de los criterios utilizados por Sanidad. Según publicó El Confidencial la semana pasada, de las tres regiones Andalucía era la que más difícil tenía alcanzar la cantidad mínima de camas exigida por Sanidad. La Comunidad Valenciana y el País Vasco tenían situaciones más holgadas. Entre el 29 de abril y el 5 de mayo, la semana previa a la presentación de las propuestas por parte de las comunidades, Euskadi fue la que más hospitalizaciones registró.

Otro de los criterios utilizados era la letalidad en la semana previa. El 29 de abril, Andalucía tenía una letalidad del 10,07%, la Comunidad Valenciana tenía un 11,96% y el País Vasco, un 10,49%. El cinco de mayo, la letalidad de cada una era de 10,47%, 12,25% y 10,49. De las tres comunidades, Andalucía fue la que más muertes registró en esa semana, pero también es la que más población tiene. En la tasa de muertes por millón, el País Vasco triplicó a las otras dos regiones. La Comunidad Valenciana tenía el Rt (que mide el número promedio de casos secundarios que cada infectado puede llegar a infectar en una etapa de tiempo) más alto de las tres el 5 de mayo.

Las comunidades que se sienten agraviadas podrían publicar las propuestas enviadas al Ministerio de Sanidad para defender su postura, pero no todas lo han hecho. La Comunidad Valenciana, que al principio dijo que no lo haría si no lo hacía el resto, lo hizo este domingo (puede consultarlo aquí). Es un documento de 212 páginas que detalla la situación de la epidemia en la región (en los tres niveles: autonómico, provincial y departamental) y las medidas planificadas para la hacer frente a ella a partir de ahora.

Incluye también los datos de casos sospechosos, presentes en un "número no desdeñable" en la comunidad, según dijo este domingo el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón. Ese es el principal motivo de que 14 departamentos sanitarios de la región se hayan quedado en la fase 0. En total, 7.440 casos en las dos semanas anteriores al 5 de mayo. La Comunidad Valenciana indica que en ese mismo período de tiempo hizo test PCR al 40% de los casos sospechosos con síntomas, cuando Sanidad pedía como mínimo el 30% (a partir de este lunes, el nuevo protocolo pide que se hagan test a todos los sospechosos). Sin embargo, no ha sido suficiente. El ministerio ha optado por la prudencia y el presidente valenciano, Ximo Puig, se queja de que han cambiado las reglas del juego sobre la marcha.

En su documento, la Comunidad Valenciana incluye los marcadores para la desescalada y otros muchos datos que no publica en sus informes diarios desde el inicio de la pandemia. Es algo generalizado: la cantidad y la calidad de los datos públicos no permiten establecer en qué situación estaban las comunidades (y provincias) para pasar a la fase 1. Y pasará lo mismo en las próximas semanas con el cambio a la fase 2 y 3 (y la 1 para las que siguen en la 0) si la situación no cambia.

El primer cambio de fase en la desescalada ha acabado en bronca política. Algunas comunidades se han quejado de que el Gobierno no haya autorizado el paso a la fase 1 de todo su territorio a pesar cumplir con los criterios. Es el caso de la Comunidad Valenciana o Andalucía, que se sienten agraviadas en comparación con otras y que se quejaron a Pedro Sánchez este domingo en la conferencia de presidentes autonómicos. Cuando presentó el plan de desescalada, el presidente anunció una transparencia en los criterios que no ha sido tal y que ha aumentado la suspicacia sobre algunas regiones como el País Vasco, que negoció unas condiciones especiales para su tres provincias.

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