El Gobierno logra sacar adelante la segunda prórroga de la alarma pero con menos apoyo

El Gobierno ya tiene la autorización del Congreso de los Diputados para una segunda prórroga del estado de alarma. Una extensión del periodo excepcional que arrancó el pasado 14 de marzo dada la mayúscula emergencia del coronavirus. Pero de camino se deja pelos en la gatera: Pedro Sánchez obtiene el plácet de la Cámara Baja, pero con menos apoyo y más críticas. La segunda ampliación de la alarma obtuvo 270 votos a favor, por los 321 síes que recabó la primera. En esta ocasión, se descolgaron, por razones muy distintas, dos partidos situados en los extremos ideológicos, Vox y la CUP. A cambio, Ciudadanos, con Inés Arrimadas como líder con plenos poderes, se afianza como un socio inesperado del presidente en tiempos de crisis.

Cerca de las 20:30 de este Jueves Santo, y tras más de 11 horas de debate, el pleno del Congreso procedió a votar la segunda prórroga de la alarma, que mantendrá a España confinada hasta las 00:00 del 26 de abril (o sea, se acumulará mes y medio), y sin la garantía plena de que a partir de esa fecha comenzará la desescalada, porque los números de la evolución de la pandemia, aunque mejoran, pueden probarse a finales de mes para ordenar ya una salida gradual.

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En cualquier caso, el Ejecutivo tiene días para valorarlo. Lo que sí tiene ya en sus manos es la autorización de esta segunda ampliación, que mañana aprobará el Consejo de Ministros de manera formal. La solicitud del Gobierno recibió, entre votos presenciales y telemáticos, 270 apoyos (PSOE, PP, Unidas Podemos, Ciudadanos, PNV, Más País-Compromís, BNG, Coalición Canaria-Nueva Canarias, Teruel Existe, PRC y Foro Asturias), 54 rechazos (los 52 de Vox y los dos de los antisistema de la CUP) y 25 abstenciones (ERC, JxCAT y EH Bildu). Hace 15 días, cuando el hemiciclo se pronunció sobre la primera extensión de la alarma, Sánchez coleccionó 321 síes, ningún voto en contra y 28 abstenciones. Además, el bipartito pudo salvar los tres reales decretos leyes con medidas económicas que llevaba a la Cámara, pero recibieron numerosas críticas por ser insuficientes o invadir competencias. Los tres textos fueron convalidados como holgura pero, como cesión a la oposición, se tramitarán como proyectos de ley por el procedimiento de urgencia y recibirán enmiendas.

El presidente convoca para la próxima semana a partidos, agentes sociales y CCAA y da por hecho que habrá una tercera prórroga, hasta el 10 de mayo

El Gobierno cuenta con un amplísimo colchón todavía, ya que la Constitución ni siquiera obliga al Ejecutivo a recabar la mayoría absoluta del Congreso. Pero esos 270 apoyos, sin embargo, apenas podían esconder un mar de fondo de reproches repetidos contra el Gabinete bicolor. "No merece el apoyo de la oposición. Su arrogancia, sus mentiras y su incompetencia son un cóctel explosivo para España", atizó Pablo Casado a Pedro Sánchez. "Esta mano, señor presidente, cójala. Es una mano leal, pero no es un cheque en blanco", avisó por su parte Edmundo Bal, de Ciudadanos, el partido que, con todo, más se ha alineado con el Gobierno en este periodo excepcional. La ultraderecha de Vox pegó un sonoro portazo, porque lo que directamente pide es la dimisión del presidente y la entrada de un Gabinete de emergencia nacional. "Con esta tasa de mortalidad, creo que lo mejor que puede hacer es pagar las nóminas y marcharse", le espetó Santiago Abascal.

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El marco de la Constitución

El jefe del Ejecutivo marcó la sesión al anunciar que convocará para la próxima semana a partidos, agentes sociales y presidentes de gobiernos autonómicos para buscar unos nuevos Pactos de la Moncloa, un gran acuerdo, dijo, para la "reconstrucción" social y económica del país. "Unidad y lealtad", insistió una y otra vez durante el pleno. Aunque no aportó concreción del alcance de esa alianza, sí subrayó que el marco obvio será la Constitución, que no se anulará el control parlamentario, que continuará la "transparencia informativa" y que no se pretende "excluir a nadie". Su propuesta es "sincera", sostuvo.

Los tres decretos leyes con medidas económicas son convalidados por la Cámara Baja, aunque el Gobierno tendrá que tramitar enmiendas

Sánchez también formalizó en el hemiciclo aquello que ya adelantó el sábado en su comparecencia en los medios. "Dentro de 15 días volveré para pedir prórroga del estado de alarma [...]. Estoy convencido de que dentro de 15 días tendré que hacerlo porque no habremos puesto fin a la pandemia", señaló a sus señorías en un salón de plenos prácticamente vacío. Es decir, que el periodo excepcional se prolongará, como poco, hasta el 10 de mayo (o sea, serán casi dos meses mínimo de aislamiento), aunque se espera que desde el 26 de abril se recorran algunos metros hacia la reapertura. El presidente no avanzó escenarios de desescalada, solo que habrá medidas de higiene personal y colectiva, de detección de positivos y de seguimiento tecnológico de la enfermedad. Sí advirtió de que los pasos serán "muy cautelosos", lentos, porque no cabe ningún "desliz", que más que un retroceso sería una "recaída". No se podrá bajar la guardia, alertó.

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Ninguna de las ocho propuestas de resolución de la oposición fue aprobada, por lo que la extensión hasta el 26-A quedó aprobada en sus términos, tal y como había sido aprobada por el Consejo de Ministros. Pero los grupos sí lograron que los tres decretos leyes que se sometían este jueves a convalidación se tramiten como proyectos de ley por el procedimiento de urgencia y sufran, por tanto, modificaciones vía enmienda.

Los textos fueron defendidos por la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño —en su caso, el decreto ómnibus con más de 50 medidas económicas que se aprobó el pasado 31 de marzo por Consejo de Ministros—, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz —tanto el encarecimiento del despido en este periodo de alarma como el permiso retribuido recuperable, que paralizó la actividad no esencial y que enlazó con la Semana Santa—. Un nuevo paquete de medidas económicas que viene a atender las necesidades de los colectivos vulnerables, trabajadores, autónomos y pequeñas y medianas empresas.

El decreto que recibió un apoyo más raquítico fue el defendido por Calviño: 171 votos a favor, 174 abstenciones y dos votos en contra. La paralización de la actividad no esencial contó con 194 síes, 139 noes y 14 abstenciones. Y la prohibición de despidos por el coronavirus captó 188 apoyos, 138 rechazos y 21 abstenciones. En todos ellos, el Gobierno contó la ayuda, vía voto favorable o como mínimo abstención, de Ciudadanos, que ha mantenido su actitud de mano tendida con el Ejecutivo desde que arrancara la alarma.