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Féretros cruzando fronteras: "En Madrid hay tal saturación que se incinera en otra CCAA"
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Féretros cruzando fronteras: "En Madrid hay tal saturación que se incinera en otra CCAA"

Convertir el Palacio de Hielo en una morgue ha facilitado el trabajo de las funerarias, pero ante el aumento de fallecidos están teniendo que acudir a crematorios de otras provincias

Foto: Llegada de un féretro al crematorio del cementerio de La Almudena en Madrid. (EFE)
Llegada de un féretro al crematorio del cementerio de La Almudena en Madrid. (EFE)

La funeraria de Mario es una de las que recoge cuerpos en el Palacio de Hielo de Madrid. No hace ni una semana que la pista de patinaje funciona como morgue, pero esos viajes al barrio de Canillas ya forman parte de su rutina. "No sé cuántas veces habremos ido este viernes. ¿Diez veces? No sé decirte.". En el Palacio de Hielo comienza el traslado de un muerto que, cada vez más a menudo, recorre cientos de kilómetros antes de la cremación. "Si fallece alguien en Madrid, ahora hay tanta saturación que estamos teniendo que externalizar a otra comunidad autónoma incineraciones y luego traemos las ceninzas". Mientras tanto, la familia espera en casa a que suene el timbre para bajar a por la urna.

Mario es director de Funerarias Madrid. Su empresa no es de las más grandes del sector, pero la demanda se ha multiplicado con el coronavirus. "En un mes normal, funerarias como la mía podemos gestionar de media un servicio al día. A día de hoy, con el coronavirus, estamos hablando de 15 al día si no más". Ellos trabajan sobre todo con fallecidos sin seguro y, aunque los gastos varían en función de cada caso, apunta a unos 3.000 euros de media. "Hay empresas funerarias ya que no están cogiendo servicios porque no pueden gestionarlo por falta de personal. Tienes que decirle a las familias: 'Lo siento mucho, pero no nos podemos hacer cargo". Yo, por suerte, estoy pudiendo gestionar la mayoría de los que me entran".

Foto: Trabajadores de la funeraria transportan el ataud de una persona muerta por coronavirus en Bérgamo (Italia) (Reuters)

Ese aumento de servicios también ha llevado a buscar alianzas entre distintas empresas: "Cooperamos mucho entre las funerarias. Es un sector competido, muy proteccionista, pero a día de hoy tienes que contar con funerarias de otras provincias para que incineren féretos de Madrid". Una de las mayores funerarias de Madrid confirma bajo la condición de no aparecer identificada que ellos también han tenido que externalizar algunas de las incineraciones a otros puntos de España, una medida que han adoptado ante el colapso de los crematorios madrileños durante los picos de fallecidos. "Estamos haciendo piña e intercambiando favoras: 'Oye, vienes aquí, te llevas esto y lo incineras, por favor'", explica Mario.

En el sector ven con buenos ojos el haber convertido el Palacio de Hielo en una morgue. La Unidad Militar de Emergencias (UME) se encarga ahora de llevar los cadáveres desde los centros sanitarios o las casas hasta allí, lo que facilita el trabajo a las funerarias. "Se utiliza la UME para la recogida de fallecidos y luego nos lo tramita el hospital o el familiar correspondiente para que nos presentemos ante la UME, le entegamos los papeles que son necesarios, nos den al fallecido y hagamos el servicio que corresponda". "Yo creo que es una buena idea haberlo centralizado así porque también bajas la saturación de los hospitales, que están tan llenos de fallecidos que la morgue la tienen ya hasta arriba".

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. (EFE)

Sanidad permite elegir entre entierro o incineración, pero Mario apunta a que la segunda opción es la más habitual. "A lo mejor con alguna familia un poco más creyente se está optando por el entierro, entonces lo trasladas al Cementerio Sur o a donde sea y, si tiene nicho la familia, paga su apertura y ya está, nada más". En cuanquier caso, el protocolo establece que el cuerpo debe introducirse en una "bolsa sanitaria estanca biodegradable" antes de su traslado.

Aunque parte del sector sufre una falta de material de protección, Mario asegura que en su funeraria cuentan con suficiente. Al menos, por el momento. Enfrentarse al coronavirus, sin embargo, hace mella en otros aspectos de su día a día. "Mira que los funerarios gestionamos bien las emociones... Pero esto es un derrumbe psicológico". "Es muy muy complicado. Te das cuenta cuando alguien te llama y te dice que sus padres están ingresados y van a morir. Ahí te das cuenta de que esa familia se va a deshacer en 15 minutos, de que la vida es un suspiro con esto, y que hay gente que lo está pasando muy mal. Es duro, es duro".

La funeraria de Mario es una de las que recoge cuerpos en el Palacio de Hielo de Madrid. No hace ni una semana que la pista de patinaje funciona como morgue, pero esos viajes al barrio de Canillas ya forman parte de su rutina. "No sé cuántas veces habremos ido este viernes. ¿Diez veces? No sé decirte.". En el Palacio de Hielo comienza el traslado de un muerto que, cada vez más a menudo, recorre cientos de kilómetros antes de la cremación. "Si fallece alguien en Madrid, ahora hay tanta saturación que estamos teniendo que externalizar a otra comunidad autónoma incineraciones y luego traemos las ceninzas". Mientras tanto, la familia espera en casa a que suene el timbre para bajar a por la urna.

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