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El gesto del rey es sólo simbólico: tendrá que renunciar tras morir Juan Carlos
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Las leyes impiden desistir de la herencia

El gesto del rey es sólo simbólico: tendrá que renunciar tras morir Juan Carlos

Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredar y de su derecho a la herencia", indica el Código Civil

Foto: Felipe VI con su padre. (EFE)
Felipe VI con su padre. (EFE)

Lo que hizo este domingo Felipe VI respecto a la herencia de su padre Juan Carlos I, fue una declaración de intenciones. El monarca no puede renunciar ahora a recibir su parte de los bienes cuando fallezca el emérito. Si quiere no percibirlos, tendrá que reiterar esta renuncia ahora sólo simbólica una vez se produzca la muerte. Las leyes impiden desistir con antelación, según establece el Código Civil.

"Toda renuncia o transacción sobre legítima futura entre el que la debe y sus herederos forzosos es nula, y éstos podrán reclamarla cuando muera aquél", indica el artículo 816. Un poco más adelante, en el 991, el texto legal lo deja aún más claro: "Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredar y de su derecho a la herencia", indica.

Foto: El rey Juan Carlos, en una foto de archivo. (Limited Pictures) Opinión
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En el comunicado emitido por la Casa Real se aseguraba que por coherencia y con la finalidad de preservar la ejemplaridad de la Corona, Felipe VI comunicaba públicamente que ha informado de su decisión de renunciar a la herencia de don Juan Carlos "que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada". Lo indicado es simbólico y solo tendrá validez si se ejecuta al fallecimiento.

Así lo explica una magistrada experta en Civil. El acta de manifestaciones efectuado ante notario y que no fue hecho público hasta el domingo, tiene como única utilidad "remarcar la fecha en la que fue otorgada dicha declaración de voluntad". "Dicho de otra forma: al elegir el Acta Notarial en lugar de un comunicado o declaración pública, está dejando constancia de que, antes de que lo supiera la opinión pública él ya quiso desmarcarse". Además, destaca, la renuncia a una herencia, "no puede ser parcial". "Se renuncia a toda la herencia, en su conjunto", avisa.

Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredar

Lo que nunca está en el acervo hereditario, es el título de Rey ni de heredero del trono. La sucesión real se deriva de la Constitución, no del derecho civil. "Si fuera un derecho hereditario ordinario, el rey podría elegir a quién nombra heredero y eso no es posible", indica esta jurista.

El rey si puede, sin embargo, renunciar ahora a su designación o la de la princesa de Asturias como beneficiarios de la Fundación Lucum, la misma que recibió esa donación de 100 millones desde Arabia Saudi. También rechazar cualquier otro beneficio no conocido. El comunicado indicaba en este sentido que Felipe VI no aceptará "participación o beneficio alguno en esa entidad, renunciando asimismo a cualquier derecho, expectativa o interés que, aún sin su consentimiento o conocimiento, pudiera corresponderles ahora o en el futuro".

Foto: Felipe VI, junto a don Juan Carlos, en 2018 en el Palacio Real. (EFE)

El alejamiento paulatino que Felipe VI lleva tiempo aplicando a la figura de su padre, el rey Juan Carlos, alcanzó una meta sin retorno este domingo por la noche, en mitad de la crisis sanitaria más grave que ha atravesado España y con el estado de alerta vigente. La avalancha de informaciones sobre el patrimonio del Rey emérito, que el fin de semana apuntaron ya al actual jefe del Estado como beneficiario, terminó por forzar un comunicado inédito desde la Casa Real: don Felipe renunciaba a toda herencia que pudiera corresponderle personalmente (no solo a la proveniente de las estructuras financieras que se investigan en Suiza), y firma una ruptura total con su padre retirándole la asignación púbica prevista en los Presupuestos de la Casa del Rey.

Felipe VI, que no ha protagonizado ninguna aparición desde que estallara definitivamente la crisis del coronavirus que ha llevado el país a un estado de alarma sin precedentes, sabía desde el 5 de marzo del año pasado que aparecía como supuesto beneficiario de una fundación llamada Lucum —como desveló el diario ‘The Telegraph’—, creada en 2008 por el Rey emérito para ocultar un regalo de Arabia Saudí de 100 millones de dólares. Lo supo por una carta del despacho británico Kobre & Kim y, según el comunicado de Zarzuela en el que se detallan los movimientos que entonces hizo el Rey, trasladó una copia con esa información “a las autoridades competentes”.

Zarzuela mantiene que el Rey renunció a cualquier derecho o interés que pudiera corresponderle con esa fundación y sostiene además que el rey Juan Carlos nunca le comunicó nada a su hijo. La gravedad de las informaciones obligó al monarca a dar el segundo golpe de efecto de su reinado con un miembro de su familia. Si en 2015 la decisión fue revocar el título de Duquesa de Palma a la infanta Cristina, en vista de que no pensaba renunciar a ningún privilegio pese a su implicación en el caso Nóos, este domingo don Felipe dio un paso sin precedentes separándose por completo de su padre.

Lo que hizo este domingo Felipe VI respecto a la herencia de su padre Juan Carlos I, fue una declaración de intenciones. El monarca no puede renunciar ahora a recibir su parte de los bienes cuando fallezca el emérito. Si quiere no percibirlos, tendrá que reiterar esta renuncia ahora sólo simbólica una vez se produzca la muerte. Las leyes impiden desistir con antelación, según establece el Código Civil.

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