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Génova prioriza la absorción de Ciudadanos bajo el PP y sacrifica a Alonso en el País Vasco
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RECUPERAN A CARLOS ITURGAIZ COMO CANDIDATO

Génova prioriza la absorción de Ciudadanos bajo el PP y sacrifica a Alonso en el País Vasco

Los populares insisten en que la coalición con Cs en el País Vasco supone un avance hacia la reunificación del espacio del centro derecha y piden a sus cuadros asumir esfuerzos

Foto: El presidente del PP, Pablo Casado, y el presidente del partido en el País Vasco, Alfonso Alonso. (EFE)
El presidente del PP, Pablo Casado, y el presidente del partido en el País Vasco, Alfonso Alonso. (EFE)

El PP vasco entró en cólera hace días al saber que el acuerdo de coalición firmado con Ciudadanos a sus espaldas garantizaba a la formación naranja dos puestos de salida en Euskadi, donde no tiene representación en una sola institución. La dirección nacional popular trataba de salir al paso insistiendo en que era una “negociación global”. Eso era exactamente. Las conversaciones abiertas con el partido de Inés Arrimadas sobre el País Vasco eran en realidad mucho más: el inicio de una alianza que pretenden ir extendiendo, en forma de absorción, a todas las citas electorales que estén por venir. En esa estrategia, Génova ha sacrificado un peón, Alonso, e incluso un alfil, el resultado electoral en el País Vasco, donde no tenían muchas esperanzas.

El secretario general de los populares, Teodoro García Egea, reconoció la noche del domingo en la sede de Génova —cuando confirmó la salida de Alfonso Alonso como candidato y la designación de Carlos Iturgaiz— que la coalición del País Vasco forma parte de una ambición mucho mayor a medio-largo plazo: la de reunificar todo el espacio político del centro derecha en España. Y para seguir adelante con esa estrategia, insisten dirigentes populares a sus cuadros desde hace días, hacen falta sacrificios. Egea lo resumía así: “Para lograrlo, harán falta muchas renuncias maximalistas”.

Pablo Casado lleva tiempo pensando en el futuro de la relación política entre su partido y Ciudadanos. El flirteo de España Suma, la propuesta que ya hizo el líder de los populares a Albert Rivera ante la repetición electoral de noviembre, fue solo el principio. Después de haber constituido gobiernos de coalición en todas las comunidades donde sumaban y prácticamente todos los ayuntamientos, PP y Ciudadanos empiezan ahora una nueva fase en el nuevo ciclo electoral.

Foto: Alfonso Alonso. (EFE)

En Galicia, la coalición era inviable desde el primer momento. Alberto Núñez Feijóo y sus tres arrolladoras mayorías absolutas marcaron el camino. No habría coalición y el PP no compartiría sus siglas con un partido que no tiene representación. La dirección nacional no se planteó en ningún momento una imposición al presidente de la Xunta y decidió volcarse con la negociación vasca. Dos puestos de salida era un acuerdo muy ventajoso para Ciudadanos, pero también lo era para el PP si, a la larga, le permite avanzar en su verdadero objetivo, empezar a deglutir a Ciudadanos, se repetían en Génova.

Incluso para la negociación gallega se abre ahora una segunda fase. De aquí al 1 de marzo hay tiempo para alcanzar un acuerdo si Ciudadanos cede finalmente para integrarse en las listas del PP con algunos dirigentes como independientes. Los populares seguirán defendiendo esa vía y fuentes naranjas reconocen que la puerta no está del todo cerrada si encontraran una fórmula para mantener su autonomía como partido… aunque bajo las siglas del PP.

placeholder Pablo Casado e Inés Arrimadas, antes de comenzar su reunión. (David Mudarra)
Pablo Casado e Inés Arrimadas, antes de comenzar su reunión. (David Mudarra)


La llamada de Casado

Alfonso Alonso se rebeló contra Génova el pasado jueves al conocer por los medios de comunicación el acuerdo para el País Vasco. No quiso acudir a una reunión en Madrid el viernes. “No conozco el acuerdo”, repitió a su dirección. Mostraba así el profundo malestar de los populares vascos, que ven sacrificado su proyecto político en la comunidad y, ahora, a su propio candidato.

Ya el domingo, Alonso se desplazó a la capital para mantener un encuentro en la sede del partido, donde se vio con Teodoro García Egea y otros miembros de la formación. La situación era irreconciliable. Fuentes de la dirección nacional insisten en que lo único que se podía hacer era buscar “una salida” y, aunque aseguran que la marcha de Alonso como candidato a lendakari fue de “mutuo acuerdo”, en el PP vasco dejan claro que “le echaron” sin vuelta de hoja. La comunicación oficial se la hizo Pablo Casado por teléfono en la tarde del domingo. No se llegó a ver en ningún momento con su jefe de filas.

Foto: El presidente del PP Vasco, Alfonso Alonso. (EFE)


Iturgaiz, un hombre de Mayor Oreja (y Aznar)

Ya el domingo a última hora, García Egea confirmaba que la propuesta que el comité electoral nacional aprobará este lunes será la designación del presidente del PP vasco desde 1996 a 2004, Carlos Iturgaiz. El exeurodiputado, que también fue parlamentario autonómico durante 10 años, abandonó la política el pasado abril cuando se vio fuera de las listas europeas (iba de número 17, como en los anteriores comicios, pero con la seguridad de que no saldría).

El PP recupera a uno de los hombres más cercanos a Jaime Mayor Oreja, a quien sustituyó al frente de los populares vascos cuando se fue como ministro del Interior con José María Aznar. Iturgaiz consiguió situar el PP como segunda fuerza en esa comunidad —el mejor resultado junto al de su mentor— y afrontó algunos de los momentos más duros en el País Vasco, como el asesinato de concejales de la formación por ETA, incluido el de Miguel Ángel Blanco.

placeholder El expresidente del PP vasco y candidato a las próximas elecciones, Carlos Iturgaiz. (EFE)
El expresidente del PP vasco y candidato a las próximas elecciones, Carlos Iturgaiz. (EFE)

A pesar de que renunció a continuar en política, hace solo unos días volvía al foco presentándose en una conferencia que daba Aznar en Bilbao, en la que el expresidente le citó expresamente.

Fuentes de la dirección nacional aseguran que se trata de una “referencia absoluta” dentro del constitucionalismo y de las siglas del PP en Euskadi —aunque en este caso, abanderará también las siglas naranjas— y reconocen que cuando Casado contactó con él para proponerle encabezar la lista, su disposición fue total desde el primer momento. Algunos dirigentes dentro del PP se repiten, como tantas veces en los últimos meses, que es otro movimiento más de vuelta al aznarismo.

El PP vasco entró en cólera hace días al saber que el acuerdo de coalición firmado con Ciudadanos a sus espaldas garantizaba a la formación naranja dos puestos de salida en Euskadi, donde no tiene representación en una sola institución. La dirección nacional popular trataba de salir al paso insistiendo en que era una “negociación global”. Eso era exactamente. Las conversaciones abiertas con el partido de Inés Arrimadas sobre el País Vasco eran en realidad mucho más: el inicio de una alianza que pretenden ir extendiendo, en forma de absorción, a todas las citas electorales que estén por venir. En esa estrategia, Génova ha sacrificado un peón, Alonso, e incluso un alfil, el resultado electoral en el País Vasco, donde no tenían muchas esperanzas.

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