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Tripartito, Gobierno estanco y vigilancia: así buscará Podemos una legislatura estable
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IGLESIAS TANTEA A ERC PARA LAS CATALANAS

Tripartito, Gobierno estanco y vigilancia: así buscará Podemos una legislatura estable

Los morados entienden que la estabilidad de la legislatura dependerá en buena medida de acuerdos cruzados con los republicanos en Madrid y Barcelona

Foto: Pedro Sánchez (i) y Pablo Iglesias (d) estrechan sus manos durante el acto de firma del acuerdo programático del Gobierno de coalición. (EFE)
Pedro Sánchez (i) y Pablo Iglesias (d) estrechan sus manos durante el acto de firma del acuerdo programático del Gobierno de coalición. (EFE)

El pasado 23 de diciembre, tuvo lugar en el Congreso una reunión entre el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y el dirigente de ERC, Sergi Sabrià. No se habló entonces de las negociaciones que mantenían socialistas y republicanos para la investidura, sino que se miró más allá, a la estabilidad de la legislatura. "Fue una reunión más centrada en los próximos cuatro años que en cuestiones concretas del momento", explican fuentes conocedoras del encuentro. Iglesias manifestó directamente a sus interlocutores su deseo de romper los actuales bloques en Cataluña formando un tripartito progresista que excluya a Junts per Catalunya de la ecuación, ya sea con el apoyo desde dentro o desde fuera del PSC. Los morados entienden que la estabilidad de la legislatura dependerá en buena medida de acuerdos cruzados con los republicanos en Madrid y Barcelona.

La propuesta no es nueva y los 'comuns' la vienen enarbolando casi desde sus inicios, e incluso Iglesias llegó a esbozársela al propio Oriol Junqueras antes del 1-O para frenar el unilateralismo, con escaso éxito. Sin embargo, ahora parece abrirse una nueva oportunidad, no solo por el acuerdo para el diálogo con el Gobierno de coalición progresista sino también por la guerra cada vez más pública dentro del bloque independentista entre la izquierda de ERC y la derecha de Junst per Catalunya, que podría desembocar en nuevas elecciones. A ello se suma el hecho de que los 'comuns' estén facilitando al 'vicepresident' Pere Aragonès su apoyo para la aprobación de unos Presupuestos catalanes con una fiscalidad progresiva que no ha gustado en las filas posconvergentes.

La posibilidad de un Govern liderado por ERC, en coalición con los 'comuns' y el hipotético apoyo de los socialistas catalanes, no fue rechazada directamente por el dirigente de ERC, a quien acompañó a dicha reunión la diputada republicana en el Congreso Carolina Telechea. "No les sonó mal", aseguran fuentes cercanas a Podemos, aunque reconocen que su viabilidad sería difícil tanto por la situación de los dirigentes de ERC presos como por la estrategia que a día de hoy comparten con JxCAT, como socios del Govern. Con la creciente tensión entre ambos socios, la hoja de ruta compartida se pone en duda, mientras que respecto a la situación de los presos, Iglesias trasladó su apuesta por la desjudicialización. En las filas moradas defienden también los beneficios penitenciarios y el propio portavoz de los 'comuns' en el Congreso, Jaume Asens, pide su puesta en libertad "para salir definitivamente de la excepcionalidad política".

Cataluña es y seguirá siendo el nudo gordiano de la gobernabilidad, pero no solo debido a que las mayorías absolutas forman parte del pasado y el Parlamento, muy fragmentado, tendrá un nuevo y fundamental papel. El PNV será otro de los actores necesarios para reencauzar la crisis institucional y alumbrar una legislatura de cuatro años, para lo que Podemos busca asentar en el Congreso el denominado 'bloque de la moción de censura', junto a los nuevos partidos minoritarios que han entrado en la Cámara Baja tras el 10-N. "El bloque de la moción de censura está llamado a asumir la responsabilidad de la dirección del Estado", aseguraba recientemente Iglesias.

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (c), acompañado por los dirigentes de los 'comuns' Lucía Martín (d) y Jaume Asens (i), a su salida de la prisión de Lledoners tras reunirse con Oriol Junqueras en octubre de 2018. (EFE)

La última legislatura completa fue la de 2011 a 2015. En esta línea, Podemos también quiere jugar un papel de bisagra, que comenzó a ensayar pactando con el PNV los Presupuestos vascos para 2020, después de que el PP se negase a volver a apoyarlos. Un gesto significativo que ha generado ya voces, tanto desde la portavocía del Gobierno vasco como desde la izquierda 'abertzale', que agitan la posibilidad de extender este entendimiento de Podemos con el Gobierno de PNV y PSE-EE tras las elecciones vascas, en forma de tripartito.

El Gobierno de coalición, en minoría, deberá negociar voto a voto cada proyecto de ley. Los Presupuestos serán la primera prueba de fuego que mida la estabilidad de este Ejecutivo, y algunos partidos minoritarios así lo han avanzado ya, como el BNG, para quien "la próxima estación será la de los Presupuestos Generales del Estado". Además, en su agenda, marcado en rojo, está rebajar las tensiones territoriales, acabar de supurar las heridas sociales de la crisis económica y reencauzar la estabilidad institucional. Con todo, el proceso de negociaciones, no solo con ERC sino también con los partidos minoritarios, ha sido complejo y anticipa una legislatura movediza. La incertidumbre es ya una constante que pretende ir reduciéndose, al igual que la polarización generada por el pacto de gobierno.

Las tiranteces que puedan surgir dentro del Gobierno de coalición entre socialistas y morados se intentarán aplacar, principalmente, con la creación de una mesa de seguimiento del acuerdo programático. Una comisión integrada a partes iguales entre miembros de PSOE y Unidas Podemos para fiscalizar la acción del Ejecutivo y desencallar las desavenencias programáticas que puedan darse. La decisión de que el Gobierno de coalición tenga compartimentos estancos también reduce las posibilidades de colisión. La intención pasa también por que las diferencias se queden dentro de la sala del Consejo de Ministros, buscando remar juntos en los temas que se consensúen, dado que una de las exigencias de Pedro Sánchez para el acuerdo de coalición fue que Iglesias accediese a seguir la línea del Gobierno en asuntos de Estado, principalmente el territorial.

El pasado 23 de diciembre, tuvo lugar en el Congreso una reunión entre el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, y el dirigente de ERC, Sergi Sabrià. No se habló entonces de las negociaciones que mantenían socialistas y republicanos para la investidura, sino que se miró más allá, a la estabilidad de la legislatura. "Fue una reunión más centrada en los próximos cuatro años que en cuestiones concretas del momento", explican fuentes conocedoras del encuentro. Iglesias manifestó directamente a sus interlocutores su deseo de romper los actuales bloques en Cataluña formando un tripartito progresista que excluya a Junts per Catalunya de la ecuación, ya sea con el apoyo desde dentro o desde fuera del PSC. Los morados entienden que la estabilidad de la legislatura dependerá en buena medida de acuerdos cruzados con los republicanos en Madrid y Barcelona.

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