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De Lledoners a los presupuestos catalanes: los otros gestos de Pablo Iglesias con ERC
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De Lledoners a los presupuestos catalanes: los otros gestos de Pablo Iglesias con ERC

Si los 'comuns' son el principal puente de encuentro entre Unidas Podemos y los republicanos, Iglesias ha intentado labrarse un papel como mediador

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (c), acompañado por los dirigentes de los 'comuns' Lucía Martín (d) y Jaume Asens (i), a su salida de la prisión de Lledoners tras reunirse con Oriol Junqueras en octubre de 2018. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (c), acompañado por los dirigentes de los 'comuns' Lucía Martín (d) y Jaume Asens (i), a su salida de la prisión de Lledoners tras reunirse con Oriol Junqueras en octubre de 2018. (EFE)

Pedro Sánchez exigió a Pablo Iglesias fidelidad respecto a la línea a seguir con el "conflicto catalán" como una de las condiciones de partida para negociar un Gobierno de coalición que, finalmente, ambos acordaron de forma exprés tras las elecciones del 10-N. El líder de Unidas Podemos ya había accedido públicamente a esta exigencia durante las negociaciones fallidas del pasado mes de julio, pero tanto sus posiciones en el pasado reciente como su interlocución privilegiada con dirigentes de ERC y, sobre todo, el papel autónomo y cercano al soberanismo que juega la confluencia catalana, lo colocan en una situación poco subsidiaria o alejada de la neutralidad exigida. Además de ser el único líder de un partido estatal que visitó a Oriol Junqueras en prisión, los 'comuns' mantienen el objetivo de acercarse a ERC y ejercer de bisagra para arrastrar a esta formación hacia un bloque progresista que aleje a los posconvergentes del Govern.

El líder de los 'comuns' en el Congreso, Jaume Asens, advertía a ERC este fin de semana a través de una entrevista con la agencia EFE de que solo un Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos "puede hacer posible el diálogo" sobre Cataluña. En la misma línea, el portavoz de la formación, Joan Mena, insistía este lunes en rueda de prensa, mirando también a los republicanos, sobre la apertura de una nueva etapa en Cataluña porque la investidura permitirá formar "el primer Gobierno progresista de la historia democrática reciente de nuestro país comprometido con la plurinacionalidad".

Foto: Pablo Iglesias conversa con Oriol Junqueras (d), durante la anterior sesión constitutiva de las Cortes. (EFE)

Si los 'comuns' son el principal puente de encuentro entre Unidas Podemos y los republicanos, Iglesias ha intentado labrarse un papel como mediador, primero para la moción de censura y después de para intentar acercar posiciones, infructuosamente, para aprobar los últimos presupuestos cuyo rechazo del Congreso propició la convocatoria de elecciones. En este contexto se enmarca su reunión con Oriol Junqueras en la prisión de Lledoners, tras la que el líder de Podemos afirmaba tajante: "Nosotros ya hemos hecho nuestro trabajo, y ahora es al Gobierno a quien le toca negociar como Gobierno y se tienen que mover". E insistía: "El Gobierno sabe lo que tiene que hacer". Palabras que encajan con el contexto actual y que quizá vuelvan a servir de cara a episodios futuros si sale adelante la legislatura.

La anunciada visita a Lledoners fue el primer gesto público de peso con el que Iglesias quiso dejar constancia de su pretendido papel como mediador, partiendo de esa relación más empática con los republicanos. Y no solo con los republicanos, puesto que ya un año antes había promovido la denominada 'asamblea de cargos electos para el diálogo' con el objetivo de abordar la crisis catalana junto a PNV, PDeCAT, ERC, BNG, Mès y 'alcaldías del cambio'. Un conjunto de formaciones que luego remarían juntas para sacar adelante la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez al Gobierno.

ERC asegura que el acuerdo con el PSOE no está ''ni mucho menos cerrado''

Un espacio de entendimiento entre la confluencia catalana de Unidas Podemos y ERC que comenzó a trascender con la cena secreta, posteriormente desvelada por este medio, que Junqueras e Iglesias mantuvieron en agosto del 2017 año con el empresario de la comunicación Jaume Roures como maestro de ceremonias. Entonces ya se proyectó la sombra del tripartito, dado que la predisposición de ERC a romper lazos con el PDeCAT, a quien aventajaba con mucha holgura en las encuestas, era proporcional a las ansias de Catalunya en Comú de romper la política de bloques. Una sombra que se sigue alargando ahora con los avances entre Catalunya en Comú y ERC para sacar adelante los presupuestos del Govern.

Podemos siempre se ha mantenido en la misma posición y a pesar de que la formación dejará el liderazgo a Sánchez para abordar la cuestión catalana, Iglesias no ha dejado de opinar en los últimos días sobre la hoja de ruta a seguir. "Necesitamos una ERC con un estilo que se parezca más al de Joan Tardà", aseguraba para apostillar acto seguido que "a mí me gusta Tardá y me gustaría que ERC fuera una fuerza con la que nos entendiéramos en Madrid pero también en Barcelona y en Cataluña. Eso sería bueno para Barcelona, Cataluña y para España". Más claro aún, añadía que "hay que trabajar para entenderse" y añadía que "sospecho que nuestras bases electorales además desean, desde el respeto a las diferencias, ese entendimiento". Por su parte, Asens, en la entrevista antes citada, afirmaba que "el PSOE ha reconocido que hay un conflicto político y que se debe resolver por vías políticas. Para nosotros eso es un reconocimiento tácito de que la solución pasa por el diálogo".

Foto: Oriol Junqueras, junto a Gabriel Rufián (d), al inicio de la última sesión constitutiva de las Cortes Generales. (EFE)

La entrada de los morados en un ejecutivo de coalición puede servir de acicate no solo para ofrecer garantías de diálogo a ERC, como exige para apoyar la investidura, sino incluso para dar estabilidad a la legislatura. Cataluña seguirá siendo el nudo gordiano de la gobernabilidad, y la guerra dentro del bloque independentista da alas a la alternativa de un tripartito liderado por ERC que deje fuera a los posconvergentes, como ya intentó ensayar infructuosamente Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona. Es la salida a la que llevan meses poniéndole voz de forma conjunta el exportavoz de los 'comuns' en el Congreso Xavier Domènech y el que también fue portavoz de los republicanos en la misma Cámara, Joan Tardà. De Lledoners a los presupuestos catalanes y quizá, según apuntaba la portavoz de los 'comuns' en el Parlament, Jéssica Albiach, "un Gobierno progresista en Cataluña" para "abrir una nueva etapa".

Pedro Sánchez exigió a Pablo Iglesias fidelidad respecto a la línea a seguir con el "conflicto catalán" como una de las condiciones de partida para negociar un Gobierno de coalición que, finalmente, ambos acordaron de forma exprés tras las elecciones del 10-N. El líder de Unidas Podemos ya había accedido públicamente a esta exigencia durante las negociaciones fallidas del pasado mes de julio, pero tanto sus posiciones en el pasado reciente como su interlocución privilegiada con dirigentes de ERC y, sobre todo, el papel autónomo y cercano al soberanismo que juega la confluencia catalana, lo colocan en una situación poco subsidiaria o alejada de la neutralidad exigida. Además de ser el único líder de un partido estatal que visitó a Oriol Junqueras en prisión, los 'comuns' mantienen el objetivo de acercarse a ERC y ejercer de bisagra para arrastrar a esta formación hacia un bloque progresista que aleje a los posconvergentes del Govern.

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