Bildu advierte a Sánchez: "Si no atiende nuestras demandas, no habrá Gobierno"

La segunda jornada del debate de investidura de Pedro Sánchez —que no saldrá elegido en la primera votación de este domingo y que salvo sorpresa será elegido presidente del Gobierno el próximo martes en segunda votación— comenzó con el turno de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, que defendió una enmienda a la totalidad del régimen de 1987, la Transición y el actual marco constitucional.

Fue, con toda seguridad, la intervención más bronca del debate. Cada vez que mencionaba al jefe de su partido, Arnaldo Otegi, la bancada popular se enfurecía al grito de “asesinos” y “fuera”. Los populares intentaron boicotear un discurso que no cejó en su empeño de arremeter contra la Constitución y Felipe VI. “Vivimos la crisis estructural del régimen monárquico diseñado en 1987 que dejó bien atado Franco”, insistía Aizpurua.

La dirigente vasca puso contra las cuerdas a Pedro Sánchez repitiendo una y otra vez lo que el presidente en funciones nunca quiso escuchar: “Sabemos que la apuesta inicial al convocar elecciones era no depender de los independentistas. Cambiar algo para que nada cambiara”, comenzó. “Paradojas de la historia”, continuó, “las viejas naciones de Euskal Herria, Cataluña y Galicia demostraron que el cálculo era erróneo porque crecimos y se incrementó el voto independentista”.

Y, en este punto, Aizpurua no titubeó en su advertencia al socialista: “No podrá formar Gobierno sin el concurso de las izquierdas soberanistas. Sin nuestros votos y sin atender las demandas de nuestras naciones, no habrá Gobierno de progreso”. Sin aplicar la agenda del soberanismo no se romperá con la agenda del dictador que ustedes sacaron del Valle de los Caídos”, zanjó.

Aunque los reproches no cesaron en ningún momento desde la bancada popular y los diputados de Ciudadanos, el momento más tenso del debate llegó cuando la portavoz mencionó a Otegi, asegurando incluso que los más de seis años que pasó en prisión fueron “injustos”. Se encendieron los escaños del PP, con el propio Casado al frente que reprochaba a Batet no tomar medidas. La presidenta del Congreso, sin embargo, defendió la libertad de expresión como “uno de los fundamentos de nuestra Constitución” y el pluralismo político como uno de los principales valores del ordenamiento jurídico. Pidió silencio para que la oradora continuara.

Pero nunca llegó. Aizpurua se dirigió a Unidas Podemos, recordándole la “invitación” que su jefe de filas les hizo al quedar el libertad: “Os decía Otegi que si surge una oportunidad histórica de que vuestro Estado se democratice y avance hacia una sociedad justa e igualitaria, la izquierda independentista estará dispuesta a colaborar. Pero de igual manera, también os invitó a que si no es posible, también vosotras os suméis a los procesos democratizadores de nuestras naciones con ese mismo objetivo”, lanzó bajo la atenta mirada de Pablo Iglesias que no asintió en ningún momento. El verdadero apoyo a la portavoz de EH Bildu se lo dieron los diputados de ERC y el del BNG.

Aizpurua defendió en varias ocasiones el derecho a decidir, reprochando a Sánchez que “en el Estado español se haga lo mismo” que “en Escocia o en Quebec” (Canadá). E insistió: “Ustedes y su Gobierno son la última oportunidad del Estado para demostrar que es posible resolver democráticamente la cuestión nacional vasca, catalana y gallega”.

Volvió a dirigirse a los partidos que conformarán el nuevo Gobierno de coalición, insistiendo en que “ahora sí, si se quiere, se puede”, y recordó a Sánchez —en su enésima advertencia— que “uno de los valores identificativos de Euskal Herria es la credibilidad, hacemos lo que decimos y decimos lo que hacemos”.