El verdadero debut de Arrimadas: tono duro con Sánchez y azote del PNV y ERC

Era la quinta sesión de investidura en cuatro años y la primera que defendió Inés Arrimadas en nombre de Ciudadanos. Todavía como portavoz parlamentaria del grupo, a la espera de que el congreso extraordinario que celebrará el partido en marzo ratifique su liderazgo. Sin embargo, desde la dimisión de Albert Rivera —un día después del desastre electoral del 10 de noviembre, que los dejó en una decena de diputados de los 57 obtenidos en abril— la dirigente jerezana ejerce como primera espada de la formación. Sin embargo, su primera prueba de fuego en el Congreso, desde que diera el salto a la política nacional, llegaba este sábado.

[La investidura de Sánchez, en directo]

Fue el verdadero debut de Arrimadas, la primera vez que se medía con el presidente en funciones de tú a tú en un debate de investidura, el más importante que se celebra en la Cámara Baja. La primera vez también que no estaba Rivera, uno de los diputados a los que siempre se asoció la virtud de la oratoria en la tribuna. Y la portavoz naranja superó el reto con soltura.

Apostó por mantener un tono duro contra los acuerdos cerrados entre Sánchez y las formaciones nacionalistas e independentistas, tirando de hemeroteca en buena parte de su intervención y recordando al candidato socialista sus promesas en campaña electoral, cuando llegó a proponer recuperar el delito de convocatoria de referéndums ilegales. En la misma negó cualquier posibilidad de pactar con independentistas, y pocas semanas antes aseguraba que no podría pactar un Gobierno de coalición con Unidas Podemos porque los españoles y él mismo, "no podrían dormir por las noches".

No evitó mencionar a Rivera desde la tribuna, dejando claro a Sánchez que las alusiones al exlíder "no le hacían ningún daño", sino que le recordaban a "un hombre de Estado". Como en anteriores legislaturas, Arrimadas no dejó de reprochar a Sánchez el pacto con los nacionalistas vascos, recordando los privilegios que la formación viene arrancando a todos los Gobiernos, y criticando especialmente que en el último pacto se incluya la salida de la Guardia Civil de Navarra: "El PNV ya habla por los navarros", insistió la portavoz.

Tras duras críticas al grupo de Aitor Esteban, se empeñó en describir el acuerdo y la intervención de Gabriel Rufián, "no habíamos visto una humillación igual", aseguró reprochándole a Sánchez la delicadeza de sus palabras con el nacionalismo y su "desprecio" hacia el constitucionalismo. "Nos pidió el apoyo gratis. Ahora bien, al PNV, lo que quiera. A ERC, mesa entre gobiernos, consulta… lo que pidan", continuó la portavoz naranja.

Otro de los momentos más tensos llegó cuando Arrimadas apeló directamente a la bancada socialista para que "algún valiente" dijera que "con esto no traga". "¿De verdad nadie va a decir nada?", se preguntaba una y otra vez, tras citas a históricos socialistas que han clamado en las pasadas semanas por un acuerdo que impida a los separatistas tener la llave del Gobierno de España. La sombra del 'tamayazo' permaneció durante toda la intervención de Arrimadas.

Como era previsible, sacó a colación la propuesta que lleva defendiendo un mes y medio: la vía de los 221 escaños (también bautizada con su nombre): un acuerdo amplio entre PSOE, PP y Ciudadanos para la legislatura completa. "Es la única vía que da estabilidad a España", repitió desde la tribuna. "Hoy era la primera vez que el PSOE podía elegir entre el nacionalismo y el constitucionalismo", zanjó sin dejar de pedir a algún socialista que dé la vuelta a una investidura que depende de dos votos.