Sánchez no tira "la toalla" y se abre a "otros caminos" para evitar ir a nuevas elecciones

El presidente del Gobierno no tira la "toalla" y defiende "volver al punto de arranque" y "explorar otros caminos" para desbloquear su investidura y evitar ir a nuevas elecciones. Pedro Sánchez emite las primeras señales de qué hará tras el fracaso en doble vuelta de su elección como jefe del Ejecutivo, aunque no precisa mucho más. Sí apunta a que la fórmula de la coalición con Unidas Podemos queda de momento aparcada. Su mensaje se dirige no solo a los morados, sino a PP y Ciudadanos. Las cuatro fuerzas, cree, han de encontrar una salida para que España tenga un Ejecutivo "lo antes posible".

El Gobierno y el PSOE habían guardado silencio en los pocos días de negociación real con Unidas Podemos. Pero, rotas las relaciones, se abrió la veda. Los socialistas se movieron rápido para intentar contrarrestar el relato proyectado por los morados. Sacaron los papeles que habían estado sobre la mesa y estallaron contra quien iba a ser su socio. Sánchez empleó el pleno de la segunda votación de investidura, el que sancionó su segundo fracaso, para visualizar su divorcio con Pablo Iglesias y acusarle de inmadurez, irresponsabilidad y ambición. Ya por la noche, se marchó a 'Informativos Telecinco', a la entrevista que estaba programada para la noche del miércoles pero que finalmente se pospuso hasta este jueves.

[Consulte aquí en PDF la transcripción íntegra de la entrevista a Pedro Sánchez en Telecinco]

El problema radicó en que faltó, quizá, la pregunta clave. La pregunta de si mantiene viva su oferta de Ejecutivo de coalición, que hace una semana, en otra entrevista —en 'Al rojo vivo', en La Sexta—, anunció que decaería si finalmente UP votaba en contra de su investidura o se abstenía. Sánchez dio a entender que esa propuesta ya quedaba atrás, no obstante. Señaló que, tras la doble votación de esta semana, hay que "reflexionar sobre lo que ha ocurrido". El PSOE, dijo, ha "explorado" una vía que no ha prosperado, que llegó a un "callejón sin salida", pero eso no significa que este sea "el final del viaje", ni que los españoles se vean "abocados a una repetición electoral". "Hay que volver al punto de arranque, al punto de inicio, y explorar otros caminos", y que PP, Cs y Unidas Podemos abandonen sus "intereses partidarios" para que en España, y "entre todos", contribuyan a que haya un "Gobierno cuanto antes". La apelación, por tanto, es a las tres formaciones mayoritarias en la Cámara. No solo a UP.

Sánchez subraya que la oferta de coalición "no ha funcionado", ha conducido a un "callejón sin salida", pero ese no es el "final del viaje"

Poco más tarde, el presidente volvió sobre la misma idea, para dejar claro que tras la "oferta respetuosa y generosa" que lanzó a los morados, de un Gobierno de coalición, y que "no ha funcionado", él no tirará la toalla. Su "mensaje" a los ciudadanos, lo expresó así, es que va a "trabajar" para que se forme un nuevo Gabinete lo antes posible. "Si anteponemos los intereses generales, podremos encontrar un acuerdo" entre las cuatro grandes formaciones (PSOE, PP, Cs y UP). Con esa insistencia en que no cejará en su empeño de sacar adelante la investidura ya se estaba abriendo a la posibilidad de una nueva sesión en septiembre, de la que hasta ahora renegaba. Pero el otoño será más complicado por la sentencia del 'procés' y la mayor intensidad emocional que vivirá Cataluña.

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Con UP, en "políticas sectoriales"

Hubo otra señal más de que la coalición ya no está en pie. Indicó que los socialistas se pueden entender con los morados en "las políticas sectoriales" en las que puedan "coincidir" mientras que PP y Cs, como fuerzas constitucionalistas, han de "poner de su parte" y, por tanto, abstenerse, no bloquear la investidura. Una presión a la bancada conservadora que, por descontado, fue acuciante a lo largo de todo el debate de esta semana en el Congreso.

El presidente quiere "hablar, dialogar, acordar entre las cuatro fuerzas políticas cómo desbloquear la situación que vive el país"

Fue además en la sesión del lunes cuando Sánchez ofreció otras alternativas a Podemos si ambas fuerzas no alcanzaban un pacto de coalición. Pidió a Pablo Iglesias que analizase la posibilidad de un acuerdo de investidura o de legislatura, sin la incorporación de miembros morados al Consejo de Ministros. Este jueves en Telecinco el presidente no citó ninguna de estas dos opciones, sino que habló genéricamente de explorar otros "caminos", otras "vías". Una tarea, la de la "reflexión sobre cómo desbloquear" el país, que compete a "las cuatro fuerzas políticas" mayoritarias.

Sánchez cargó las tintas, como era de esperar, contra Iglesias, al que acusó de haber "impedido" la investidura de un presidente socialista "por dos veces", en 2016, cuando firmó un acuerdo con Cs, y ahora, en 2019. Cree que el jefe de Podemos ha cometido "un error muy importante" al no facilitar su investidura —"y creo que está siendo bastante consciente de él"—, ha llevado a su organización a "un callejón sin salida", y dijo no saber "muy bien" las razones que le llevaron a no apoyarle. En lo personal confesó sentirse "frustrado", "profundamente decepcionado" con Iglesias, porque entiende que España necesita un Gobierno que se ocupe de las tareas que el país tiene por delante. Frustración que, sin embargo, no puede permitirse, señaló, en el ámbito de lo político.

"Proteger a España"

El jefe del Ejecutivo hizo poca autocrítica de lo ocurrido, cuando ya están a punto de pasar tres meses desde las elecciones generales del 28-A. Su responsabilidad, reconoció, es formar gobierno, pero la de los demás es "facilitar la investidura", y por eso volverá a hablar con los líderes de PP (Pablo Casado), Cs (Albert Rivera) y Podemos (Pablo Iglesias) para hallar esa salida y que España, reiteró, no se vea "abocada" a nuevas elecciones el 10 de noviembre.

Sánchez vuelve a acusar a Iglesias de perseguir "un Gobierno en paralelo", "dos gobiernos en uno", algo que no se puede "permitir" ni él ni España

Sánchez dijo entender la decepción que pueda sentir su electorado por la ruptura de las izquierdas, pero añadió que los ciudadanos también han de comprender su voluntad de construir un Gobierno "cohesionado, que funcione, coherente", con "una única dirección". Su deber, incidió, como hiciera horas antes en el pleno, es "defender el interés general" y "proteger a España".

Iglesias le lanzó una ultimísima oferta desde la tribuna de oradores del Congreso: renunciaba a demandar el Ministerio de Trabajo a cambio de que se le otorgasen las políticas activas de empleo, cuya ejecución, por cierto, está transferida a las comunidades autónomas. Sánchez no le contestó en el pleno. Acogió la propuesta con "incredulidad", porque la investidura de la Presidencia del Gobierno de España tiene una "carga y un peso de formalidad, de respeto hacia la institución, de respeto a la Cámara" que Iglesias, a su juicio, no respetó. Además, el jefe de UP quería "dos gobiernos en uno", quería tener "un Gobierno en paralelo dentro del Gobierno de España", "donde poco menos que da la sensación de que estaría continuamente recriminando al partido mayoritario, que es el PSOE". Y eso era algo que él no puede "permitir". "Ni se lo puede permitir España". Sánchez ya dijo el lunes en el pleno que el PSOE no necesita un "policía jurado" al lado para que cumpla.

¿Es "humillante" una vicepresidencia?

De nuevo, le reprobó por considerar "humillante" asumir una vicepresidencia de contenido social o ministerios como Sanidad, Vivienda o Igualdad. Para Sánchez, Iglesias parte de un "error de principio", que es pensar que para subir el salario mínimo o derogar la reforma laboral hace falta un ministro de Podemos, porque el Ejecutivo es un "órgano colegiado", de modo que de todas las decisiones son corresponsables el conjunto de sus integrantes, y muchas de ellas luego pasan por el Poder Legislativo. La oferta a los morados fue, por tanto, "responsable", "respetuosa" con ellos y, "sobre todo, generosa".

¿Carmena ministra? "Sí, no sería descartable. No lo he hablado con ella, pero reúne sin duda alguna el perfil adecuado para entrar en el Gobierno"

Los demás mensajes fueron dirigidos a PP y Cs, a los que volvió a pedir su abstención. De paso, aguijoneó a Rivera, con quien no mantiene relación porque se niega a hablar con él (su relación es "inexistente"), por haber llevado a su partido a una "crisis existencial" por su afán en desvirtuar su proyecto centrista para acabar poniendo desde las generales y las autonómicas, municipales y europeas "el intermitente a la derecha".

Para el final se dejó Pedro Piqueras una pregunta sobre un "rumor": si, en caso de que consiguiera formar Gobierno, ficharía como ministra a Manuela Carmena, punta de lanza de la plataforma de Íñigo Errejón. Sánchez recordó que "siempre" ha estado abierto a "independientes de reconocido prestigio, sobre todo progresistas". No había pensado, dijo, en la exalcaldesa de Madrid, pero "sin duda" es una persona de una talla que él aprecia "en lo personal" y que respeta "en lo político".

¿Sería ministra entonces? "Sí, no sería descartable. No lo he hablado con ella, pero reúne sin duda alguna el perfil adecuado para poder tener una responsabilidad en el Gobierno de España. Pero en todo caso lo importante es que haya Gobierno". Y reiteró, de nuevo, que no tiraría "la toalla". Ese era su mensaje de este jueves tras estrellarse contra el muro del Congreso por segunda vez en su carrera política. Ambas por el abandono de Podemos.