Quinto encierro: los de Victoriano, sentada de los mozos y un herido por asta de toro
Ya en la plaza, uno de los bóvidos ha prolongado el cierre de las puertas hasta que el cronómetro ha marcado dos minutos y 49 segundos, la mayor duración de esta edición
Minutos antes de que los toros de la ganadería madrileña de Victoriano del Río echaran a correr por las calles de la capital navarra, escasas decenas de mozos han protagonizado una 'sentada' de protesta, entre el segundo y el tercer cántico al patrón. El motivo: la falta de emoción de los encierros, que se han convertido en "una farsa y un engaño".
En un comunicado, los corredores denuncian el uso de "bueyes entrenados que ocupan el espacio del toro" y de "toros con un entrenamiento condicionado a ir en manada", lo cual dificulta el lucimiento de los mozos al impedir la ejecución de buenas carreras. Critican también el empleo de antideslizante, que hace más improbable que el grupo de animales se fragmente.
Una vez abierto el portón de los corrales, los astados han recorrido las calles pamplonicas encabezadas por varios cabestros. Superada la curva de Mercaderes, la torada ha ido estirándose hasta separarse en tres grupos, lo que ha dejado algunos espacios entre las reses.
Ya en la plaza, uno de los bóvidos, despistado, ha prolongado el cierre de las puertas de chiqueros hasta que el cronómetro ha marcado dos minutos y 49 segundos, la mayor duración, por el momento, de esta edición.
El primer parte médico ha informado de cinco solicitudes de traslado al hospital, una de ellas por asta de toro. Un segundo comunicado, el del portavoz del Hospital de Navarra, ha confirmado el envío al complejo sanitario de seis personas; una de ellas, el corneado, un joven de Valencia que pasará al quirófano y quedará ingresado.
Las reses de Victoriano del Río serán lidiadas esta tarde a las 18:30 por los matadores Antonio Ferrera, Pablo Aguado y Julián López 'El Juli'.
Minutos antes de que los toros de la ganadería madrileña de Victoriano del Río echaran a correr por las calles de la capital navarra, escasas decenas de mozos han protagonizado una 'sentada' de protesta, entre el segundo y el tercer cántico al patrón. El motivo: la falta de emoción de los encierros, que se han convertido en "una farsa y un engaño".