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Torra maniobra en EEUU para que la OSCE condene a España por reprimir a Cataluña
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SU OBJETIVO ES UNA COMISIÓN CLAVE

Torra maniobra en EEUU para que la OSCE condene a España por reprimir a Cataluña

El Govern presiona a una comisión parlamentaria mixta de Estados Unidos para provocar una denuncia contra España por la supuesta vulneración de los derechos políticos de los secesionistas

Foto: Quim Torra, en la Universidad de Stanford, durante la gira que hizo por Estados Unidos el pasado enero. (EFE)
Quim Torra, en la Universidad de Stanford, durante la gira que hizo por Estados Unidos el pasado enero. (EFE)

Quim Torra ha continuado con la estrategia de internacionalización del discurso secesionista de Carles Puigdemont. Su plan pasa por sumar las simpatías de pequeños estados europeos como Islas Feroe, Estonia y Eslovenia, entre otros, y establecer vínculos con el resto de partidos independentistas del Viejo Continente. Pero por debajo de esos movimientos hay otro menos conocido en el que el Govern está invirtiendo muchos recursos. Su red diplomática está maniobrando en Estados Unidos para tratar de provocar una condena internacional a España por la supuesta vulneración de los derechos fundamentales de los catalanes. Ya logró un triunfo parcial coincidiendo con el 1-O y ahora aspira a conseguir un reproche más contundente.

El Govern ha encontrado un atajo para apuntarse esa victoria y alimentar de ese modo su retórica victimista. El blanco de Torra es la Comisión Helsinki de Estados Unidos, un órgano parlamentario casi desconocido pero muy influyente que está integrado por miembros de la Cámara de Representantes y el Senado y que tiene como misión la vigilancia del cumplimiento de los principios inspiradores que dieron lugar a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), una institución multilateral de la que forman parte 57 países, entre ellos España.

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Gran parte de la labor de la OSCE es supervisar desafíos transnacionales como el terrorismo, el armamento y la seguridad humana, pero también disfruta de una destacada autoridad como supervisor de los sistemas democráticos y del respeto a los derechos y libertades fundamentales. De hecho, la institución cuenta con una sección centrada exclusivamente en la observación de los procesos electorales y aspectos como los derechos humanos, la tolerancia y la no discriminación, la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (ODIHR, en inglés).

España canaliza su relaciones con la OSCE a través de una embajada ante el organismo, pero el independentismo está intentado entrar por la puerta de atrás. Estados Unidos fue clave en la fundación de este foro y sigue ejerciendo un peso clave en su funcionamiento, hasta el punto de que cuenta con una comisión parlamentaria mixta dedicada exclusivamente a impulsar su actividad y fijar sus prioridades. Aunque la OSCE tiene su sede en Viena, podría decirse que, en la práctica, sus cuarteles generales se encuentran en Washington, y ahí es donde ha puesto el foco la Generalitat para intentar que el foro multilateral condene a España por la supuesta conculcación de los derechos políticos de la minoría secesionista, según han confirmado a El Confidencial fuentes diplomáticas conocedoras de estos contactos y de los resortes internos del organismo.

Objetivo: llegar al 'staff' de la comisión

Cualquier resolución de la OSCE a favor de un nuevo referéndum separatista o contra el teórico comportamiento represor del Estado español que denuncia el independentismo daría evidentemente alas a la dialéctica de JxCAT y ERC. Su prioridad no son tanto los congresistas y senadores que integran la Comisión Helsinki —su nombre oficial es Comisión Sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa— como los altos cargos que forman parte del 'staff' permanente de este organismo, encargado de gestionar su actividad ordinaria.

El plan del independentismo para influir en esa institución y, por tanto, en la OSCE ha dejado rastro en el FARA (Foreign Agents Registration Act), el registro al que deben comunicar su actividad todas las instituciones extranjeras que hacen 'lobby' en territorio estadounidense. El 2 de octubre de 2017, solo un día después del referéndum, el 'lobby' que contrató la Generalitat a través de Diplocat para difundir su argumentario sobre el 1-O en suelo estadounidense, SGR Consulting, envió un primer correo con información de la consulta a Mark Milosch, que en aquel momento era el máximo responsable del 'staff' de la Comisión Helsinki.

placeholder De izq. a dcha.: Kyle Parker, Erika B. Schlager y Robert Hand.
De izq. a dcha.: Kyle Parker, Erika B. Schlager y Robert Hand.

El 'lobby' volvió a la carga al día siguiente pero, en esa segunda ocasión, los consultores de SGR Consulting telefonearon directamente a Milosch. El mismo funcionario estadounidense recibió un nuevo correo de la firma a sueldo del Govern de Puigdemont el 5 de octubre, una comunicación que también recibió esa misma jornada Erika Schlager, componente también de la dirección de la Comisión Helsinki y máxima responsable del área de Derecho Internacional.

Según los documentos trasladados por el SGR Consulting a FARA, los contactos con ese organismo clave en el funcionamiento de la OSCE dieron otro salto cualitativo el 16 de octubre. Empleados del 'lobby' mantuvieron ese día un encuentro con Schlager y Robert Hand, consejero sénior de Políticas de la comisión parlamentaria mixta. La jornada fue intensa para la maquinaria en el exterior de la Generalitat. El máximo responsable en ese momento de la delegación del Govern en Nueva York, Andrew Davis, tuvo también una reunión con Schlager. Los datos oficiales no aclaran si acudió solo o se trata de la misma cita declarada por SGR Consulting.

La reunión en la que estuvo Torra

La intervención de la Generalitat con el 155 detuvo en seco la actividad diplomática del secesionismo en Estados Unidos, pero el Govern de Torra ha reactivado su ofensiva en la primera potencia del mundo con la apertura de una nueva embajada en Washington a solo unos metros de distancia de la Casa Blanca. El pasado enero, acudió en persona para reunirse con congresistas y senadores con el supuesto objetivo de retomar las relaciones entre Cataluña y Estados Unidos, pero en su apretada agenda coló una cita con el nuevo vicepresidente del 'staff' permanente de la Comisión Helsinki, Kyle Parker. La reunión se produjo el 16 de enero. En una primera comunicación al FARA, la delegación del Govern omitió la existencia de este encuentro, pero en marzo remitió al registro una corrección para declararla. No hacerlo puede llegar a ser un grave delito.

Kyle Parker ya era un viejo conocido de la diplomacia del Govern. Andrew Davis ya se reunió con él tres días antes del 1-O, pero en aquel momento, Parker formaba parte del 'staff' del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes. Su poder actual es notablemente superior. El pasado abril, fue uno de los miembros de la delegación estadounidense en la comisión parlamentaria anual de la OSCE celebrada en Copenhague (Dinamarca). Le acompañaba Robert Hand, otro de los contactados por los tentáculos del secesionismo.

No hubo ninguna mención a la situación en Cataluña en esa cumbre, pero Hand ya participó días después del 1-O en una importante victoria del secesionismo, aunque pasó desapercibida por la intensidad informativa de esas fechas. Entre el 3 y 5 de octubre de 2017, justo después de la consulta, se celebró en Andorra la misma convención parlamentaria de los 57 estados miembros.

La primera denuncia de la OSCE a España

En un comunicado posterior, la OSCE informó de que “el referéndum planteó dos temas separados que fueron discutidos” por las delegaciones desplazadas al Principado. “La primera fue la legitimidad del esfuerzo en el contexto del derecho a la libre determinación, y la segunda fue el derecho a asociarse libremente y expresar las opiniones individuales, independientemente de si el resultado sería reconocido oficialmente de alguna manera. La respuesta de Madrid fue clara: el referéndum había sido declarado ilegal en un fallo judicial y no tenía legalidad. Sin embargo, varios oradores consideraron que el grado de fuerza utilizado por la policía no solo era excesivo sino también una violación de los derechos humanos básicos de los ciudadanos participantes”, sentenció el órgano multilateral, inclinando claramente la balanza en su lectura del 1-O del lado del Govern de Puigdemont.

Torra intenta ahora conseguir un reproche aún más firme a España. El pasado enero, durante su gira por Estados Unidos, aseguró que su objetivo era trasladar a los dirigentes con los que se reunió, incluido Kyle Parker, “la lucha por los derechos civiles y el derecho a la autodeterminación”. Este diario ha intentado en reiteradas ocasiones que Parker u otros miembros de la Comisión Helsinki detallaran cuáles fueron sus impresiones tras reunirse con Torra y el resto de líderes de la Generalitat, pero no ha obtenido ninguna respuesta.

Quim Torra ha continuado con la estrategia de internacionalización del discurso secesionista de Carles Puigdemont. Su plan pasa por sumar las simpatías de pequeños estados europeos como Islas Feroe, Estonia y Eslovenia, entre otros, y establecer vínculos con el resto de partidos independentistas del Viejo Continente. Pero por debajo de esos movimientos hay otro menos conocido en el que el Govern está invirtiendo muchos recursos. Su red diplomática está maniobrando en Estados Unidos para tratar de provocar una condena internacional a España por la supuesta vulneración de los derechos fundamentales de los catalanes. Ya logró un triunfo parcial coincidiendo con el 1-O y ahora aspira a conseguir un reproche más contundente.

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