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Torra gasta 420.000€ en su nueva embajada en EEUU y vende el 'procés' a congresistas
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sus oficinas están a 1.000 metros de la casa blanca

Torra gasta 420.000€ en su nueva embajada en EEUU y vende el 'procés' a congresistas

La delegación diplomática se instala en una de las zonas más cotizadas de Washington y contará con hasta tres responsables. Ya ha organizado encuentros con políticos republicanos y demócratas

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra. (EFE)

Quim Torra ha retomado la estrategia de internacionalización del 'procés' con más firmeza incluso de la que mostró Carles Puigdemont. La Generalitat acaba de desembolsar 478.769 dólares de fondos públicos (unos 420.000 euros al cambio actual) para poner otra vez en marcha su embajada en Estados Unidos, uno de los países prioritarios en su hoja de ruta hacia la independencia. La delegación se ubicará en un edificio de la famosa calle K de Washington, una de las más cotizadas de la capital norteamericana y a solo unos metros de distancia de la Casa Blanca, un lugar más representativo que su antiguo emplazamiento en un bloque de oficinas de Nueva York.

La entrada en vigor del artículo 155 provocó el cierre inmediato de la vasta red diplomática de la Generalitat, pero Torra ha ido revirtiendo progresivamente ese apagón hasta volver al escenario previo a la declaración unilateral de independencia (DUI) del 27 de octubre de 2017. Aunque la oficina de Washington fue reabierta el pasado 16 de noviembre por el entonces consejero de Acción Exterior, Ernest Maragall, que se desplazó a Estados Unidos para inaugurar las dependencias, la embajada no se había inscrito oficialmente en el registro del Departamento de Justicia para Agentes Extranjeros (FARA) —un paso imprescindible para poder realizar labores de 'lobby' en territorio estadounidense— hasta el pasado lunes.

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Así consta en un documento al que ha tenido acceso El Confidencial y que también desvela el coste que ha supuesto la embajada solo en estos primeros meses de funcionamiento. Los 478.769 dólares declarados por ahora suponen ya el 60% de lo que gastó la antigua delegación de Nueva York en todo 2016. Se queda más lejos, sin embargo, del presupuesto que manejó en las semanas previas al 1-O, cuando Puigdemont transfirió al otro lado del Atlántico más de 800.000 euros para tratar de recabar a la desesperada el apoyo al referéndum de algún congresista o senador de Washington. Incluso contrató un oscuro 'lobby' externo, Sphere Consulting, para que el argumentario independentista llegara a los grandes medios estadounidenses.

placeholder El edificio de oficinas de la nueva embajada de la Generalitat en Estados Unidos.
El edificio de oficinas de la nueva embajada de la Generalitat en Estados Unidos.

La sede se ubica en un lujoso edificio de oficinas inaugurado en 2008. El alquiler de los espacios que aún tiene disponibles cotiza a 40 euros por metro. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, recurrió el pasado septiembre la apertura de esta y otras delegaciones de la Generalitat, pero los tribunales aún no se han pronunciado y Torra ha conseguido en este 'impasse' volver a desplegar la red diplomática de la Generalitat, uno de los vectores clave en el plan para la construcción del Estado propio.

El congresista Díaz-Balart

El propio Torra aprovechó el pasado enero las gestiones sobre el terreno de la nueva embajada para cerrar encuentros con dirigentes republicanos y demócratas en una gira por Estados Unidos que tuvo un marcado carácter propagandístico. Como detalla el documento remitido por la delegación a las autoridades de Washington, el 'president' se reunió con el alcalde demócrata de Boise, capital de Idaho, David Bieter; con el senador por California Jerry Hill, también demócrata; con los congresistas del mismo partido Brad Schneider, John Garamendi y John Lewis, y con los congresistas republicanos Paul Cook y Mario Díaz-Balart. Este último se ha convertido en los últimos años en uno de los escasos aliados que tiene el secesionismo catalán en las instituciones de Washington. Maragall ya se reunió con Díaz-Balart en su viaje de noviembre.

placeholder Quim Torra se reunió con el congresista republicano Mario Díaz-Balart el pasado enero. La nueva 'embajadora' de la Generalitat en Washington, Victoria Alsina, cerró el encuentro. (EFE)
Quim Torra se reunió con el congresista republicano Mario Díaz-Balart el pasado enero. La nueva 'embajadora' de la Generalitat en Washington, Victoria Alsina, cerró el encuentro. (EFE)

La embajada ha declarado que esas reuniones tenían como objetivo reconducir las supuestamente interrumpidas relaciones entre Estados Unidos y Cataluña por el 155, pero el propio Torra se encargó de dejar claro en sus intervenciones públicas que el objetivo de su viaje fue otro. Una vez allí, denunció que en España persisten las estructuras de poder del franquismo y pidió la mediación internacional para resolver la cuestión catalana, que consideró un problema de vulneración de los derechos humanos más elementales. También dijo que los líderes del Govern juzgados en el Supremo son “presos políticos”. Según Torra, los dirigentes demócratas y republicanos con los que se había reunido habían mostrado una “total sintonía” con sus posiciones. Con todo, su esfuerzo dialéctico no se vio recompensado con espacio en los medios locales ni en la agenda política de Washington. La gira solo consiguió repercusión en Cataluña.

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La jefa de la delegación

A Torra le acompañó en esas citas la politóloga Victoria Alsina Burgués, seleccionada el pasado octubre por la Consejería de Asuntos Exteriores para liderar la nueva embajada en Washington tras un supuesto concurso oposición al que se presentaron, según la Generalitat, otros 56 candidatos. A sus 35 años, Alsina ya ha sido profesora en las universidades de Harvard y Nueva York, pero en su elección también pesó el haber organizado dos conferencias sobre el 'procés' en suelo estadounidense en 2017 en las que Artur Mas y Puigdemont se dieron sendos baños de fieles. Alsina se reunió en enero con un miembro del equipo del congresista republicano Tom Marino. Este llegó a formar parte de la Administración Trump, pero tras renunciar a su puesto dejó la Cámara a finales de ese mismo mes. También tuvo un encuentro con un asesor de la dirección de la Cámara de Representantes.

placeholder Victoria Alsina.
Victoria Alsina.

La segunda en el organigrama de la embajada será María Pilar Pérez Ordoño, conectada con los preparativos del 1-O. Ocupó hasta el 3 de agosto de 2017 el puesto de subdirectora general de Coordinación y Gestión de Programas del Departamento de Asuntos Exteriores que entonces encabezaba Raül Romeva, uno de los 12 dirigentes del Govern que se sientan estos días en el banquillo del Tribunal Supremo. Pérez Ordoño asumirá el cargo de coordinadora de la embajada, según la información declarada este lunes por la nueva delegación al registro del Departamento de Justicia.

El tercero en el escalafón será otro viejo conocido de la red exterior de la Generalitat, Xavier Vila, un antiguo corresponsal de la emisora pública Catalunya Ràdio que ya fue el número dos de la delegación de Nueva York que capitaneó el hispanoestadounidense Andrew S. Davis hasta la entrada en vigor del 155. Vila fue destituido por el Gobierno de Rajoy al mismo tiempo, pero ha encontrado acomodo en la embajada de Washington como asesor de comunicación.

Foto: Victoria Alsina.

La delegación ocupa ahora una oficina en la célebre calle K de la capital, famosa por albergar todos los grandes 'lobbies' que operan en el país. La Generalitat ha aprovechado las dependencias que tenía en ese lugar un organismo público dedicado teóricamente al apoyo a la externalización de las empresas catalanas, el Catalonia Trade & Investment Office, que no llegó a ser clausurado por el 155, para hacer un hueco en la zona más cotizada de la capital de la primera potencia del mundo a su embajada. Pese a ello, la delegación que lidera Alsina ya ha gastado casi medio millón de dólares de los presupuestos autonómicos en pagar el alquiler de su nuevo espacio y otros gastos de funcionamiento.

Quim Torra ha retomado la estrategia de internacionalización del 'procés' con más firmeza incluso de la que mostró Carles Puigdemont. La Generalitat acaba de desembolsar 478.769 dólares de fondos públicos (unos 420.000 euros al cambio actual) para poner otra vez en marcha su embajada en Estados Unidos, uno de los países prioritarios en su hoja de ruta hacia la independencia. La delegación se ubicará en un edificio de la famosa calle K de Washington, una de las más cotizadas de la capital norteamericana y a solo unos metros de distancia de la Casa Blanca, un lugar más representativo que su antiguo emplazamiento en un bloque de oficinas de Nueva York.

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