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Torrent ya piensa en un nuevo referéndum: "Yo voté el 1 de octubre y volveremos a votar"
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declara como testigo en el juicio

Torrent ya piensa en un nuevo referéndum: "Yo voté el 1 de octubre y volveremos a votar"

Durante la declaración de Torrent se produjo un choque entre el presidente del tribunal, Manuel Marchena, y el abogado de Oriol Junqueras y Raul Romeva, Andreu Van den Eynde

Foto: El juicio del "procés" arranca su cuarta semana en el tribunal supremo
El juicio del "procés" arranca su cuarta semana en el tribunal supremo

El presidente del Parlament ya piensa en un nuevo referéndum. Roger Torrent declaró este lunes como testigo ante el Tribunal Supremo y a los pocos minutos lanzó su primera advertencia: "Yo voté el 1 de octubre y tengan presente que volveremos a votar, volveré a votar". A preguntas de la acusación popular ejercida por Vox, el político no dudó en pintarse como un "demócrata" que no se diferencia en nada de su predecesora Carme Forcadell, pues "en su lugar hubiera hecho exactamente lo mismo". La comparecencia fue corta y su mensaje claro: ni un paso atrás.

La tarde del lunes comenzó así con un nuevo testigo que aprovechó su citación como altavoz político. El presidente del Parlament arremetió contra el partido "de extrema derecha" y contra el encarcelamiento provisional de sus compañeros, una proclama que no abandonó en ningún momento: "Soy independentista, soy ecologista, soy feminista, soy antifascista...", afirmó Torrent a preguntas de las defensas. En la misma línea, recordó en varias ocasiones su participación en el 1-O —"fui con mis dos hijas pequeñas porque intento transmitirles el valor de la democracia"—, apuntando en este sentido a que la prohibición del Tribunal Constitucional siempre le pareció secundaria: "Eso no lo podemos admitir el conjunto de los demócratas".

Respecto al papel de la cámara baja en el 'procés', Torrent aseguró que "la Mesa del Parlament solo puede inadmitir propuestas por cuestiones de forma y no de fondo", pero al mismo tiempo reconoció que la ley de transitoriedad, aquella sobre la que pretendía basarse la nueva república catalana, "nunca tuvo efectos jurídicos". Según sostuvo, ésta "buscaba una solución al conflicto entre el Gobierno catalán y español dando una seguridad al conjunto de la ciudadanía y las instituciones", enmarcándola de esta manera en el ámbito simbólico. Sobre cómo los expertos jurídicos del Parlament les avisaron del riesgo que entrañaba aprobar estas leyes, el político defendió que "los informes de los letrados de la cámara no son vinculantes" y que "la Mesa es un órgano político que no entra a valorar nunca el fondo de las propuestas por muy inconstitucionales que uno pueda pensar que son".

La comparecencia de Torrent dejó también una importante bronca entre el presidente del tribunal, Manuel Marchena, y el abogado de Junqueras y Romeva, Andreu Van den Eynde. Llegado su turno de preguntas, el letrado abordó lo ocurrido el 20-S y el 1-O, pero el magistrado le paró los pies argumentando que su declaración solo era pertinente en cuanto a aspectos parlamentarios: ""Todo lo que no sea del núcleo fáctico introduciría un círculo zigzagueante y esto haría absolutamente inmanejable el interrogatorio. Todas las preguntas 'ex novo' sobre una materia para las que el testigo no ha sido llamado son improcedentes"", le reprochó. Van den Eyde comenzó a quejarse, ante lo que Marchena intervino de nuevo: "No entre en debate conmigo sobre el alcance de la tutela judicial", avisó. Lejos de tirar la toalla, el abogado siguió insistiendo, pero a la tercera no fue la vencida.

Tras Van del Eynde, el abogado de Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, Jordi Pina, siguió sus pasos y volvió a chocar con el magistrado: "No puedo entrar en discusiones con usted", zanjó Marchena. La abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig, tomó entonces el relevo y explicó que, al igual que sus compañeros, había preparado preguntas sobre el 20-S, pero Marchena no dio su brazo a torcer: "La sala es la primera interesada en conocer qué pasó, pero si usted tenía tanto interés en conocer lo que podía aportar el señor Torrent, lo podía haber pedido como testigo, pero no lo propuso. Ese interés sobrevenido es lo que nos lleva a decir que no".

El vicepresidente declara lo contrario

El razonamiento de Torrent fue desmentido por el siguiente testigo, el vicepresidente de la cámara y miembro de Ciudadanos José María Espejo Saavedra. Él indicó que el comportamiento del Parlament en su impulso a las leyes de ruptura fue “absolutamente irregular”, palabra que salió varias veces en relación a la Mesa y a los Plenos en los que se votaban sus decisiones.

“Yo creo que todos los grupos del espectro independentista abocaron el intento de modificación del reglamento para poder tramitar ad hoc, para dar apariencia de juridicidad al procedimiento y transparencia cuando era palmario que no lo era”, explicó. También indicó que “retorcieron absolutamente” el reglamento para acudir al consejo de garantías estatutarias: “Era un blanqueamiento de.… Aquello era un atentado a la democracia y al estado de derecho”, agregó el de Ciudadanos, que destacó que la Mesa no es un órgano político sino gubernativo que persigue que se cumpla el reglamento, las leyes, la Constitución y el Estatut.

Una línea similar a la mantenida por David Pérez Ibáñez, miembro de la Mesa del PSC, quien ratificó durante su declaración que fueron advertidos por el Tribunal Constitucional sobre el deber de impedir iniciativas encaminadas a seguir adelante con la independencia de Cataluña. "Los grupos se dejaron la piel [para impedir estas leyes de desconexión]" afirmó a su vez este lunes ante el tribunal José María Espejo-Saavedra, miembro de la Mesa del Parlament por Ciudadanos.

El ex letrado mayor del Parlament, Antoni Bayona, aseguró por su parte que "había un deber de no admitir y no tramitar", pues "una función básica de cualquier persona que asesora es advertir de las responsabilidades de tomar una decisión", papel que cumplieron en la cámara baja.

El presidente del Parlament ya piensa en un nuevo referéndum. Roger Torrent declaró este lunes como testigo ante el Tribunal Supremo y a los pocos minutos lanzó su primera advertencia: "Yo voté el 1 de octubre y tengan presente que volveremos a votar, volveré a votar". A preguntas de la acusación popular ejercida por Vox, el político no dudó en pintarse como un "demócrata" que no se diferencia en nada de su predecesora Carme Forcadell, pues "en su lugar hubiera hecho exactamente lo mismo". La comparecencia fue corta y su mensaje claro: ni un paso atrás.

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