Perímetro blindado y 200 antidisturbios: las medidas de seguridad en el juicio del procés

Hasta 200 antidisturbios blindarán a partir de este martes el Tribunal Supremo por el juicio del 'procés', un dispositivo que cerrará el perímetro que bordea el edificio y solo permitirá el acceso a residentes y personal autorizado. Ni siquiera las manifestaciones podrán celebrarse frente al alto tribunal, ni de apoyo ni de repulsa a los acusados, una medida que no se había tomado en la fase de instrucción y que ha llevado a las organizaciones independentisas a desplazarse al Paseo de Recoletos. Con todas las miradas puestas en el juicio a los 12 catalanes acusados, las autoridades redoblan así las medidas de seguridad para evitar que la noticia exceda el plano jurídico.

Aunque la presencia policial es habitual en el Supremo, muy próximo a la Audiencia Nacional y a la sede nacional del PP, este lunes se ha dado una mayor actividad por parte de las fuerzas de seguridad: a primera hora se ha podido ver un vehículo de la Unidad Canina de la Policía Nacional aparcado frente al edificio y poco después se han peinado las alcantarillas que hay alrededor del mismo. A esto se suma la reciente colocación de una fila de vallas frente a la fachada principal que dificultan el paso y, según adelantó la agencia EFE y confirman a El Confidencial fuentes policiales, hasta 200 antidisturbios organizarán un perímetro de seguridad alrededor del tribunal este martes.

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El juicio arrancará con las cuestiones previas y se espera que dure en torno a tres meses, explicó el presidente del Supremo, Carlos Lesmes, en un encuentro con periodistas celebrado a comienzos de febrero. En este tiempo comparecerán destacados políticos como Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Iñigo Urkullu, Roger Torrent o Artur Mas, testigos que obligan a reforzar las medidas de seguridad. Parlamentarios vascos y catalanes también acudirán como público después de que el Supremo haya reservado sitio para ellos, e incluso Quim Torra se desplazará este martes al tribunal para presenciar la vista: "Ir a Madrid con estas condiciones tiene su riesgo", aseguró el propio 'president' este lunes a la hora de valorar su presencia en el juicio.

El despliegue de antidisturbios responde además al temor de que se organicen protestas sin autorización frente al Supremo. A comienzos de enero la Policía Nacional detuvo a ocho miembros de Arran, la organización independentista vinculada a la CUP, por lanzar botes de humo e intentar encadenarse a la verja del edificio. Finalmente no lograron su objetivo, pero las autoridades quieren evitar una escena como esta mientras todos los ojos estén puestos sobre el tribunal: hasta 600 periodistas de 150 medios distintos se han acreditado, la mayoría españoles, pero también alemanes, franceses o incluso rusos o chinos.

"Frente al Tribunal Supremo se hizo una acción simbólica para dar el pistoletazo de salida para la campaña por las sentencias que va a comenzar pronto, pero una vez más, la libertad de expresión ha sido reprimida", criticó Arran tras el arresto de sus miembros. Desde la organización aseguran ahora a El Confidencial que no tienen ninguna convocatoria organizada para este martes en Madrid, pero al mismo tiempo piden "desbordar las calles" a través de sus redes sociales. De forma paralela, la Asamblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural, ERC, JxCAT y la CUP ya han convocado una manifestación en más de una decena de ciudades, entre ellas Madrid. Tras impedirles la Delegación del Gobierno celebrarla frente al alto tribunal, en las últimas horas han anunciado que se concentrarán a las nueve de la mañana en el Paseo de Recoletos: a poco más de 200 metros del dispositivo policial.