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González: "No necesitamos relatores. Me preocupa la degradación institucional"
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VÍDEO DE SU FUNDACIÓN

González: "No necesitamos relatores. Me preocupa la degradación institucional"

El expresidente, como Guerra y como otros barones, carga contra la figura aceptada por el Gobierno para encauzar sus conversaciones con la Generalitat. Alerta de un juego "muy peligroso"

Foto: Felipe González, el pasado 29 de noviembre en Nueva York. (EFE)
Felipe González, el pasado 29 de noviembre en Nueva York. (EFE)

"No necesitamos relatores". Más claro, imposible. Felipe González carga, también él, contra la figura acordada por el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat para encauzar sus conversaciones sobre Cataluña. El patriarca socialista se alinea contra los que en el PSOE se han rebelado contra la aparición de un tercero en la mesa de negociación, porque puede conducir a la "degradación institucional". Y eso es un juego "muy peligroso".

La Fundación Felipe González distribuyó este jueves por la tarde un vídeo, 'Una llamada a la moderación', de casi nueve minutos, en el que el expresidente hace un repaso de los temas que ahora están en la agenda política: la aprobación de los Presupuestos y el diálogo con Cataluña. Respecto a este último punto, critica que se haya entrado en un terreno de "confusión" que le "preocupa". Confusión que se debe no a que los ciudadanos o los dirigentes "no se enteren de lo que está pasando" —el "desconocimiento" o la "desinformación" que este miércoles achacó Carmen Calvo al presidente manchego, Emiliano García-Page, el barón que más claro alzó la voz contra la figura del relator—, sino a que no se ha "aclarado el perímetro del diálogo".

Y en esa "confusión", dice González, hay cuestiones que le "preocupan". "Ahora a todo el mundo le llama la atención el relator, una figura conocida en Naciones Unidas. No necesitamos relatores. Me preocupa mucho la degradación institucional". El Ejecutivo central, sigue, ha de "discutir" con el Govern, "no de Estado a Estado". Discute como hace con otro Gabinete autonómico, sea el andaluz o el manchego, pero "no puede decidir lo que van a hacer los partidos".

¿Para qué necesitamos un notario que certifique lo que se dice o que les convoque cuando en el Parlamento sobran los notarios?


Y ahí encuentra González la primera "paradoja". "¿Para qué necesitamos una mesa de partidos en la que no participan los que no quieren, y tienen razón, decidida por un Ejecutivo que no permite funcionar al Parlamento si existe el Parlamento? ¿Para qué necesitamos un notario que certifique lo que se dice o que les convoque [a las reuniones] cuando en el Parlamento sobran los notarios, los asesores jurídicos, la gente que toma nota, por qué la Generalitat no hace funcionar al Parlamento, que es la sede natural del encuentro de los partidos y de las posibilidades de diálogo? Ese es un juego muy delicado en el que el Ejecutivo, de parte y parte, interfiere en la autonomía de los partidos, que tienen su representación en el Parlamento", reflexiona. Muy en la línea del que fuera su ex número dos, Alfonso Guerra.

Llevar las cosas "a lo razonable"

González arremete así contra uno de los fundamentos de la argumentación utilizada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez en las últimas horas: que hacía falta un nuevo espacio de diálogo sumado a los dos que ya existen. Porque de un lado está la comisión bilateral Generalitat-Estado, el órgano reconocido por el Estatut y en el que participan los dos gobiernos. De otro, una mesa de partidos catalanes nacida en noviembre a instancias del PSC y que ya ha celebrado dos reuniones, en las que no han participado ni PP, ni Ciudadanos, ni la CUP. El Gobierno, a través de Carmen Calvo, está cerrando los detalles con la Generalitat de una mesa de partidos, menos "constreñida" a las formalidades de una institución, y a la que incorporaría la figura de un relator, una especie de árbitro que se dedicaría a tomar nota o a convocar a las formaciones que se integren en ese foro. Lo que González no entiende —y con él otros dirigentes del PSOE— es por qué, si se trata de un espacio de interlocución de las fuerzas políticas, han de intervenir los dos ejecutivos.

González cree que si se eleva el rango y participan fuerzas estatales, se corre el riesgo de "degradar" al Parlament y al Congreso, y eso es "muy peligroso"

La pugna además está ahora en quiénes son los llamados a esa mesa. El Govern insiste en que han de formar parte de ella fuerzas estatales, singularmente Podemos, mientras que la Moncloa prefiere que solo estén formaciones catalanas, aunque no ha llegado a cerrar del todo esa puerta. Calvo no ha descartado a las claras que puedan sumarse partidos de ámbito estatal. Ha sido deliberadamente ambigua.

"¡Si los partidos nacionales tienen un Parlamento a su disposición, tienen una comisión territorial [en el Congreso] y están todos representados!", exclama González. Entonces, "para qué se necesitan", se pregunta el expresidente, ese nuevo foro, "salvo que se pretenda degradar institucionalmente, lo cual es muy peligroso para el funcionamiento de la democracia, el valor del Parlamento en Cataluña y en el conjunto del Estado, en Madrid. Que se lleven las cosas a lo razonable".

Sin noticias del relator

El exmandatario socialista también se guarda críticas para la oposición de PP y Cs, por agitar la "crispación" y caer en la "descalificación", utilizando palabras gruesas contra Sánchez, tachándole de "felón" y "traidor". "Quiero recordar, como nos costó tanto trabajo pactar la Transición, que en la vida y en la política todo lo exagerado es ridículo, y aquí estamos superando los límites del circo, que tienen una contención más o menos divertida, y estamos entrando en un aquelarre que España no se merece. Nosotros creemos en una España de ciudadanos, no en un enfrentamiento de nacionalismos irredentos. No creemos en eso, y son los ciudadanos españoles los que van a decidir el futuro del país, y hay que respetar las institucionesy fortalecerlas, llevando el diálogo y el debate necesario a las instituciones", concluye.

No a incluir la autodeterminación

En el arranque del vídeo, el exlíder socialista subraya cómo se han "confundido" dos planos distintos: el debate presupuestario con Cataluña. ERC presentó una enmienda de totalidad a los PGE, recuerda, que podría retirar si el Ejecutivo insta a la Fiscalía a retirar la acusación contra los encausados del 'procés' y si acepta negociar el derecho de autodeterminación. "El Gobierno de la nación no puede, yo creo que no quiere, interferir en el funcionamiento de la Justicia, porque cree en la independencia del Poder Judicial y nuestra Constitución es garantista", avisa.

El exlíder socialista acusa también al Ejecutivo de no haber "aclarado" suficientemente el perímetro del diálogo: la Constitución, el Estatut y la ley

El expresidente lanza de paso una carga de profundidad contra los independentistas: él prefiere la Justicia española y no el diseño que los soberanistas hicieron y que llevaron a las leyes de desconexión, aprobadas por el Parlament en las sesiones del 6 y 7 de septiembre y suspendidas por el TC. Y el derecho de autodeterminación "no está en la Constitución, ni en el ordenamiento jurídico, ni en el Derecho europeo ni en el Derecho Internacional", "no es negociable". Una reflexión en la que sí coincide con el Ejecutivo de Sánchez. "Habría que cambiar la Constitución, cosa a la que yo me opondría, para reconocer algo que no reconoce ningún país serio del mundo, que se pueda trocear el país con autodeterminaciones que acaben con la unidad o el derecho de todos los españoles a decidir su futuro".

González califica de "peticiones imposibles" e "inconstitucionales" las demandas de los independentistas. "Desde el Gobierno hay que decir: 'Ni quiero, ni puedo' [...], que creo que es la posición del Gobierno".

La derecha, contra Sánchez

El expresidente sí se manifiesta a favor del diálogo con Cataluña, frente a la "crispación, el insulto y la descalificación". Pero para que haya diálogo, subraya, ha de definirse "el perímetro", y este ha de ser el que marca la Constitución, el Estatut y el ordenamiento jurídico. "Hay que pasar por las reglas del juego. Y si uno no define el perímetro del diálogo, este se convierte en un diálogo de sordos, de confusión, en el que se expresan posiciones completamente inconciliables porque no se respeta el perímetro". González entiende que hay que "aclarar" que el perímetro de un "diálogo deseable" está ahí. Dicho de otro modo: considera que el Ejecutivo no ha marcado claramente las reglas del juego. ¿Tiene dificultades el independentismo para decir a sus bases que circunscribe el diálogo a ese terreno, después de haber declarado incluso la secesión de Cataluña? "Sí que las tiene, pero no es ningún obstáculo para que nosotros, los demócratas españoles, los constitucionalistas, empezando por el Gobierno, aclare el perímetro del diálogo. Si no, no se avanzará".

"No necesitamos relatores". Más claro, imposible. Felipe González carga, también él, contra la figura acordada por el Gobierno de Pedro Sánchez y la Generalitat para encauzar sus conversaciones sobre Cataluña. El patriarca socialista se alinea contra los que en el PSOE se han rebelado contra la aparición de un tercero en la mesa de negociación, porque puede conducir a la "degradación institucional". Y eso es un juego "muy peligroso".

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