Teresa Rodríguez acusa el "desencanto" con Podemos en un análisis interno sobre el 2-D

Teresa Rodríguez prometió una reflexión profunda la misma noche electoral de los comicios andaluces para analizar el retroceso en las urnas de Podemos. Un análisis autocrítico que comenzó a desgranar dos semanas después durante su intervención ante la dirección estatal y los representantes de las confluencias, en una reunión del denominado gobierno en la sombra de Unidos Podemos, y que ahora se plasma negro sobre blanco en un documento interno con la finalidad de abrir un debate colectivo en la organización. Entre los "elementos a tener muy en cuenta", según el documento elaborado por la secretaría de Organización de Podemos en Andalucía, se destaca el "desencanto entre nuestra base social".

Este desencanto se habría "palpado durante los últimos años y también durante el último tiempo tanto a nivel militantes, inscritos, simpatizantes, etc." debido a "algunas decisiones y la gestión de los debates internos visibilizados ante la opinión pública como conflicto interno (acumulados)". En otra parte del documento, donde se establece como tarea prioritaria tejer redes con las organizaciones sociales, se pone el foco en que "el desarrollo del bloque del cambio, especialmente de Podemos desde su surgimiento, tanto por elementos internos como externos no ha conseguido dar un salto significativo en la organización de las clases populares y trabajadoras de nuestro país".

En esta línea se afea que tras la primera asamblea de Vistalegre y, especialmente tras las elecciones municipales de 2015, "existe una distancia entre sectores organizados de los movimientos sociales y la militancia real de Podemos". Un distanciamiento entre la formación y la sociedad civil organizada que habría dado lugar "a círculos en la mayoría de los casos convertidos en núcleos de militantes/simpatizantes pequeños".

"Los votantes del PSOE pasados a Cs no han valorado una salida hacia Adelante Andalucía. Salida que consideran una aventura irresponsable"

Varios de los elementos señalados en el análisis parecen tener la vocación de compartir responsabilidades con la dirección estatal por los resultados de Adelante Andalucía, que se quedó tres escaños por debajo de la suma de Podemos e IU, por separado, en 2015 (20 frente a 17) y cosechó casi 300.000 sufragios menos. Sin embargo, también se señalan errores propios, hasta el punto de reconocer que no capitalizaron al votante descontento con Susana Díaz porque consideraron la alternativa de Adelante Andalucía como "una aventura irresponsable". Una bolsa del electorado que se habría ido a la abstención y a Ciudadanos.

La formación liderada en Andalucía por Juan Marín habría sido capaz de recibir este trasvase, según el análisis de la dirección andaluza de Podemos, por su "imagen de moderación, pactando y acordando con el PSOE los elementos centrales de la política autonómica", hasta el punto de que "PSOE y Cs han sido durante mucho tiempo sinónimos". De este modo, se añade, los votantes del PSOE encontraron "una salida a su descontento que no fuera la vergonzosa traición que supondría pasarse a la derecha que representa el PP". Todo ello, unido a la ausencia de un "ciclo de movilizaciones que repolitice la sociedad y radicalice al votantes socialista".

Por otro lado se ponen en cuestión los análisis "que quieren explicar los resultados por la oposición que hemos mantenido y el conflicto 'Teresa Rodríguez Vs. Susana Díaz'". Sin ese trabajo de oposición, se concluye, "nuestro balance en términos políticos y electorales sería hoy mucho peor". Esta reflexión se complementa con los efectos negativos de haber impuesto el marco, durante la campaña electoral, de que Adelante Andalucía sería "dique a las derechas y alternativa al PSOE", con vistas a fijar el mensaje de que en caso de no ganar no se facilitaría un gobierno de las derechas.

"Existe una distancia entre sectores organizados de los movimientos sociales y la militancia real de Podemos"

Unos efectos negativos que se habrían traducido en desmovilización y pérdida del "potencial impugnador". Lo primero porque se considera que la base social "no votó a Podemos para que siguiera el PSOE, sino como reacción". Lo segundo porque penalizó para cierta parte del electorado que buscaría "un cambio representado por 'echar al PSOE de la Junta de Andalucía' y que entendía que nosotros no garantizábamos en todos los escenarios". En resumen, se admite un desacompasamiento de la estrategia con la táctica: "Lo que es una fortaleza política a medio plazo, es de facto una debilidad electoral a corto plazo".

Esta normalización de Podemos "como una opción más", lleva a incidir en la propuesta de que, de cara al futuro, la formación trate de "insertar de manera directa nuestra actividad institucional dentro de un marco más amplio de prioridades políticas, vinculando mucho más nuestro discurso con una práctica concreta movilizadora en términos sociales". Esto es, que cada iniciativa parlamentaria tenga su "correlato social, su recorrido fuera de las instituciones para tejer alianzas y ampliar la base social de nuestras políticas".

La confluencia con IU no se pone en duda en ningún momento, y a la hora de valorar los términos "del desarrollo de la confluencia" solo se hace hincapié en la falta de acuerdo para incorporar a Equo, lo cual "podría haber amortiguado en mejores condiciones el retroceso, pero no de manera significativa (sin impacto en escaños) y no hubiera cambiado la tendencia a la baja en general". Si bien se asume que faltó tiempo para dar a conocer la marca Adelante Andalucía, una elección que generó un fuerte enfrentamiento con la dirección estatal por prescindir de las siglas, la conclusión es que "no consideramos esto lo suficientemente importante como para ser determinante".

La exclusión de las siglas en la marca Adelante Andalucía no fue un factor "lo suficientemente importante como para ser determinante"

La reflexión de la dirección andaluza de Podemos trata de trasladar los resultados electorales del 2-D a la apertura de un nuevo ciclo político "reaccionario", con la influencia de elementos externos y en clave nacional. Esto es, Andalucía como la primera expresión "anticatalanista", vinculada al auge de un sentimiento nacionalista español, excluyente de otras identidades nacionales, a un avance "xenófobo" y a la "reacción neomachista" frente al impulso del movimiento feminista. Factores que se enumeran como "claves importantes para comprender la politización actual de la sociedad". Frente a este escenario se propone una mayor implantación social, relación con los conflictos sindicales y vecinales y "ayudar a potenciar las luchas que miles de andaluces y andaluzas impulsan en defensa de la sanidad, la educación, las pensiones, el empleo o la vivienda".

El documento titulado 'Tras las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre' está encabezado con una cita del expresidente uruguayo José Mujica que hace referencia a la victoria de Bolsonaro en Brasil y que ya supone una declaración de intenciones sobre el contenido del resto del documento, además de que Teresa Rodríguez seguirá al frente de la organización en Andalucía. "La vida es una lucha permanente con avances y retrocesos. No es el fin del mundo. Por lo tanto, debemos aprender de los errores que hemos cometido y volver a empezar. Y debe ser permanente. Tampoco creerse que cuando triunfamos tocamos el cielo con las manos y que hemos llegado a un mundo maravilloso, no, apenas hemos subido un escalón. Tener humildad desde el punto de vista estratégico. No hay derrota definitiva ni triunfo definitivo".