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Una simple regla de tres para estimar el CIS: la receta de Tezanos que dispara al PSOE
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el nuevo cis no tiene cocina

Una simple regla de tres para estimar el CIS: la receta de Tezanos que dispara al PSOE

El presidente de GAD3 da con el código que descifra la piedra Rosetta del nuevo CIS: al eliminar la cocina, aumenta de cinco a 10 puntos la ventaja del PSOE sobre el PP

Foto: José Félix Tezanos, presidente del CIS. (EFE)
José Félix Tezanos, presidente del CIS. (EFE)

El enigma que traía de cabeza a los expertos en demoscopia, cómo el PSOE de Pedro Sánchez subía en intención de voto en el CIS pese a bajar en los datos brutos respecto a julio, ha sido resuelto. Narciso Michavila, presidente de la empresa de encuestas GAD3, ha dado con el código que descifra la piedra Rosetta del último CIS. Y es una simple regla de tres. Los números explican que el nuevo CIS que preside José Félix Tezanos ha suprimido la cocina, eliminado el recuerdo de voto de la ecuación y optado por una simple regla de tres para trasladar lo que la gente contesta en la encuesta a la estimación de voto. Con ese CIS crudo, la diferencia entre PSOE y PP se agranda en cinco puntos respecto de la que habría con el método anterior.

Michavila tuvo un día de locos el martes, cuando el CIS publicó su barómetro de septiembre. Era el segundo bajo el mandato de Tezanos, que llegó al CIS procedente de la ejecutiva federal del PSOE. El CIS, el organismo público clave en el análisis electoral, había anunciado el día anterior que a partir de ahora su barómetro con intención de voto en vez de trimestral sería mensual y con una muestra mayor. Eso suponía en principio cambiar la serie histórica y achicar el campo al sector privado. Reforzó la idea de que el Ejecutivo está en campaña permanente y que la menor periodicidad le sirve para elegir el mejor momento para convocar elecciones.

No me lo podía creer. ¡Vi que habían multiplicado por 1,62 la intención de voto! Era una regla de tres

Cuando salió el barómetro, el resultado fue muy bueno para el PSOE. En la foto, aparecía en cabeza con un 30,5% de estimación de voto, muy por encima del PP (20,8%). Ciudadanos (19,6%) y Podemos (16,1%) se quedaban en otra división. La última referencia comparable, el CIS publicado a primeros de agosto con una encuesta realizada en julio (un mes después de la llegada de Sánchez a Moncloa), mostraba a los socialistas con un 29,9% de estimación de voto. Ahora subían seis décimas.

Hubo un cierto alzamiento de cejas porque la impresión general era que los 100 primeros días de Sánchez en Moncloa no habían parecido un camino de rosas sino más bien uno de obstáculos. Pero al fin y al cabo la opinión pública no siempre coincide con la publicada y la encuesta estaba hecha antes de la dimisión de Carmen Montón, así que podía ser. Conforme pasaban las horas y los expertos comenzaban a analizar los datos en bruto, algo chirriaba. Como señaló Kiko Llaneras en Twitter: "Las malas señales para el PSOE son estos datos, que empeoran todos con respecto a julio: - pierde fieles - gana indecisos - bajan fugas a favor - suben fugas en contra". Además, el PSOE superaba con mucho la media de otras encuestas, como señaló Andrés Medina, de Public y durante años analista demoscópico en Moncloa con Mariano Rajoy.

El miércoles por la mañana, Michavila, presidente de GAD3, que entre otros realiza encuestas para 'La Vanguardia', tomó un AVE de Madrid a Barcelona y al fin pudo trastear un rato con los números. "Me subí al tren y empecé a mirar cómo llegaba el CIS a esa estimación de voto". Al poco, hubo bingo. Encontró una correlación directa entre la intención de voto, lo que la gente contesta en la encuesta, y la estimación de voto, lo que el CIS da como resultado probable. "No me lo podía creer. ¡Vi que habían multiplicado por 1,62 la intención de voto!". Así, mediante una simple regla de tres y sin cocina, los datos pasaban de lo que la gente decía a lo que el CIS creía que iba a pasar. "Llamé a la oficina y pedí a un consultor que hiciera la misma prueba que yo por si me estaba volviendo loco. No me lo podía creer. Eso solo se puede hacer en casos muy contados donde la muestra no está sesgada".

La cocina era hasta ahora algo habitual en las encuestas. Como explica un experto del sector con años de experiencia, que pide no ser citado para que no parezca que ataca a la competencia, lo normal en la receta es tener en cuenta el recuerdo de voto. "Cuando preguntas la intención directa, hay un grupo de gente que te dice que va a votar un partido y mucha gente que no sabe. Igual te sale que va a participar el 55% o 60%, pero en realidad luego vota el 70%. Hay una parte que tienes que estimar. Normalmente, a la gente le da cosa decir que ha votado a partidos de derechas. Así que tienes que ponderar y dar un poco más de peso a esos". Igualmente, en una encuesta domiciliaria, generalmente el PSOE está sobrerrepresentado y lo normal es bajarlo un poco teniendo en cuenta los anteriores sondeos.

Pero en este último CIS no aparece nada de eso. Hay una correlación casi perfecta entre la intención de voto declarada y la estimación del CIS. La solución Medina encaja perfectamente. "Tezanos cambia muestra, cuestionario, periodicidad, rompe serie de 22 años... para terminar estimando voto CON-UNA-REGLA-DE-TRES!!!!!", alertó Michavila en Twitter cuando hubo hecho varias veces la cuenta.

La 'solución Michavila' encaja perfectamente y explica los anómalos resultados del CIS. "Ahora entiendo que Bildu salga por encima del PNV. Eso explica que no haya voto blanco, lo han quitado porque con esa fórmula les saldría el 5,8% y es muchísimo, o que ERC y PDeCAT sumen casi 21 escaños", explica por teléfono. Michavila relata su descubrimiento con pesar: "Me duele muchísimo, porque todos hemos defendido al CIS. No quiero criticar a mi hermano mayor, pero no me puedo quedar callado".

Me duele muchísimo, porque todos hemos defendido al CIS. No quiero criticar a mi hermano mayor, pero no me puedo quedar callado

Este diario intentó el martes por la tarde obtener la versión del CIS, pero no hubo respuesta. Tezanos sí acudió a la Cadena SER, donde confirmó que su toque es dejar crudo el CIS. "Ahora mismo, no hay ninguna cocina en la encuesta del CIS", declaró y llamó a Michavila "empresario de la sociología". También animó a desconfiar de las encuestas. Con su intervención, Tezanos confirmaba que la 'solución Michavila' resuelve el enigma del CIS.

Un tercer experto del sector privado coincide en la crítica: "El CIS nunca ha sido transparente en la cocina electoral, pero en este caso era demasiado. Los datos brutos, el recuerdo de voto y las transferencias dicen que el PSOE cae, pero a él le sale que sube. Además, baja a Ciudadanos a la segunda división, aunque en los datos brutos sube". Este analista señala que los resultados eran tan extraordinarios que "desde la primavera de 2004, en los momentos dulces de Zapatero, no había tanta diferencia con el segundo". Otro experto incide: "El partido socialista baja cinco puntos en intención directa, que es muchísmo desde julio. Cada tres puntos es un millón de votantes, así que eso significaría que hay 1,7 millones menos que decían que iban a votar al PSOE. Es raro con el mismo recuerdo de voto y bajando cinco puntos, salga que sube".

"Ahora mismo, no hay ninguna cocina en la encuesta del CIS", declaró Tezanos, que llamó a Michavila "empresario de la sociología"

Aplicar la fórmula antigua no es sencillo, pero se puede aproximar. Michavila señala cómo quedaría la encuesta aplicando al menos algo parecido. "Más o menos saldría el PSOE con tres puntos menos, 27%, y seguiría el más votado. Ciudadanos subiría medio punto y el PP, dos puntos. Así, la diferencia entre PSOE y PP no sería de 10 puntos sino de cinco. Podemos tendría un punto y medio más. Los dos nacionalistas catalanes [ERC y PDeCAT], un punto menos y salen en su estado normal. Bildu vuelve a estar detrás del PNV".

El barómetro sí incluye un recuadro que ahora se entiende perfectamente. En julio advertía: "El modelo aplicado es el basado en la ponderación de los datos por recuerdo de voto, imputando la variable simpatía a los entrevistados que no han expresado una preferencia de voto por ningún partido". En septiembre, ese texto cambiaba: "El procedimiento aplicado efectúa la imputación de 'simpatía a partidos' como posible opción de voto para aquellos entrevistados y entrevistadas que han afirmado indecisión o intención de abstención".

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Lo que más duele en el sector no es que el PSOE suba, sino que la serie histórica queda trastocada. Algo así como si para un meteorólogo le movieran las estaciones de medición de temperatura y lluvia de sitio. "Tezanos ha hecho un 'Ecce homo' de Borja con el CIS. Y es una institución que había aguantado bien en los momentos difíciles, cuando surgieron Podemos y Ciudadanos", opina uno del sector privado.

El nombramiento de Tezanos fue polémico desde el principio. No solo por su filiación partidista en un puesto tan sensible sino porque intentó compatibilizar su puesto con seguir en la ejecutiva del PSOE. "No lo sé si es malo que un socialista sea presidente del CIS. Si un comunista es presidente del CIS, ¿también es malo? ¡Y si es un podemita también será malo, como dicen algunos! ¿Y un judío, también sería malo? ¿O un gitano? ¡De qué estamos hablando!", fue su primera respuesta. Finalmente, abandonó la silla en Ferraz. En marzo pasado ya mostró su escepticismo con todo el método de encuestas. Consideró que las encuestas de los medios "no son sociología, sino parasociología, una especie de brujería".

El enigma que traía de cabeza a los expertos en demoscopia, cómo el PSOE de Pedro Sánchez subía en intención de voto en el CIS pese a bajar en los datos brutos respecto a julio, ha sido resuelto. Narciso Michavila, presidente de la empresa de encuestas GAD3, ha dado con el código que descifra la piedra Rosetta del último CIS. Y es una simple regla de tres. Los números explican que el nuevo CIS que preside José Félix Tezanos ha suprimido la cocina, eliminado el recuerdo de voto de la ecuación y optado por una simple regla de tres para trasladar lo que la gente contesta en la encuesta a la estimación de voto. Con ese CIS crudo, la diferencia entre PSOE y PP se agranda en cinco puntos respecto de la que habría con el método anterior.

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