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Libertad provisional para el pirotécnico detenido por la explosión en Tui
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"ES un hombre que trabajaba por libre"

Libertad provisional para el pirotécnico detenido por la explosión en Tui

El hombre sufrió accidentes en otras ocasiones y cuenta con un largo historial de irregularidades de la pirotecnia clandestina de Tui

Foto: Equipos de desactivación de explosivos y desescombro siguen trabajando en la parroquia de Tui. (EFE)
Equipos de desactivación de explosivos y desescombro siguen trabajando en la parroquia de Tui. (EFE)

Francisco G., el hombre detenido por su relación con la explosión en Tui este miércoles ha quedado en libertad provisional este miércoles con obligación de comparecer en el juzgado cada 15 días, según ha decidido hoy la titular del juzgado número uno de la localidad.

Más que de una fábrica de explosivos, el taller en el que trabajó hasta 2017 la pirotecnia La Gallega tenía pinta de galpón apenas acondicionado. Fue un retranqueo ilegal de un muro lo que obligó a cerrar por orden judicial la precaria fábrica de Baldráns, a pocos kilómetros del lugar de Paramos donde se produjo el estallido mortal de este miércoles, que hasta ahora ha costado la vida a dos personas y causado 37 heridos. Mucho menos acondicionada estaba la casa familiar de esta última parroquia a la que, según todos los indicios, se trasladó ilegalmente el material e incluso la actividad del antiguo taller para preparar los pedidos de un verano en ciernes, la temporada alta del sector. Y allí, sin medidas de seguridad, se desencadenó la tragedia.

No fue la primera explosión en la que se vio envuelta La Gallega, una empresa veterana fundada en 1932, y cuyo dueño fue detenido el mismo miércoles bajo la acusación de homicidio imprudente. Hasta en dos ocasiones se vio envuelta en accidentes, como los que ocurrieron en 1980 y en 2005. El primero de ellos dejó cuatro heridos, uno de ellos muy grave, y destrozó por completo las instalaciones en las que entonces operaba. Dos hombres y dos mujeres de entre 51 y 23 años padecieron las consecuencias. El segundo siniestro fue en marzo de 2005, en las clausuradas instalaciones de Baldráns. Un incendio provocó el estallido de uno de los depósitos y arrasó una caseta. No hubo que lamentar daños personales, pero la onda expansiva provocó importantes destrozos en las viviendas de la zona.

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Francisco G. no era una persona especialmente apreciada en el sector. Es la única empresa de tamaño importante que no está adscrita a la Asociación Gallega de Industrias Pirotécnicas, de la que se desentendió hace siete años sin dar demasiadas explicaciones. “Es un hombre que trabaja así, a su manera, va por libre”, señala un empresario del ramo. No se involucraba en un sector en el que el resto de compañías mantienen una estrecha colaboración. Uno de los motivos del distanciamiento de sus competidores es el de los precios, excesivamente bajos en el caso de La Gallega, en opinión del resto de empresarios. “Nos robó muchas fiestas, porque no podemos competir con sus tarifas”, afirma la misma fuente. Francisco G. acumula además varias denuncias administrativas relacionadas con su empresa.

Pese al cierre judicial, la de Baldráns sigue apareciendo en la web de la empresa como la única dirección oficial de lo que se anuncia como un “gran laboratorio pirotécnico”. Es en realidad una caseta detrás de un muro con un par de carteles que prohíben la entrada y con el nombre de la empresa escrito a mano, junto a la leyenda “Cuidado: perros sueltos”. La página de la empresa ofrece como productos “baterías, candelas, fuentes, cohetes de ruido y de color, tracas, petardos, antorchas, confetis y artículos infantiles”.

placeholder Imagen aérea de la zona. (EFE)
Imagen aérea de la zona. (EFE)

El detenido pasó la noche del miércoles en la comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra, donde prestó declaración, y está previsto que pase este viernes a disposición judicial. El Juzgado de Instrucción número 1 de Tui se hará cargo del caso. Además del delito de homicidio imprudente, se le imputan los de estragos y daños por imprudencia. En la parroquia hay vecinos que sabían que en la casa donde se produjo el estallido se manejaba material pirotécnico, aunque no en unas cantidades como las necesarias para provocar un estallido como el del miércoles, que se escuchó en todo el sur de la provincia de Pontevedra. Así lo reconocía la propietaria de una de las viviendas próximas al almacén clandestino pocos minutos después del suceso. El Ayuntamiento de Tui, en cambio, desconocía por completo esa circunstancia, según reconoció el alcalde, Carlos Vázquez Padín. El regidor sí confirmó que la fábrica de Baldráns fue precintada por un expediente urbanístico.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que visitó este jueves la zona, constató que los explosivos “en ningún caso podían estar donde estaban”, pero indicó que el propietario de la pirotecnia estaba intentando “regularizar” su situación para “cumplir los límites de lindes” con parcelas colindantes “y volver a regularizar la vía urbanística” en la fábrica de Baldráns. Feijóo confirmó que la empresa tiene licencia desde el punto de vista de manipulación de explosivos por parte de la Guardia Civil y la “documentación correcta” en relación a esta actividad.

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“Hay que diferenciar entre lo que es una autorización urbanística e industrial”, subrayó el presidente gallego, para reiterar que, “desde el punto de vista industrial”, la empresa estaba legalizada. Feijóo señaló además que “en ningún caso es competencia del Gobierno autonómico” el control de este tipo de situaciones. Quien anunció una investigación “minuciosa” sobre la elusión de los controles para el almacenamiento ilegal fue el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. “Cuando tengamos la información, lo haremos público”, aseguró.

A raíz del accidente, la Delegación del Gobierno en Galicia realizará una revisión “pormenorizada” de todas las pirotécnicas autorizadas en la comunidad autónoma y de los lugares tanto de manipulación como de almacenamiento de explosivos. Lo anunció Feijóo, que defendió que el sector está sometido a “un control muy severo” y regulado por “una normativa muy estricta. “Pero ninguna autoridad puede garantizar al cien por cien” que nadie se salte la ley, dijo. La ley permite almacenar hasta 10 kilos de esta clase de material en una vivienda particular. Es el máximo que se puede disparar sin necesidad de autorización de la Subdelegación del Gobierno, y el límite que puede comprar un particular. Pero en el caso de Paramos había mucho más, cientos de kilos, tal vez miles, según el cálculo de empresarios del sector. Y no solo las clásicas bombas de palenque.

placeholder El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, visita la localidad gallega de Tui. (EFE)
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, visita la localidad gallega de Tui. (EFE)

También estallaron baterías de fuegos de luces, los clásicos fuegos artificiales. La antigüedad de La Gallega no es una excepción. La mayor parte de los talleres de pirotecnia en Galicia nacieron hace décadas. La tradición de lanzar cohetes en las fiestas se enraizó en Galicia y ha ido pasando de padres a hijos en muchas familias. Salvo excepciones, el sector se basa en pequeños talleres con no más de tres o cuatro empleados cada uno. En total, alrededor de 100 personas viven de esta actividad en las 30 fábricas existentes en Galicia, con una facturación global de alrededor de seis millones de euros.

Francisco G., el hombre detenido por su relación con la explosión en Tui este miércoles ha quedado en libertad provisional este miércoles con obligación de comparecer en el juzgado cada 15 días, según ha decidido hoy la titular del juzgado número uno de la localidad.

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