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Iglesias tira de plebiscito para zanjar la polémica y frenar el intento de derrocarlo
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"ESTO PUEDE SER NUESTRA VILLA MEONA", DICEN LOS CRÍTICOS

Iglesias tira de plebiscito para zanjar la polémica y frenar el intento de derrocarlo

Los sectores críticos están convencidos de que la pareja ganará en las urnas, pero también apelan a que "la opinión pública, que no es la militancia, seguirá recordándoles permanentemente dónde viven"

Foto: Pablo Iglesias durante un encuentro con la militancia celebrado en abril. (EFE)
Pablo Iglesias durante un encuentro con la militancia celebrado en abril. (EFE)

"Lo que estamos viendo es falso periodismo (…) para destruir a un ser humano. No hay derecho. Creo que en política hay límites y destruir a un ser humano es inaceptable". Cuando Pablo Iglesias se pronunciaba así hace tres semanas tras la publicación del vídeo de Cristina Cifuentes, la compra de su casa en La Navata estaba más que avanzada y el líder de Podemos sabía que una agencia estaba tras ella. 660.000 euros, una hipoteca de más de medio millón, piscina-lago y casa de invitados… Una tormenta perfecta que, en solo cuatro días, ha puesto en entredicho el liderazgo de la pareja que manda en la formación morada hasta verse en la necesidad de intentar cerrar la crisis apelando a la militancia con una consulta.

Iglesias, secretario general, e Irene Montero, portavoz, además de su pareja y futura madre de los mellizos que habrán de corretear por el extenso jardín de La Navata, convocaron de urgencia ayer sábado una rueda de prensa para intentar pinchar la burbuja del chalé y poner coto a los intentos, aún desde la inacción, para acabar con su liderato. En la comparecencia anunciaron que pondrán sus cargos a disposición de los inscritos en el partido: "¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la Secretaría General y de la Portavocía de Podemos". A una pregunta clara, dos opciones de respuesta: "Sí, deben seguir" o "No, deben dimitir y dejar el acta de diputados". La opción de devolver la causa de la polémica, el chalé, no se contempla.

Foto: Pablo Iglesias e Irene Montero, en el Congreso. (Gtres)

Una vez más, Iglesias intenta cerrar la crisis apelando a la militancia: de esta manera, y como sucedió en Vistalegre II, su imagen quedaría refrendada y, lo que es más importante, se cortaría de raíz el debate sobre su liderazgo. Una herida que la compra de la casa no ha hecho más que reabrir. Los sectores 'errejonistas' se mostraban anoche "estupefactos" con la idea de la consulta. Los 'anticapitalistas' son más explícitos: la otra pareja de poder en la formación morada, Teresa y Kichi, llevan tiempo marcando distancias —incluso amagando con formación propia registrada para Andalucía— y el actual alcalde de Cádiz ya ha dicho públicamente que él seguirá criando a sus hijos en su "casa de currante".

placeholder Iglesias y Montero durante su comparecencia este sábado. (EFE)
Iglesias y Montero durante su comparecencia este sábado. (EFE)

"Es nuestra Villa Meona"

Por mucho que Iglesias y Montero pretendan usar el comodín de la militancia para intentar poner fin a la peor crisis de imagen que han sufrido en sus cuatro años de vida política, lo cierto es que la militancia podrá ratificarles —así ha ocurrido siempre con la imagen de Iglesias— pero los votantes son otra cosa, y las voces críticas con la pareja que reina en la cúspide morada están convencidas de que "el chalé pasará factura. Nuestro votante no lo entiende, lo ve un exceso inconsecuente con el simbolismo que siempre ha explotado Pablo, con el pelotazo. Esto puede ser nuestra 'Villa Meona'", recordando lo sucedido con Miguel Boyer e Isabel Preysler y los años en que el PSOE se dejó cautivar por la 'beatiful people'.

Por todo ello, los sectores críticos a Iglesias y Montero están convencidos de que la pareja ganará en las urnas y se verá ratificada en sus puestos en esta especie de plebiscito cuando Pablo Echenique lo convoque y explique la logística, pero también apelan a que "la opinión pública, que no es la militancia, seguirá recordándoles permanentemente dónde viven. Será, en todo caso, un cierre en falso".

placeholder Íñigo Errejón y la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, en un evento en febrero. (EFE)
Íñigo Errejón y la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, en un evento en febrero. (EFE)

La presión aumenta desde Íñigo a Teresa

Además, a la vuelta de la esquina electoral están las urnas municipales y autonómicas, y un resultado más o menos digno de Íñigo Errejón en Madrid o de Kichi y Teresa en Cádiz dará nuevas armas para mantener la presión desde dentro tanto desde su derecha como desde su izquierda. De momento, y ante la convocatoria interna, prefieren callar: "Pertenece a la esfera privada", dicen quienes se ahorran el trago de tener que defenderles. No habrá, por supuesto y así lo descartan estas mismas fuentes, nadie que haga campaña contra la pareja desde la formación. Como mucho, habrá que estar atentos al índice de abstención como termómetro del descontento de la propia militancia.

Lo que saldrá del plebiscito será un cierre en falso y un partido aún más personalista con el líder y con su pareja como el relevo natural y oficializado. Ella aseguró ayer que en Podemos, la limitación de mandatos es de 8 años, que en el caso de su pareja se cumplen antes y en el aire ya está la posibilidad de un relevo antes de lo pensado.

Mañana sabremos cómo y cuándo tendrá lugar el plebiscito. La casa, con su seto, sus más de 280 metros útiles, el huerto, el mármol travertino y la piscina-lago, seguirán marcando la agenda. Una crisis de reputación que ha obligado a dos comunicados en Facebook —uno de Pablo Iglesias y otro de Podemos— y a una rueda de prensa el sábado por la tarde. "¿De veras pensó Pablo que no se iba a armar?", asegura una fuente de la formación morada. "O ha sido un tremendo fallo de cálculo", dice un afamado experto en demoscopia pensando en las encuestas, "o un estúpido ejercicio de soberbia". Quizá, como el mismo Iglesias confesaba hace años, ya se ha convertido en un político "aislado en la burbuja" de unos muros de piedra de más de 600.000 euros.

"Lo que estamos viendo es falso periodismo (…) para destruir a un ser humano. No hay derecho. Creo que en política hay límites y destruir a un ser humano es inaceptable". Cuando Pablo Iglesias se pronunciaba así hace tres semanas tras la publicación del vídeo de Cristina Cifuentes, la compra de su casa en La Navata estaba más que avanzada y el líder de Podemos sabía que una agencia estaba tras ella. 660.000 euros, una hipoteca de más de medio millón, piscina-lago y casa de invitados… Una tormenta perfecta que, en solo cuatro días, ha puesto en entredicho el liderazgo de la pareja que manda en la formación morada hasta verse en la necesidad de intentar cerrar la crisis apelando a la militancia con una consulta.

Irene Montero
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