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Armas, presos, jefes, crímenes por resolver... Las preguntas que deja el fin de ETA
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Armas, presos, jefes, crímenes por resolver... Las preguntas que deja el fin de ETA

Tras la selectiva petición de perdón publicada por la banda terrorista y dos semanas antes de su anunciada disolución, aún quedan muchas cuestiones abiertas

Foto: Pintadas a favor de ETA en Vitoria. (EFE)
Pintadas a favor de ETA en Vitoria. (EFE)

La escenificación ayer por parte de ETA de una selectiva petición de perdón no ha satisfecho a la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que ha censurado el oportunismo y la ha calificado como "un paso más en la estrategia que activó cuando declaró el alto el fuego para diluir su verdadera responsabilidad, justificar el uso de la violencia para imponer su proyecto totalitario y manipular la historia". Otras agrupaciones como Dignidad y Justicia incluso han vinculado el comunicado publicado ayer en los diarios abertzales 'Gara' y 'Berria' como un intercambio de cromos con el Gobierno para que éste último pueda aprobar los presupuestos generales.

Sea como fuere, la banda anunciará previsiblemente en menos de dos semanas su completa disolución, como adelantó el Grupo Internacional de Contacto, que ejerce de supuesto mediador con la organización armada. En el momento en el que este anuncio se haga efectivo (aún está por ver el modo en que ocurrirá), aún quedarán muchos interrogantes sin aclarar. Entre ellos los 379 crímenes sin resolver que deja la banda terrorista y que aún no tienen autor conocido. El presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, impulsor de dos causas —una en Argentina y otra en España— que pretenden buscar culpables a estos asesinatos, critica que ningún miembro de ETA ha aportado pista alguna que ayude a avanzar en la resolución de estos procedimientos.

Foto: Imagen de archivo de 2013 de un comunicado de ETA. (EFE)
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Por el momento, ambas causas iniciadas por su asociación se encuentran aún en fase de instrucción en la Audiencia Nacional española y en los tribunales argentinos. En ambas, sus impulsores tratan de encontrar culpables a los crímenes por la vía de la autoría mediata, por la que los jefes de la banda terrorista habrían sido los ideólogos de los asesinatos, no los que apretaron el gatillo, sino los que ordenaron ejecutar a las víctimas. En paralelo a esta iniciativa judicial, el Parlamento Europeo también ha comenzado una investigación con el fin de determinar si España está haciendo todo lo posible para resolver estos 379 crímenes.

Otra de las incógnitas que aún hay sobre la mesa son los miembros de la banda que todavía continúan en la clandestinidad y que conforman lo que queda de la organización armada. La Policía Nacional y la Guardia Civil mantienen en su web siete caras de otros tantos componentes de ETA. Algunos de ellos sin embargo están localizados en otros países y por diferentes motivos no pueden ser detenidos. Otros —y alguno más que no figura en ese listado— se encuentran en paradero desconocido, aunque dormidos, sin capacidad de actuar y ocultos. Las fuentes consultadas aseguran que no hay más de una veintena de miembros escondidos en Europa, principalmente en Francia, Bélgica y Alemania (donde fueron detenidos dos de los últimos etarras en noviembre de 2017).

placeholder Agentes de la policía francesa durante la operación Pardines, desarrollada en la localidad francesa de Saint-Étienne-de-Baigorry, en la que se detuvo en septiembre de 2015 a David Pla e Iratxe Sorzabal. (EFE)
Agentes de la policía francesa durante la operación Pardines, desarrollada en la localidad francesa de Saint-Étienne-de-Baigorry, en la que se detuvo en septiembre de 2015 a David Pla e Iratxe Sorzabal. (EFE)

Todos estos etarras 'dormidos' estarían bajo el paraguas de David Urdin Pérez, procedente de Segi y huido de la Justicia al que se le atribuyen algunos delitos de la 'kale borroka'. Sin ninguna experiencia es lo único que tiene la banda en la clandestinidad para dirigir a un pequeño comando logístico que se dedicaría al mantenimiento de algunos zulos y a tener operativa una pequeña estructura de falsificación para ayudar a los pocos etarras que se ocultan en Europa. Otra cosa es el aparato político, que actualmente controla el colectivo de presos, donde realmente están los últimos 'grandes' jefes de ETA. Desde que en septiembre de 2015 cayera la última dirección de la banda (David Pla e Iratxe Sorzábal) y en noviembre de 2016 fuera detenido Mikel Irastorza (hoy en libertad) no existe en la clandestinidad una dirección (la Zuba) como tal que dirija los designios de la organización.

Todo se controla desde las cárceles con la opinión de algunos de los veteranos huidos desde hace años en países de Surámerica. Estos últimos, poco más de un centenar, establecidos sobre todo en Venezuela, Cuba, México y Uruguay. Porque la única voz que tiene hoy ETA son sus presos. Actualmente hay 225 en cárceles españolas y 53 en europeas (muy lejos de los más de 700 que había en 2008). Este es otro de los grandes interrogantes. ¿Qué va a pasar con los presos ahora que ETA quiere disolverse? El Gobierno francés ya comenzó a principios de año a acercar al País Vasco a algunos reclusos etarras. Ya lo ha hecho con diez, con condenas pequeñas y sin delitos de sangre.

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De momento en España el Gobierno español no mueve ficha y mantiene la política de dispersión de presos. De hecho, Instituciones Penitenciarias ha denegado recientemente la progresión a segundo grado a más de 50 presos etarras porque no habían acreditado un requisito fundamental: su desvinculación con la banda terrorista. Las armas conforman otra pregunta que queda por contestar ahora y que previsiblemente seguirá sin respuesta tras la anunciada resolución. Hace un año, la Comisión Internacional de Verificación (CIV) encabezada por Ram Manikkalingam facilitó a las autoridades francesas la información con la localización de ocho zulos de ETA repartidos por el suroeste de Francia que contienen 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos, y "miles y miles" de detonadores y munición para proceder al anunciado desarme de la banda terrorista. La Policía francesa se desplazó a algunos de estos escondites para recoger el material ante la presencia de más de 170 "observadores" que han ejercido de testigos.

Aún queda por determinar si los etarras clandestinos poseen otras armas, dado que las que fueron entregadas se encuentran limpias y no sirven para rastrear a los etarras o indagar si fueron utilizadas para cometer asesinatos. La documentación entregada el pasado febrero por Francia al Ministerio del Interior español ayudará sin duda a resolver algunas de estas cuestiones, aunque el material aún está siendo analizado por los servicios de información de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. La documentación incluye, fundamentalmente, diligencias policiales y judiciales desarrolladas por la justicia gala, aunque también está conformada por armamento incautado por las fuerzas de seguridad francesas a los diversos comandos detenidos y en los zulos intervenidos, la mayoría de ellos cercanos a la frontera con España.

La escenificación ayer por parte de ETA de una selectiva petición de perdón no ha satisfecho a la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que ha censurado el oportunismo y la ha calificado como "un paso más en la estrategia que activó cuando declaró el alto el fuego para diluir su verdadera responsabilidad, justificar el uso de la violencia para imponer su proyecto totalitario y manipular la historia". Otras agrupaciones como Dignidad y Justicia incluso han vinculado el comunicado publicado ayer en los diarios abertzales 'Gara' y 'Berria' como un intercambio de cromos con el Gobierno para que éste último pueda aprobar los presupuestos generales.

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