Amenaza de ERE en el PP: solo el 6% de la plantilla se apunta a las bajas voluntarias

El plan de bajas voluntarias e incentivadas puesto en marcha en el Partido Popular ha tenido una fría acogida en la plantilla de la organización: apenas 25 empleados fijos de los 480 (en 2016) con que cuenta la sede central de la calle Génova en Madrid más las territoriales se han apuntado. Entre la escasa generosidad de la oferta y las conversiones de la negociación, entre los ‘funcionarios’ del PP se extiende en temor a los despidos forzosos y por la vía de un expediente de regulación de empleo (ERE).

Las salidas de trabajadores previstas para este mismo mes en la organización supondrán un recorte mínimo en el coste general de la plantilla del partido en el Gobierno, cifra que ascendía a los 19,8 millones anuales en 2016, según las cuentas presentadas ante el máximo órgano fiscalizador del Estado.

Fuentes de los trabajadores de la sede de Génova atribuyen el escaso éxito del plan presentado por la tesorera-gerente, Carmen Navarro, a las mínimas indemnizaciones ofrecidas, muy lejos de los 33 días por año trabajado que planteó el comité de empresa de partida y muy cerca de las condiciones de un “ERE duro”: 20 días por año y una anualidad de tope.

Sobre un mínimo fijo y con tres tramos de edad (menos de 57 años, entre 57 y 62 y de 62 en adelante), se proponía a los empleados adelantarles el 60% del salario hasta el momento de la jubilación. Pero solo en el caso de los más antiguos se acercaba la cuantía total a una anualidad completa.

En la dirección del partido se guardan el dato del objetivo final de ahorro que buscaban con las bajas incentivadas. La gerente, que lleva cuatro años dedicada a poner orden y transparencia en las finanzas del PP después de los desmanes de Luis Bárcenas, prosigue con su objetivo de sanear las cuentas y ya ha reducido los costes de personal en un 33% desde 2014. De los 30,9 millones gastados en ese ejercicio ha pasado a los 19,8 en 2016.

TE PUEDE INTERESAR

Recortes salariales en el PP para afrontar la pérdida de un tercio de subvención

Ángel Collado

Hasta ahora, Navarro ajustó más los salarios y los costes sociales de la plantilla que el volumen de la misma, apenas un 10%. La tesorera se encontró con 484 ‘funcionarios’ al terminar su primer año al frente de las finanzas del PP, cifra que seguía en los 480 a finales de 2016. Según fuentes de la dirección, durante este ejercicio ya ha habido algunas salidas voluntarias, sin plan alguno para incentivarlas; pero también reconocen la necesidad de aligerar más los gastos por la única vía que les queda una vez reducidos los salarios.

La reelección, un alivio organizativo

El triunfo en las elecciones de 2016 y la posterior reelección de Mariano Rajoy el pasado noviembre como presidente del Gobierno supusieron un gran alivio para el PP, también en términos organizativos. Muchos altos cargos y cuadros medios tienen aún plaza fija en Génova y su vuelta habría sido un problema añadido para su estabilidad financiera. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, redujo en un 40% las subvenciones ordinarias a los partidos en los dos primeros Presupuestos de la anterior legislatura útil, entre 2012 y 2013.

En la sede central de la calle Génova de Madrid, el PP tiene como empleados fijos a 240 trabajadores. El resto se reparte entre las distintas sedes territoriales y son todavía casi otros 200.

La gerente tendrá que evaluar ahora los efectos de las apenas 25 bajas pactadas después de mes y medio de mantener abierta la ventanilla de personal. Y después plantearse o plantear a sus jefes la conveniencia de entrar en otra fase (ya de despidos forzosos) a partir de enero, que es lo que temen en el comité de empresa.