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El PSOE enfría la reforma constitucional para abordar antes la crisis territorial
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será antes del 1-o, y se decide en la reunión del plenario de la ejecutiva de este lunes

El PSOE enfría la reforma constitucional para abordar antes la crisis territorial

Los socialistas se inclinan por registrar en el Congreso la apertura de una comisión de estudio que analice las deficiencias del modelo de Estado para luego culminar en cambios de la Carta Magna

Foto: Pedro Sánchez, con Santos Cerdán, Patxi López, José Luis Ábalos, Cristina Narbona, Adriana Lastra, Óscar Puente y Carmen Calvo, el pasado 28 de agosto. (EFE)
Pedro Sánchez, con Santos Cerdán, Patxi López, José Luis Ábalos, Cristina Narbona, Adriana Lastra, Óscar Puente y Carmen Calvo, el pasado 28 de agosto. (EFE)

Los socialistas no renuncian a la búsqueda de caminos para desenquistar el conflicto con Cataluña. Pese a la cercanía del referéndum independentista del 1 de octubre. O precisamente por eso. Pero, salvo cambio de última hora, Pedro Sánchez esperará a plantear formalmente la apertura del diálogo sobre la reforma constitucional. Cree que antes hace falta acercar posturas en un foro más informal en el Congreso, en el que se aborde a fondo la "crisis territorial" y sea ahí donde se analicen los cambios, legislativos o de la Carta Magna, que sea preciso introducir. Y no aguardará a que pase el 1-O.

El PSOE define este lunes su hoja de ruta. El pleno de la ejecutiva federal se da cita en Ferraz para aprobar el 'timing' de las medidas diseñadas para buscar el "diálogo" con Cataluña. Lo hace una semana después de lo previsto. La vicesecretaria general, Adriana Lastra, había anunciado el pasado 16 de agosto que el 28 se pondría negro sobre blanco el paquete de iniciativas que el PSOE promovería en el Congreso. Pero se cruzaron los atentados de Barcelona y Cambrils y Sánchez decidió posponer la convocatoria.

La decisión ya está muy madura, según manifestaban este domingo distintos mandos de primer nivel a este periódico. La reflexión, muy delicada, ha basculado en las últimas semanas acerca del alcance del debate que el partido quiere propiciar en la Cámara Baja y también cómo vehicularlo, a través de qué instrumento parlamentario. Aparte de las alianzas. Sánchez quiere estudiar con el pleno de su ejecutiva este lunes todas las opciones posibles, pero la vía que se percibe más factible, según todas las fuentes consultadas, es esta: solicitar la apertura de una comisión de estudio en el Congreso para analizar la crisis territorial. Se trataría de "preparar el terreno, para cuando toque, de la reforma constitucional". O sea, los socialistas desean dar el paso previo a la discusión sobre la modificación de la Carta Magna. Por eso han pensado en un foro (institucional, sí, residenciado en el Parlamento, pero más informal) en el que puedan sentarse todas las formaciones políticas para ir aproximando posturas y diagnosticando los fallos de funcionamiento del Estado autonómico y, después, plantear las recetas para tapar esos agujeros.

"Se trata de preparar el terreno, para cuando toque, de la reforma constitucional", afirma una dirigente para explicar la reformulación de los planes

"El modelo territorial hay que cerrarlo, porque sigue estando abierto 40 años después de aprobada la Constitución. La estructura se ha ido componiendo a golpe de sentencia del Tribunal Constitucional, con negociaciones constantes... Pero el debate aún no se ha agotado. Ese tema sigue estando ahí. Por eso creemos que hay que dar vida a un foro que reflexione sobre el modelo territorial, donde nos podamos sentar todos. Es una necesidad obvia, incluso para aquellos que niegan que hagan falta cambios", indica una dirigente de primer nivel de la dirección. Si los planes del PSOE prosperasen, para lo que necesita aliados, el Congreso empezaría a debatir. "Y esa discusión debería conducirnos a algún sitio. Nosotros querríamos que culminara en una reforma federal del Estado autonómico", añade esta misma fuente.

Foto: Mariano Rajoy, junto a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado 30 de agosto. (EFE)

El reconocimiento de la plurinacionalidad

¿Significa esto que el PSOE renuncia a los cambios en la Constitución? "No, solo que lo urgente ahora mismo es la crisis territorial, y no solo por Cataluña, por eso creemos que ahora mismo debe abrirse un debate exclusivamente limitado a la política territorial", aduce un alto cargo de la cúpula de Sánchez, que añade que sería en esa comisión de estudio donde se examinaría cómo aplicar las recetas pactadas: "Algunas se pueden hacer mediante cambios de leyes, otras quizá requieran de reforma de la Constitución". Perfeccionar el reconocimiento del "Estado plurinacional", una de las apuestas más claras de Sánchez y que salió victoriosa en el 39º Congreso Federal, probablemente requeriría de retoques en el Título VIII de la Carta Magna. No obstante, Ferraz no ha definido cuántas naciones tendría esa nueva España ni qué supone la "plurinacionalidad", concepto que ha provocado no pocas fricciones internas, especialmente con Andalucía.

La previsión es que la propuesta se registre antes del 1-O, en coherencia con el doble mensaje de "defensa de la legalidad" y apuesta por el diálogo

Pero el PSOE cree que también ha de abordarse la clarificación de competencias entre el Estado y las comunidades, desarrollar algo más las líneas maestras de la financiación autonómica, modificar la fisonomía del Senado para hacer de él una verdadera Cámara territorial o reforzar los lazos de cooperación entre los distintos escalones de la Administración.

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Salvo que la ejecutiva de este lunes decida otra cosa, la previsión es que la solicitud de creación de este foro de diálogo en el Congreso se registre "en los próximos días", antes del 1-O. El PSOE quiere lanzar el mensaje de que no está "inmóvil", como a su juicio lo está el Gobierno. Sus iniciativas no están pensadas, de hecho, para "evitar" el referéndum soberanista anunciado por Junts pel Sí y la CUP, sino para tender puentes con Cataluña antes y después de la consulta. "A los socialistas nos interesa no solo el 1-O, sino el 2-O, el 15 de octubre o el 14 de noviembre. Habrá que construir espacios de acercamiento político que no se han construido. Y es una forma de dejar a los independentistas en el lugar que les corresponde", indica una fuente del máximo nivel.

Las medidas planteadas, con su priorización y calendario, emanan de la 'Declaración de Barcelona' pactada entre el PSOE y el PSC en julio

Ya lo advertía este sábado desde León la vicesecretaria general: "Nosotros siempre vamos a apoyar al Gobierno en defensa de la legalidad, pero no renunciamos tampoco a la política como ha hecho el Gobierno del PP". Ese es el doble mensaje que repite una y otra vez la dirección socialista: que respaldará al Ejecutivo de Mariano Rajoy en la "defensa del Estado", en la impugnación de la hoja de ruta secesionista, para lo cual mantendrá los cauces de comunicación abiertos con La Moncloa. Pero esa posición no es óbice, sostiene, para que se intenten construir puentes de diálogo con Cataluña.

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¿Por qué esa vía?

Además, el abordaje de la crisis territorial a través de un foro parlamentario no es la única medida que el PSOE está decidido a poner sobre la mesa, aunque sí es la de mayor calado. La ejecutiva ordenará y situará en el calendario la panoplia de iniciativas contenidas en la 'Declaración de Barcelona' que Sánchez pactó con el PSC en julio. La resolución se construía a partir de varios ejes: negociación sobre las demandas planteadas por la Generalitat hace un año a Rajoy —salvo el referéndum—, desarrollo de los aspectos del Estatut anulados por el Tribunal Constitucional en su sentencia de 2010, negociación de un nuevo modelo de financiación autonómica, más inversiones en infraestructuras para Cataluña, blindaje de la lengua y los símbolos y un mayor reconocimiento a Barcelona.

Una comisión de estudio no requiere de la aprobación del pleno: basta con que la Mesa la autorice oída la Junta de Portavoces

La propia 'Declaración de Barcelona' aseguraba que los socialistas consideran "prioritario" impulsar en este periodo de sesiones "una subcomisión, o el órgano parlamentario que se considere más conveniente", para avanzar hacia la reforma constitucional, "avalada por un amplio grado de acuerdo que comience a trabajar en sus contenidos desde los principios del consenso, el diálogo y la pluralidad". El matiz que se introduce ahora es que se quiere articular ese diálogo en dos tiempos: primero, el modelo territorial; luego, el cambio en la Constitución.

¿Por qué una comisión de estudio? La cúpula socialista entiende que es el instrumento más idóneo y el más operativo. Para empezar, las comisiones de estudio son más fáciles de poner en marcha. Como todas las comisiones no permanentes (artículo 53 del reglamento), basta con que lo acuerde la Mesa del Congreso, a iniciativa propia, de dos grupos parlamentarios o de la quinta parte de los diputados, y escuchada la Junta de Portavoces. Es decir, no hace falta que la propuesta pase por el pleno. Pero, para que salga aprobada, el PSOE (que tiene a dos miembros en la Mesa) necesita la ayuda de Unidos Podemos y Ciudadanos (otros dos cada uno), si el PP (tres) optara por el no. Además, la composición de las comisiones refleja proporcionalmente el peso de cada fuerza en la Cámara (por lo que entrarían ERC, que tiene grupo propio en el Congreso, y en principio el PDeCAT, la porción más numerosa del Mixto) y las sesiones son públicas.

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La emergencia del 1-O

Montar una subcomisión dentro de la Comisión Constitucional acarreaba más problemas. Para empezar, porque ya hay una funcionando —sobre la reforma de la Ley Electoral—, y para seguir, porque las subcomisiones han de ser aprobadas por el pleno. Además, salvo que se indique otra cosa, sus reuniones se celebran a puerta cerrada y las integran solo un miembro de cada grupo (no de forma ponderada). El otro camino, alumbrar una Comisión Mixta Congreso-Senado requiere del visto bueno del pleno de las dos Cámaras, y en esta última el PP dispone de mayoría absoluta.

La iniciativa socialista puede no ser debatida hasta después del 1-O. Depende de la voluntad de los grupos y los trámites parlamentarios

Que el PSOE registre antes del 1-O su propuesta no quiere decir que vaya a ser discutida y votada antes de esa fecha. Depende de la voluntad del resto de grupos, además del cumplimiento de los trámites en el Congreso. Pero eso ya escapa, recuerdan en Ferraz, al margen de maniobra del PSOE. La cúpula aún no ha negociado con las dos formaciones emergentes para atraerlos a su terreno. No será fácil, porque C's no quiere abrir el melón hasta pasado el 1-O y Unidos Podemos insiste en un referéndum soberanista pactado.

placeholder Margarita Robles y Adriana Lastra, portavoz y portavoz adjunta del PSOE en el Congreso, durante una sesión de control al Gobierno. (EFE)
Margarita Robles y Adriana Lastra, portavoz y portavoz adjunta del PSOE en el Congreso, durante una sesión de control al Gobierno. (EFE)


La dirección de Sánchez es muy consciente de que el arranque del curso político va a estar dominado por el previsible choque de trenes con Cataluña. Esta misma semana España asistirá al mayor desafío entre el Estado y una comunidad: el miércoles se prevé que el Parlament apruebe de forma exprés la ley del referéndum, que será de forma inmediata suspendida por el TC, tras el preceptivo recurso del Gobierno. Pero si los independentistas, como han prometido Carles Puigdemont y su número dos, el republicano Oriol Junqueras, siguen adelante y desobedecen al tribunal de garantías, el Estado tendrá que desenfundar sus armas para intentar detener el órdago secesionista del 1-O. Y es muy posible que en ese contexto la hoja de ruta de los socialistas quede ahogada por las emergencias de la lucha institucional más grave de la reciente democracia española.

Vuelta de Sánchez con desayuno informativo y rueda de prensa

La agenda de esta semana crítica está muy condicionada por lo que ocurra en Cataluña y la respuesta de las instituciones del Estado. Los socialistas lo saben: la ejecutiva de este lunes versará casi monográficamente de este asunto (aunque habrá algún otro, como el abordaje de la sequía del país) y el martes buena parte de las preguntas que se dirijan al secretario general en un desayuno informativo girarán en torno al pulso soberanista. 

Pero también ocurrirá eso este lunes, porque será Pedro Sánchez quien dé cuenta de las decisiones de su ejecutiva. Y este martes, 5 de septiembre, a las 9 de la mañana, reaparecerá ante los medios. Está invitado a un foro organizado por la agencia Europa Press en el hotel Villa Magna de Madrid, y allí responderá a las preguntas de los periodistas. En esta nueva etapa, sus comparecencias han sido muy contadas, igual que las entrevistas. En su última rueda de prensa en Ferraz antes de las vacaciones, motivada por la declaración como testigo de Mariano Rajoy ante la Audiencia Nacional, solo admitió una pregunta de una informadora. 

Los socialistas no renuncian a la búsqueda de caminos para desenquistar el conflicto con Cataluña. Pese a la cercanía del referéndum independentista del 1 de octubre. O precisamente por eso. Pero, salvo cambio de última hora, Pedro Sánchez esperará a plantear formalmente la apertura del diálogo sobre la reforma constitucional. Cree que antes hace falta acercar posturas en un foro más informal en el Congreso, en el que se aborde a fondo la "crisis territorial" y sea ahí donde se analicen los cambios, legislativos o de la Carta Magna, que sea preciso introducir. Y no aguardará a que pase el 1-O.

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