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Iglesias y Errejón afrontan el congreso de la ruptura con amenazas de escisión
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choque de trenes en vistalegre II

Iglesias y Errejón afrontan el congreso de la ruptura con amenazas de escisión

Los dos dirigentes de Podemos dirimirán sus diferencias en Vistalegre II. Los puentes están rotos. Iglesias amenaza con irse si pierde y Errejón sitúa en la agenda el fantasma de la escisión

Foto: Los diputados de Podemos Pabo Iglesias (d) e Íñigo Errejón, ayer, durante el pleno del Congreso de los Diputados. (EFE)
Los diputados de Podemos Pabo Iglesias (d) e Íñigo Errejón, ayer, durante el pleno del Congreso de los Diputados. (EFE)

Incompatibilidad en lo político, en lo organizativo y, lo que no es menos relevante en un proceso pretendidamente asambleario, en lo afectivo. Pablo Iglesias e Íñigo Errejón resolverán sus diferencias confrontando proyectos y liderazgos en Vistalegre II para hacerse con el control de la formación. El plazo fijado en el calendario congresual para llegar a un acuerdo expira la noche de este miércoles, pero los esfuerzos de cada sector se concentran ya en engrasar la maquinaria de campaña, perfilar las listas, los discursos y, sobre todo, los relatos. Cada sector tiene el suyo, de ahí que el infructuoso pacto se achaque al desinterés del otro, con más o menos persuasión y con palabras más o menos gruesas.

Iglesias y Errejón discuten en el escaño durante el pleno del Congreso

Las acusaciones cruzadas se venían vertiendo en privado desde hacía semanas, cada vez con un tono más áspero, hasta que la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y candidata errejonista en el proceso autonómico, Rita Maestre, dio el pistoletazo de salida este martes afirmando ante las cámaras de televisión que el secretario de Organización, Pablo Echenique, había dado un golpe de Estado burocrático. Alegaba que había roto unilateralmente el consenso respecto el método de elección del tribunal interno. Matices y cuestiones que carecen de relevancia hasta para unos militantes que afrontan entre atónitos y desencantados el choque de trenes de los dos Podemos en disputa.

Unas horas después de las acusaciones de Maestre, seguidas por el fuego cruzado entre otros dirigentes de la formación, Iglesias y Errejón se colocaban ante los focos, juntos en sus escaños del pleno de la Cámara Baja. Entonces continuó el relato de la 'bronca' entre ambos tras situar la escalada bélica en el centro de atención. Habían prevenido a los periodistas, aunque la interpretación de que ambos “casi llegaron a las manos” se difundió principalmente desde la bancada de los diputados populares.

Los resortes de la 'máquina de guerra electoral' en la que se convirtió Podemos se enfocan ahora hacia el enemigo interno

Podemos nació y creció, a pasos acelerados, para la contienda electoral. Lo que se construyó, según sus propios ideólogos, fue una 'máquina de guerra electoral', que no una organización política ni, mucho menos, un partido-movimiento, a pesar de las intenciones del excluido sector anticapitalista. Ahora, cerrado el ciclo electoral, las dinámicas de la 'máquina de guerra electoral' siguen su curso, pero en la contienda interna. Sin miramientos, máquina del fango incluida. La única diferencia es que ahora se combate al enemigo interno, en lugar de al externo. Iglesias se presenta como el garante para que Podemos no se convierta en el PSOE, mientras Errejón se exhibe como la única vía para no convertirse en una fuerza “resistencialista”, condenada al histórico fracaso de la izquierda.

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Entre medias, amenazas veladas de una hipotética escisión, que vuelven a sobrevolar con fuerza en la recta final del fratricida congreso. El número dos se ha afanado en subrayar en sus declaraciones públicas desde el pasado miércoles, tras celebrar una reunión entre equipos que en lugar de buscar acuerdos sirvió para remarcar las diferencias, que no hay riesgo de escisión ni de ruptura. Sin ser preguntado, coloca una y otra vez el mensaje de que eso no va a pasar o, lo que es lo mismo, coloca la hipótesis de la escisión en la agenda. Iglesias, por parte, sigue amenazando con dimitir, tanto de sus responsabilidades orgánicas como de su escaño en el Congreso, si pierde su proyecto en Vistalegre II. Dos estrategias diferentes en las formas, pero similares en el fondo.

Todo vale para alimentar la 'máquina electoral', resituar los relatos, conseguir espacio en los medios y atraerlos hacia los intereses propios. El ahora recurrente 'mate pastor' es solo un ejemplo. Una conspiración del sector errejonista para desbancar a secretarios generales no afines al número dos del partido, de la que dieron cuenta numerosos dirigentes, que por entonces no se habían alineado con ningún sector.

El único elemento que juega a favor de la reconciliación es el margen temporal que resta hasta los próximos comicios generales

Este diario se hizo eco en su día de dichas maniobras, pero no ha sido hasta la pasada semana cuando se han convertido en un elemento arrojadizo de la campaña. Algo similar ha ocurrido con las dinámicas por las que errejonistas y pablistas han creado estructuras paralelas al partido. Otro ejemplo, la teoría de la purga alimentada desde territorio madrileño, el epicentro de la guerra entre ambos sectores y termómetro de la organización. Todo ello a 10 días del arranque de la cita congresual y sin haberse iniciado oficialmente el periodo de campaña.

Podemos se incendia y atrás solo queda tierra quemada. El único elemento que juega a favor de la reconciliación y la supervivencia de un proyecto con apenas tres años de vida es el margen temporal que resta para los próximos comicios. Siempre y cuando Mariano Rajoy no eche mano de su facultad presidencial para convocar elecciones anticipadas, tanto por la oportunidad estratégica que le brinda la situación interna de PSOE y Podemos, como por la necesidad de cumplir con los ajustes de Bruselas en caso de no poder aprobar los Presupuestos Generales. La máquina de guerra electoral, construida para asaltar los cielos, comienza a devorarse a sí misma.

Incompatibilidad en lo político, en lo organizativo y, lo que no es menos relevante en un proceso pretendidamente asambleario, en lo afectivo. Pablo Iglesias e Íñigo Errejón resolverán sus diferencias confrontando proyectos y liderazgos en Vistalegre II para hacerse con el control de la formación. El plazo fijado en el calendario congresual para llegar a un acuerdo expira la noche de este miércoles, pero los esfuerzos de cada sector se concentran ya en engrasar la maquinaria de campaña, perfilar las listas, los discursos y, sobre todo, los relatos. Cada sector tiene el suyo, de ahí que el infructuoso pacto se achaque al desinterés del otro, con más o menos persuasión y con palabras más o menos gruesas.

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