Diana Quer: lo que pueden encontrar los investigadores en su teléfono móvil
El hallazgo del móvil en Taragoña puede ayudar a la Guardia Civil a reconstruir los últimos pasos que dio la joven antes de desaparecer la madrugada del 22 de agosto
El hallazgo del teléfono de Diana Quer este jueves puede aportar nuevas pistas a una investigación que parecía haber entrado en un callejón sin salida, pero dependerá del estado en el que se encuentre el terminal. El móvil, un iPhone 6 de color blanco, dejó supuestamente de emitir poco antes de las cuatro de la madrugada del pasado 22 de agosto, la noche en la que se produjo la desaparición de la joven. Si ha estado sumergido en el agua del mar desde entonces, puede que sus componentes electrónicos hayan quedado inutilizados y sea imposible recuperar la información que contenían.
“La clave está en que los chips de memoria en los que se guarda la información de los teléfonos Apple no hayan sufrido cortocircuitos por el agua”, explica José Aurelio, auditor y perito informático. “Si se han quemado, va a ser mucho más difícil que se puedan recuperar los datos que almacenan”. Este experto cree que podrían encontrarse pistas valiosas que nunca salieron del teléfono. “No todo se envía a través de las redes sociales. Hay aplicaciones como el bloc de notas o la cámara de fotos que pueden aportar nuevos datos a los investigadores”, señala Aurelio.
En efecto, una de las primeras medidas que tomó la Guardia Civil tras la desaparición de Diana fue solicitar a todas las personas que habían asistido a las fiestas de A Pobra do Caramiñal, donde fue vista la joven por última vez, que les facilitaran las fotografías o vídeos que hubieran tomado esos días. Los agentes buscaban cualquier pista fortuita sobre posibles acompañantes desconocidos de Diana o sospechosos que estuvieran esos días en la zona, por si tenían alguna relación con el caso. “El móvil encontrado ahora puede resultar crucial si la joven lo utilizó aquella noche, por ejemplo, para hacerse una foto con los responsables de su desaparición”, indica Aurelio. Lo cierto es que esa imagen habría sido imposible de localizar por otra vía.
Las conversaciones de WhatsApp que mantuvo Diana justo antes de que el teléfono dejara de emitir son el otro filón que puede aprovechar la Guardia Civil para avanzar en sus indagaciones. Como informó este diario, los agentes han logrado acceder a los mensajes que recibió el terminal después de que se apagara, tras duplicar la tarjeta del teléfono de la chica. En su mayoría, son mensajes enviados por familiares y amigos que intentaban contactar con Diana para conocer su paredero y, por tanto, tienen escaso valor para el caso.
Sin embargo, WhatsApp no ha facilitado los mensajes que se cruzó la joven antes de las cuatro de la madrugada, precisamente los más valiosos para las pesquisas. “Toda esa información está en el terminal y podrá ser analizada si el teléfono se encuentra en buen estado”, apunta a este diario Javier Rubio, perito ingeniero informático. “WhatsApp asegura que no guarda los mensajes en sus servidores pero, si los recibió o envió Diana, tienen que estar en el teléfono”. Es decir, si alguien implicado en el suceso se cruzó algún wasap con Diana esa noche, solo podría ser identificado si se encontraba el móvil de la joven. Esa opción ahora es posible.
No solo se abre la puerta para conocer sus últimos wasaps. “El terminal también puede aportar mensajes que la chica hubiera enviado por canales privados, a través de otras redes sociales, que tampoco habían sido detectados hasta ahora y que, si finalmente se accede a la información del terminal, podrían aportar nuevas pistas”, explica Rubio.
A las pistas electrónicas se une el rastro que puede haber quedado en la superficie del propio teléfono, como perfiles genéticos, huellas o fibras relacionadas con los posibles implicados en la desaparición. Sin embargo, la acción del agua durante los dos meses que habría pasado el móvil sumergido puede haber borrado cualquier tipo de vestigio. El Servicio de Criminalística de la Guardia Civil será el encargado de analizarlo y emitir un dictamen.
El hallazgo del teléfono de Diana Quer este jueves puede aportar nuevas pistas a una investigación que parecía haber entrado en un callejón sin salida, pero dependerá del estado en el que se encuentre el terminal. El móvil, un iPhone 6 de color blanco, dejó supuestamente de emitir poco antes de las cuatro de la madrugada del pasado 22 de agosto, la noche en la que se produjo la desaparición de la joven. Si ha estado sumergido en el agua del mar desde entonces, puede que sus componentes electrónicos hayan quedado inutilizados y sea imposible recuperar la información que contenían.
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