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Así se reconstruyen las últimas horas de Diana Quer: repetidores, testigos y correos
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Así se reconstruyen las últimas horas de Diana Quer: repetidores, testigos y correos

Los investigadores cruzan datos del rastro de su teléfono móvil, sus relaciones cibernéticas, la inspección ocular del recorrido que hizo la chica y el testimonio de la gente de su entorno

Foto: El coronel jefe de la Comandancia de A Coruña, Francisco Javier Jambrina Rodríguez, explicó el pasado 31 de agosto que los investigadores no pueden dar ningún dato sobre el desarrollo de las pesquisas. (EFE)
El coronel jefe de la Comandancia de A Coruña, Francisco Javier Jambrina Rodríguez, explicó el pasado 31 de agosto que los investigadores no pueden dar ningún dato sobre el desarrollo de las pesquisas. (EFE)

La investigación de la Guardia Civil en el denominado caso Diana está siendo extremadamente cuidadosa. Los agentes no quieren dar ni medio paso en falso y comprueban hasta la extenuación cualquier indicio que les llega. Hacen mil veces de abogado del diablo antes de dar por buena cualquier versión y seguir avanzando en alguna línea determinada. De ahí que, por el momento, mantengan abiertas todas las posibilidades, aunque piensen en que algunas son más probables que otras. La tesis de la desaparición voluntaria, por ejemplo, sigue siendo la más verosímil, aunque con el paso del tiempo va cogiendo más fuerza el hecho de que, aunque la joven saliera libremente, luego pasara algo imprevisto.

Los investigadores sospechan que Diana Quer se subió en un coche poco antes de desaparecer

La enorme repercusión mediática que ha tenido la desaparición de la joven Diana Quer López-Pinel y la llamada a la colaboración ciudadana hecha por SOS Desaparecidos, los padres de la chica y la propia Guardia Civil han provocado la movilización de decenas de ciudadanos, que cada día llaman para decir que han visto a la chica en algún sitio o que conocen algún dato relevante para la investigación. Toda esta información aportada por la gente de la calle es comprobada por los responsables de las pesquisas, que siguen la pista hasta que entran un callejón sin salida y les resulta imposible confirmar sus sospechas.

Al tiempo que rastrean las aportaciones de los ciudadanos, los agentes están entrevistando a conocidos de Diana vinculados con el mundo de la delincuencia. Las tomas de declaración comenzaron la semana pasada y se están desarrollando lentamente, con el fin de sacar toda la información posible relacionada con los puntos clave de las diligencias. Estas entrevistas, de hecho, están abriendo la posibilidad de realizar otras que ayuden también a arrojar luz sobre cómo se produjo la desaparición de Diana el pasado 22 de agosto.

La joven volvía de las fiestas del pueblo pasadas las dos de la mañana. Según tienen acreditado los investigadores, envió un mensaje a un amigo a las 2:40 y luego recibió un mensaje de voz a las 3:30. Esa madrugada, Diana volvió a su casa, se cambió de ropa y salió de nuevo a la calle. El momento en que hizo esto y si salió con alguien o no es lo que están tratando de determinar los investigadores. Para averiguar esto, además de los mencionados testimonios, los agentes están analizando minuciosamente la señal que emitió el teléfono móvil de la chica.

Con base en los informes aportados por la operadora, los guardias civiles están tratando de rastrear los repetidores que recibieron la señal del terminal de Diana a lo largo de la noche del 21 al 22 de agosto, con el fin de determinar la posición exacta en la que se ubicaba la chica. Esta información puede ayudar a establecer también a qué velocidad se movía la dueña del móvil y, por lo tanto, si se desplazaba en un vehículo o iba andando. Sin embargo, incluso en este punto los investigadores cogen todas las conclusiones con pinzas.

La complejidad de los aspectos técnicos, sin embargo, aconseja no tomar decisiones precipitadas en este aspecto. Fuentes de la investigación aseguran que incluso en este tema deben ser extremadamente prudentes, ya que en ocasiones, por ejemplo, el hecho de que un repetidor preste servicio a un terminal no implica necesariamente que este se encuentre en su radio de influencia, ya que también influye que la antena que le toca esté saturada o tenga algún problema.

En este punto también existe la posibilidad de que en algún momento la chica se desprendiera de su móvil por el motivo que sea, lo que implicaría que ni siquiera encontrar el terminal llevara a hallar a su propietaria. Hasta ese punto contemplan los investigadores las posibilidades a tener en cuenta, lo que hace enormemente complejo el desarrollo de unas pesquisas que han tenido como ingrediente añadido la enmarañada relación familiar de los padres de Diana.

El Juzgado número 2 de Ribeira retiró de hecho a la madre –​Diana López Pinel– la custodia de su hija menor, Valeria, en plena búsqueda de la primogénita. El padre, Juan Carlos Quer, explicó a la prensa que la decisión judicial se había tomado de oficio, sin que una parte lo hubiera reclamado, y que había que separar la resolución de la investigación de la Guardia Civil sobre el paradero de la desaparecida. Sin embargo, Juan Carlos Quer señaló que el dictamen venía "muy, muy tarde (...) en evitación de situaciones como la que nos ocupa", lo que de algún modo apuntaba a que algo ha tenido que ver el que su exmujer siguiera teniendo la custodia de sus hijas.

El padre también confesó el pasado lunes en el programa 'Espejo público' que se quedó muy sorprendido cuando conoció las amistades con las que andaban sus hijas, en referencia a los mencionados conocidos con vínculos en el mundo de la delincuencia que la Guardia Civil ha comenzado a interrogar. Este desconocimiento mostraría también la falta de comunicación entre la pareja, lo que sin duda no ofrece el mejor panorama para un investigador, que aún sentiría más necesidad de contrastar cualquier dato que reciba.

Toda esta información que recaban los agentes a través de los citados testimonios, de las declaraciones de la familia y amigos y de los datos que arroja el teléfono móvil de la chica hasta que deja de emitir señal son contrastados con los objetos personales de la joven, como su agenda, su ordenador y otros dispositivos. Estos últimos, además, están permitiendo conocer los movimientos de la desaparecida en internet, en las redes sociales más frecuentadas por los jóvenes o a través del correo electrónico.

En este contexto, otro elemento dificulta aún más la búsqueda: la ausencia absoluta de rastros de la joven en la zona cercana a la casa donde pasaba el verano con su madre y su hermana que muestren algún signo de violencia. Ni ropa, ni objetos personales, ni mechones de pelo, ni huellas o elementos de otras personas que puedan llevar a pensar que hubo un forcejeo u otro tipo de enfrentamiento. Esta falta de pistas en este sentido solo lleva a pensar que si hubo algún tipo de atropello, no fue en el entorno de la casa, de la que al parecer salió voluntariamente.

La investigación de la Guardia Civil en el denominado caso Diana está siendo extremadamente cuidadosa. Los agentes no quieren dar ni medio paso en falso y comprueban hasta la extenuación cualquier indicio que les llega. Hacen mil veces de abogado del diablo antes de dar por buena cualquier versión y seguir avanzando en alguna línea determinada. De ahí que, por el momento, mantengan abiertas todas las posibilidades, aunque piensen en que algunas son más probables que otras. La tesis de la desaparición voluntaria, por ejemplo, sigue siendo la más verosímil, aunque con el paso del tiempo va cogiendo más fuerza el hecho de que, aunque la joven saliera libremente, luego pasara algo imprevisto.

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