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El PSOE utiliza el pánico nuclear para impulsar el cierre de Garoña
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LOS SOCIALISTAS BUSCAN VOTOS PROVOCANDO AL PP

El PSOE utiliza el pánico nuclear para impulsar el cierre de Garoña

El PSOE está decidido a utilizar la crisis de Fukushima, cuyo accidente se equiparó ayer al de Chernóbil, para impulsar el cierre de Garoña y retratar

Foto: El PSOE utiliza el pánico nuclear para impulsar el cierre de Garoña
El PSOE utiliza el pánico nuclear para impulsar el cierre de Garoña

El PSOE está decidido a utilizar la crisis de Fukushima, cuyo accidente se equiparó ayer al de Chernóbil, para impulsar el cierre de Garoña y retratar electoralmente al PP como un partido dispuesto a sembrar España de instalaciones nucleares. Los socialistas sacaron adelante ayer en el Congreso una iniciativa para reforzar la seguridad de las centrales, que insta también al Gobierno a hacer efectivo el cierre de la central burgalesa. Los populares se abstuvieron, pero el debate parlamentario se convirtió en un nuevo rifirrafe sobre el futuro de esta energía en España.

La proximidad del 22-M ha llevado a Ferraz a plantear una estrategia de provocación para que el PP reaccione con su vertiente más conservadora. Así, los socialistas han comenzado a alertar de los supuestos planes de su adversario para imponer el copago sanitario, mientras que, en materia energética, han aprovechado la crisis japonesa para volver a marcar diferencias entre verdes y pro nucleares. Incluso el PNV, que ayer respaldó al PSOE, tachó de “electoralista” esta propuesta sobre Garoña y la seguridad. Por su parte, CiU criticó la iniciativa porque “no tocaba” abordar el cierre de la central.

Lo cierto es que esta iniciativa llega en plena alarma por el accidente de Fukushima y constituye una nueva vuelta de tuerca a las cambiantes posiciones del Gobierno y del PSOE. El texto impulsado por el Grupo Parlamentario Socialista solicita al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que realice, antes del 31 de diciembre, los estudios necesarios para garantizar que las centrales “pueden funcionar durante su periodo de vida útil sin suponer un riesgo para la población o para el medio ambiente en todas las posibles situaciones consideradas como excepcionales, tales como terremotos, inundaciones, accidentes o actos terroristas”.

Pero esta medida ya había sido anunciada por el propio José Luis Rodríguez Zapatero hace casi un mes, por lo que no aporta grandes novedades, ni precisa un adelanto de la fecha de cierre Garoña, prevista para 2013. Para el diputado popular Álvaro Nadal, se trata de “demagogia y capricho en campaña”, ya que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, aseguró tras el accidente de Fukushima que las centrales españolas son seguras, mientras que el CSN se ha mostrado favorable a la continuidad de Garoña.

Por otra parte, la iniciativa proposición del Grupo Socialista reclama “avanzar en la actual estrategia energética que descarta la construcción de nuevas centrales y el cierre de las existentes, una vez agotado su periodo de vida útil”. El texto, defendido por Hugo Morán, secretario de Medio Ambiente del PSOE, retoma la posición clásica del partido y de su último programa electoral en un intento por reverdecer su imagen de cara al 22-M.

Volantazo político

No obstante, el pasado febrero, los socialistas renunciaron al límite de 40 años de vida útil de las centrales en un pacto con PP, CiU y PNV que se incluyó en la Ley de Economía Sostenible (LES). Con esta enmienda, el PSOE se plegaba a las tesis populares y aceptaba la renovación de las licencias en función de las condiciones técnicas de seguridad y abastecimiento energético. El giro político llegaba además después de que el Grupo Socialista hubiera tratado de añadir a la LES la propuesta contraria, es decir, impedir las renovaciones extraordinarias de las centrales.

Pero tras este acercamiento entre PSOE y PP en materia nuclear, la crisis japonesa y las necesidades electorales han propiciado un nuevo desmarque socialista. Desde Ferraz se ha jaleado el informe de FAES donde se apuesta decididamente por la construcción de nuevas centrales en España, y acusan a Génova de “esconderse detrás de los técnicos” para no abordar públicamente el debate. Mientras, el Gobierno mantiene aparcada la elección del emplazamiento para el almacén de residuos nucleares (ATC) a la espera de que pasen los comicios.

El PSOE está decidido a utilizar la crisis de Fukushima, cuyo accidente se equiparó ayer al de Chernóbil, para impulsar el cierre de Garoña y retratar electoralmente al PP como un partido dispuesto a sembrar España de instalaciones nucleares. Los socialistas sacaron adelante ayer en el Congreso una iniciativa para reforzar la seguridad de las centrales, que insta también al Gobierno a hacer efectivo el cierre de la central burgalesa. Los populares se abstuvieron, pero el debate parlamentario se convirtió en un nuevo rifirrafe sobre el futuro de esta energía en España.

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