Es noticia
Grifols quiere pasar página: los retos del nuevo CEO para atajar la crisis reputacional
  1. Empresas
Nacho Abia asume el mando

Grifols quiere pasar página: los retos del nuevo CEO para atajar la crisis reputacional

Elevar la generación de flujo de caja, reducir el apalancamiento, pagar de la deuda... Estos son los deberes que le han puesto las firmas de inversión y las agencias de 'rating'

Foto: Entrada a la sede de Grifols en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
Entrada a la sede de Grifols en Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Grifols quiere pasar página de la crisis reputacional que sufre desde el ataque de Gotham. El nuevo capítulo de su centenaria historia comienza a escribirse este lunes, cuando Nacho Abia asume las funciones de consejero delegado (CEO) con la firme intención de que la farmacéutica catalana recupere la confianza de los inversores. Este experimentado directivo tiene mucho trabajo por delante, comenzado por atender las exigencias que demanda el mercado nada más sentarse en su nuevo despacho.

Elevar la generación de flujo de caja, reducir el apalancamiento, pagar de la deuda a corto plazo... Estos son los deberes que las grandes firmas de inversión y las agencias de rating han puesto a Grifols en los informes que han difundido en las últimas semanas sobre la compañía. Por lo tanto, las principales preocupaciones del mercado se centran en referencias financieras relacionadas, de forma directa o indirecta, con los compromisos con los acreedores.

Flujo de caja

Las alarmas sobre la generación de flujo de caja saltaron tras la publicación de los resultados de 2023. Se esperaba que consiguiese unos 450 millones de euros, como había pronosticado la propia compañía, pero finalmente informó de un equilibrio. Fue una decepción para el mercado —que tampoco digirió que las cuentas se presentasen sin auditar— y su cotización se desplomó un 35% ese día, registrando la peor jornada bursátil de su historia.

"La pobre generación de flujo de caja y la baja conversión de ebitda en efectivo son nuestras principales preocupaciones", lamentaban los analistas de Alantra en su último informe, en un claro toque de atención. La cuestión está en que se trata de un indicador relevante para conocer la liquidez de una empresa para pagar sus deudas y, ahora más que nunca, los inversores están muy pendientes de la capacidad de Grifols para hacer frente a los compromisos con sus acreedores.

"La pobre generación de flujo de caja y la baja conversión de ebitda en efectivo son nuestras principales preocupaciones"

Se explica así que el nuevo consejero delegado deba tener especial interés en acelerar la generación del flujo de caja. La compañía espera que se sitúe en 485 millones al cierre de 2024, excluyendo extraordinarios, una previsión que deberá cumplir para no volver a decepcionar al mercado. No obstante, el consenso de los analistas recogidos en Bloomberg es más optimista y sostiene que conseguirá 707,8 millones.

Reducir el apalancamiento

Otro de los retos que tiene por delante Nacho Abia es avanzar hacia el objetivo de situar la ratio de apalancamiento en 4 veces. Las agencias de calificación entienden que no es un trabajo fácil, ya esta meta todavía no entra en los cálculos que han realizado para los próximos años. Fitch señala que se mantendrá "significativamente por encima de 5 veces en 2024, antes de mejorar a menos de 5 veces para 2026". Mientras que S&P es más conciso: "Aumentará al cierre de este ejercicio hasta 6,6 veces".

Aunque es más sencillo después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) le diese la razón a Grifols en la disputa que mantiene contra Gotham sobre este aspecto. El fondo bajista le acusaba de haber manipulado la deuda y el ebitda para informar de un apalancamiento de seis veces, sosteniendo que en realidad estaba más cerca de las 10 o 13 veces. Pero, tras analizar toda la documentación, el regulador se puso del lado de la farmacéutica, aunque es cierto que le dio un toque de atención al entender que la forma de informar sobre este indicador podía equivocar a los inversores.

Deuda a corto plazo

No obstante, el desafío más inminente es cumplir con el pago de la deuda a corto plazo. Grifols tiene dos grandes partidas de pasivo con vencimiento en 2025, una de 836 millones en bonos garantizados a pagar en febrero y otra de 1.000 millones en pagarés no garantizados a la que tendrá que hacer frente en febrero. La compañía sostiene que este trabajo ya está avanzado, gracias a los 1.600 millones que recibirán tras la venta de su filial china, pero las agencias de rating no las tienen todas consigo.

S&P entiende que el dinero obtenido por la venta de su filial china no se puede emplear para pagar los 1.000 millones en pagarés no garantizados, al explicar que esos ingresos "solo se pueden utilizar de forma prorrateada para pagar la deuda garantizada del grupo". Por su parte, Fitch considera que la operación le ayudará a mitigar la presión sobre la refinanciación, pero recuerda que todavía "está pendiente de la aprobación de los organismos reguladores".

Recuperación de la acción

Mirando más a largo plazo, sus esfuerzos se centrarán en recuperar el valor de la acción, un objetivo supeditado al cumplimiento de todos los anteriores. La cotización de Grifols se ha desplomado más de un 40% desde el ataque de Gotham y los múltiples intentos que ha realizado por intentar recuperar la confianza de los inversores han quedado en saco roto.

Ni siquiera el informe de la CNMV le sirvió para recuperar algo de aliento. A pesar de que el organismo regulador no le obligará a reformular sus cuentas, señaló en su informe que sí existían "deficiencias que pueden ser relevantes" y el mercado se quedó con esta segunda lectura. Así, los analistas de Alantra mantienen que "las acciones no son invertibles", mientras que los de Bankinter siguen apuntando al "daño a la credibilidad de la compañía que ha supuesto este episodio".

El nombramiento de Nacho Abia como consejero delegado se produjo precisamente para intentar recuperar la confianza del mercado, que demandaba que los miembros de la familia Grifols abandonasen sus funciones ejecutivas y se colocase a una persona independiente para atajar la crisis de gobernanza. Por este motivo, Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu renunciaron a sus cargos de director Corporativo y director de Operaciones, respectivamente, manteniéndose en el Consejo como dominicales.

Aunque a quien sustituye Abia en el cargo es a Thomas Glanzmann, que sigue como presidente ejecutivo, creando una bicefalia en la compañía. Podrá apoyarse así en su antecesor, trabajando codo con codo para dirigir la empresa, aunque el nuevo consejero delegado ya ha tenido tiempo de ponerse al día desde que el pasado 26 de febrero entrase a formar parte del Consejo de Administración como consejero externo.

Grifols quiere pasar página de la crisis reputacional que sufre desde el ataque de Gotham. El nuevo capítulo de su centenaria historia comienza a escribirse este lunes, cuando Nacho Abia asume las funciones de consejero delegado (CEO) con la firme intención de que la farmacéutica catalana recupere la confianza de los inversores. Este experimentado directivo tiene mucho trabajo por delante, comenzado por atender las exigencias que demanda el mercado nada más sentarse en su nuevo despacho.

Grifols
El redactor recomienda