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IA y 'know how' naval: el nuevo plan de Navantia para reducir costes a las energéticas
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Minimiza la necesidad humana en alta mar

IA y 'know how' naval: el nuevo plan de Navantia para reducir costes a las energéticas

La compañía aplicará su experiencia en el mantenimiento de sus buques militares, donde se apoya en desarrollos de alta tecnología, para optimizar la conservación de los grandes parques de eólica marina

Foto: Plataformas de eólica marina de Navantia en Ferrol. (Reuters/Nacho Doce)
Plataformas de eólica marina de Navantia en Ferrol. (Reuters/Nacho Doce)
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Navantia ha pasado de ser una empresa en declive, encargada de gestionar la crisis que vivieron los astilleros, ha posicionarse como una compañía con un futuro prometedor, apoyada en dos vectores de crecimiento: la defensa y la descarbonización.

La compañía está ganando concursos relevantes a nivel internacional para fabricar buques militares de diferentes prestaciones. Un negocio que crece a medida que la geopolítica se complica, los conflictos se intensifican y el mundo opta por rearmarse elevando los presupuestos públicos destinados a este fin. A su vez, la comunidad internacional ha situado la lucha contra el cambio climático como una prioridad, lo que ha llevado a que la eólica en alta mar crezca como solución energética capaz de proporcionar electricidad limpia y mayor independencia de los combustibles fósiles.

Navantia está aprovechando su experiencia naval y sus capacidades tecnológicas para ofrecer soluciones pioneras. Ese posicionamiento diferencial se pudo percibir en Wind Europe 2024, uno de los eventos de referencia a nivel mundial del sector eólico y que este año se reunió en Bilbao. En el stand de Navantia bullía la actividad. Las salas habilitadas para reuniones entre responsables de la compañía y profesionales del sector no paraban.

Además de la amplia representación institucional que se acercó al enclave que la empresa pública instaló en el Bilbao Exibition Center (BEC), allí se dieron cita los interesados en conocer y poder probar la nueva línea de negocio que ya comercializa Navantia Seanergies, su división de energías limpias.

placeholder El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, pronuncia unas palabras durante un acto institucional. (EFE/Moncho Fuentes)
El presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, pronuncia unas palabras durante un acto institucional. (EFE/Moncho Fuentes)

Se trata de un servicio que la compañía presidida por Ricardo Domínguez está ofreciendo ya a las grandes energéticas que operan parques de eólica marina. Lo que ofrece Navantia es realizar un mantenimiento de estos parques offshore con soluciones innovadoras que ofrezcan varias ventajas competitivas: reducir costes, detectar potenciales problemas en las instalaciones de forma prematura, mejorar la seguridad del personal de mantenimiento y lograr que se amplíe la vida útil de los aerogeneradores instalados en alta mar.

Según explica el responsable de desarrollo de negocio de Navantia Seanergies, José Luis Inogés, las grandes energéticas empiezan ahora a ver los problemas que con los años de operación van apareciendo en los primeros parques eólicos en alta mar, ya de por sí complicados de mantener dadas las condiciones de los lugares donde se ubican. Todo lo que tiene que ver con el mantenimiento de estas instalaciones cada vez será un motivo de mayor preocupación a medida que esta tecnología para producir electricidad verde se va implantando.

Uno de los valores diferenciales que ofrece Navantia en este sentido es la experiencia que atesora en la industria naval. Lo que busca con su nueva línea de negocio es replicar el mantenimiento que hacen en sus buques para las instalaciones de energía offshore, donde además son los fabricantes de una pieza fundamental como es el anclaje a la plataforma marina (los jackets, según la jerga sectorial) de los aerogeneradores o el flotador (la plataforma) en el incipiente desarrollo de eólica marina flotante.

Jesús Núñez Carmona, manager comercial de operación y mantenimiento, explica que gracias a la tecnología que desarrolla la propia empresa, son capaces de mandar pequeñas embarcaciones no tripuladas hasta los aerogeneradores en alta mar donde realizan inspecciones que controlan en tiempo real con su personal en tierra. Se trata de un barco movido por control remoto desde cualquier otro punto del mundo que ya han testeado en la bahía de Cádiz como el que utilizan para el mantenimiento de buques.

Foto: Acto de puesta de quilla de la fragata F-111, primera de serie de cinco que Navantia construye para la Armada española. (EFE/Moncho Fuentes)

En el stand de Bilbao, tanto Inogés como Núñez dan a probar a los participantes en la feria —venidos de fuera de España— diferentes aplicaciones de realidad aumentada, un casco de realidad virtual que permite al usuario tener una experiencia inmersiva dentro de una subestación en alta mar, donde se replican las condiciones de los parques del mar del Norte de Europa y donde uno puede moverse por dicha subestación y hacer las inspecciones y controles necesarios, pero con la ventaja de no tener que acudir de forma presencial a la misma. Los responsables de Navantia Seanergies hablan de gemelos digitales, uso de inteligencia artificial y desarrollos potenciales que aún pueden seguir mejorando las capacidades aportadas. Aplicaciones donde la alta tecnología es el pilar fundamental.

Además, ponen de manifiesto que a diferencia de la supervisión de buques, en la eólica offshore tiene más facilidades, ya que los aerogeneradores están fijos y no se mueven, algo que supone una complicación extra.

"Con este servicio de mantenimiento logramos que se minimice el factor humano en alta mar, con lo que ello implica de reducción de costes y mayor seguridad para los operarios, que pueden reducir las incursiones hasta los parques, sobre todo los días en que la marea es peligrosa y el viaje hasta las subestaciones puede dejar al trabajador con sus capacidades mermadas por los mareos", explica Inogés.

Carmona subraya que su experiencia en el mundo de la defensa hace que, por razones obvias de seguridad, en zonas de conflicto, Navantia se enfoca mucho en exponer lo menos posible al personal y dar soluciones que minimicen dicha exposición a los militares. Como ya ocurría en la Segunda Guerra Mundial, la tecnología militar puede tener aplicación en el mundo civil.

En pruebas con grandes eléctricas

Este servicio, por ahora, es muy incipiente, señalan estos directivos. No obstante, advierte que ya hay una gran eléctrica española probando estas soluciones en los parques que opera en el mar del Norte de Alemania y de Escocia y es probable que en los próximos meses se pueda anunciar su contratación. Desde Navantia creen que los números salen, ya que las mejoras de seguridad, ahorro de costes de personal y de menos roturas en las instalaciones marinas, así como optimización de la vida útil de los parques, que se puede alargar, son factores suficientes para que las energéticas puedan contratar este servicio.

Además, creen que su experiencia y la propia estructura de la empresa, les hace ser diferenciales. No obstante, la compañía cree que hay un reto por delante y es el de la captación de talento. La alta tecnología necesaria para el desarrollo de servicios como el presentado en la feria de Bilbao necesitan de personal con altísima cualificación, por lo que el reto es captar, formar y lograr sacar el mayor rendimiento en la gestión del personal. Con el aluvión de negocio que creen que vendrá en los próximos años tanto en defensa como en energías limpias, el reto es lograr tener suficientes profesionales bien capacitados.

Un problema, sin embargo, que dista mucho de lo que vivió la compañía hace una década, con la crisis que vivieron los astilleros. Hoy, desde sus instalaciones de Ferrol, Cádiz y Cartagena, además de su sede central en Madrid, aspiran a seguir creciendo y dejar atrás el estigma de una compañía pública, anquilosada y deficitaria, en un referente del potencial corporativo marca España.

Navantia ha pasado de ser una empresa en declive, encargada de gestionar la crisis que vivieron los astilleros, ha posicionarse como una compañía con un futuro prometedor, apoyada en dos vectores de crecimiento: la defensa y la descarbonización.

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