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Más allá de Navantia: cómo explotar el potencial de los otros astilleros de la defensa española
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Gondán, Freire, Cardama y Armón

Más allá de Navantia: cómo explotar el potencial de los otros astilleros de la defensa española

Cuando se habla de exportaciones de diseños navales españoles se piensa inmediatamente en Navantia y sus éxitos internacionales en varios continentes. Pero más allá del astillero

Foto: El buque escuela Kri Bima Cuci de Freire construido para Indonesia. (Astilleros Freire)
El buque escuela Kri Bima Cuci de Freire construido para Indonesia. (Astilleros Freire)
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Cuando se habla de construcción y diseño naval con sello español se piensa inmediatamente en Navantia y sus éxitos internacionales. Pero, más allá del astillero público, hay otras empresas navales nacionales con un enorme potencial para la defensa española acreditado por su largo historial de contratos de exportación en los países más diversos y que merecen la pena conocer. Unos que podrían recibir un importante espaldarazo del Ministerio de Defensa abriendo las licitaciones para armar sus buques auxiliares.

El pasado 6 de febrero, el Consejo de Ministros aprobó la concesión de un crédito de 151 millones de euros al Gobierno de Indonesia "para financiar el proyecto de suministro de cuatro buques de vigilancia pesquera y sistemas de comunicación y vigilancia marítima". El contrato fue adjudicado a la empresa asturiana Astilleros Gondán, que en el pasado construyó dos patrulleros para la Policía Marítima de Indonesia. Además, según la prensa local de Vigo, una delegación indonesa habría visitado el astillero Construcciones Navales P. Freire, que ya hizo para el país asiático un velero escuela y un buque de formación e investigación pesqueras.

El contrato indonesio no es el único éxito de la industria naval española privada. La empresa asturiana Astilleros Armón logró el mes pasado el contrato para la construcción de dos buques auxiliares para la armada de Suecia. Mientras que los contratos de exportación de la empresa pública Navantia a las armadas de Noruega, Australia y Arabia Saudita recibieron bastante atención pública y fueron un motivo de orgullo para la industria española, muchos menos conocidos son los contratos ganados por un ramillete de astilleros privados españoles para construir patrulleros oceánicos, buques auxiliares y embarcaciones ligeras para las armadas y otras instituciones del Estado en mercados muy diversos.

Gondán: patrulleros y anfibios

Los dos buques construidos por Gondán para Indonesia en el pasado son el KP Baladewa. y el KP Bisma. Se trata de dos patrulleros oceánicos de 61 metros de eslora y dotados de plataforma de vuelo para helicóptero entregados en 2003. Su armamento principal es un cañón automático de 20mm, pero ciertamente no se trata de un buque de guerra. Su función es patrullar la Zona Económica Exclusiva de Indonesia y por redes sociales podemos encontrar constancia de operaciones en las que han participado deteniendo a pescadores vietnamitas que presuntamente faenaban en aguas indonesias.

Las exportaciones del astillero Gondán no se quedan ahí. Antes había vendido cinco buques a armada de Kenia. En el año 1993 fueron entregados dos buques de asalto anfibio de la categoría LSM (Landing Ship Medium), los KNS Galana y KNS Tana. A pesar del diseño y función originales, Kenia los ha usado fundamentalmente para tareas logísticas e incluso los ha empleado para patrullar sus costas ante la amenaza de los piratas somalíes. Así, en el año 2012 el KNS Galana sufrió frente a las costas del distrito de Kilifi el ataque de unos piratas que confundieron el buque militar keniata con un carguero civil.

placeholder El buque KNS Galana varado en la costa somalí durante el asalto keniata en Kismayo. (ONU)
El buque KNS Galana varado en la costa somalí durante el asalto keniata en Kismayo. (ONU)

En el año 1996 Gondán entregó los patrulleros KNS Shujaa y KNS Shupavu, de 60 metros de eslora. Los buques fueron dotados en Kenia de una pieza principal Oto-Melara de 76mm. Años más tarde se les unió el patrullero KNS Jasiri, que se vio afectado por un escándalo de corrupción en Kenia. La paralización y revisión de numerosos contratos de defensa dejó al KNS Jasiri en el limbo. Las noticias en el país africano apuntaban a que un intermediario se habría llevado el dinero sin intención de entregar buque alguno o pretendía entregar uno de segunda mano. Tras años amarrado en el puerto coruñés de Sada, la intermediación del Gobierno español y la inspección de una comisión keniata ayudó a desbloquear el enredo.

Encargado en 2003, el KNS Jasiri llegó a Kenia en 2012 justo a tiempo para participar en una acción de guerra notable. Las fuerzas armadas keniatas lanzaron un asalto anfibio sobre la ciudad portuaria de Kismayo en Somalia, último bastión de la organización yihadista Al Shabab, aliada local de Al Qaeda. Participaron en la operación, entre otras unidades de la armada keniata, los buques KNS Galana, KNS Shujaa y KNS Jasiri, todos ellos construidos por Gondán. Los patrulleros sirvieron de improvisados buques de asalto anfibio llevando embarcaciones neumáticas en la cubierta.

Freire: buques escuela y oceanográficos

El astillero asturiano Gondan no es el único con experiencia de haber vendido buques al Estado indonesio. En el caso del astillero gallego Construcciones Navales P. Freire se trató de un buque-escuela, el velero tipo bricbarca KRI Brima Suci. Fue botado en 2016 y al año siguiente partió para Indonesia en su viaje inaugural. Al igual que el buque Juan Sebastián Elcano en la Armada española, el KRI Brima Suci sirve para la formación de los futuros oficiales y ejerce de embajador de buena voluntad del país en sus cruceros anuales.

Freire también cuenta con experiencia construyendo buques para países africanos. Es el caso del Anna Kukurukaze Mungunda, buque encargado por el Ministerio de Pesca y Asuntos Marítimos de Namibia. El buque fue entregado en 2003 y su misión principal es la vigilancia de los caladeros nacionales, de los más ricos del mundo y responsable del 20% de las exportaciones namibias.

La cartera internacional de astilleros Freire incluye otros contratos para armadas y organizaciones gubernamentales. Destaca el BAP Carrasco, un buque oceanográfico polar de 5.000 toneladas de desplazamiento, botado en mayo de 2016 y entregado al año siguiente a la armada peruana. No tardó muchos meses en emprender su primera campaña polar. En diciembre de 2017, partió hacia la Antártida, donde el país latinoamericano cuenta con la base científica Machu Picchu. Hacia allí partió nuevamente el pasado diciembre de 2023.

Otro contrato significativo de exportación para Freire fue el del buque oceanográfico RV Belgica, propiedad de la Oficina de Política Científica de Bélgica (BELSPo, por sus siglas en francés). El buque fue entregado en 2020 y tras un tiempo dedicado a la formación de sus tripulantes llegó a Bélgica en 2021. Es operado en colaboración con otros organismos belgas, entre ellos el Ministerio de Defensa.

También hay que destacar el encargo hecho al astillero gallego por parte de la Autoridad Pública para Asuntos Agrícolas y Recursos Pesqueros del emirato de Kuwait del buque de patrulla Sabah de 42 metros de eslora. Entre los requerimientos del cliente estaba que el punto alcanzara una velocidad punta de 30 nudos y que pudiera desarrollar también misiones de búsqueda y rescate. Para ello presenta un diseño estilizado con una proa afilada que le aleja de la imagen que lucen habitualmente los buques de vigilancia pesquera.

Otras exportaciones significativas incluyen buques oceanográficos para Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Se trata de los buques Janan, Taqnia y Jaywun. Los tres presentan una eslora de entre 40 y 50 metros, pero a pesar del pequeño tamaño fueron dotados de equipos avanzados, incluyendo en el caso del tercero un vehículo submarino operado remotamente.

Cardama: buques multipropósito

El último en sumarse al plantel de astilleros españoles que ha logrado un contrato para construir patrulleros para un cliente externo es la gallega Astilleros y Varaderos Francisco Cardama. En este caso, el cliente es la armada de Uruguay. Se trata de un caso peculiar. Un país sudamericano con una inusual estabilidad política y una sociedad que no tiene percepción de amenaza externa. Los gobiernos de uno y otro signo no han invertido en sus fuerzas armadas, que han vivido una crisis existencial mientras perdían capacidades. El debate se ha zanjado con la decisión de encargar la construcción de dos patrulleros oceánicos.

Hasta ahora, Uruguay había comprado buques de segunda mano de dudosas capacidades de combate que, al menos, habían permitido mantener la aparente ilusión de ser una marina de guerra. Los nuevos buques construidos por Cardama tendrán una eslora de 86,75 metros y un desplazamiento de 1.700 toneladas. Contarán con hangar y plataforma de vuelo, además de embarcaciones auxiliares semirrígidas. Los nuevos buques no serán muy distintos de los que operan algunas guardias costeras y servirán fundamentalmente para patrullar la Zona Económica Exclusiva en una era en la que sobre las aguas sudamericanas se ciernen flotas depredadoras.

El contrato de construcción de los dos buques patrulleros generó polémica en Uruguay, como todo gasto relacionado con defensa. Uno de los requisitos planteados por el Estado Mayor de la armada uruguaya era que los astilleros que participaran en la licitación hubieran construido ya algún buque igual al que presentaban como candidato. En el caso de Cardama, no había construido un buque patrullero antes. Sí ha construido buques multipropósito para Iraq y Angola, junto con un buque oceanográfico para Argelia. Pero en los tres casos se trata de diseños derivados de buques civiles.

La prensa uruguaya también mencionó un informe donde se planteaba dudas sobre la viabilidad de la empresa española. En cualquier caso, las últimas noticias del proyecto son que los astilleros Cardama están firmando contratos con proveedores españoles. Así, Escribano Mechanical & Engineering proporcionará montajes remotos Sentinel 30 y Sentinel 2.0, además del sistema electroóptico OTEOS. Si el proyecto llega a buen puerto, la armada uruguaya va a contar por primera vez en mucho tiempo con buques de nueva construcción, modernos y realmente capaces para desempeñar las misiones para los han sido diseñados, tras décadas comprando material de segunda mano.

Astilleros Armón: salvamento y recuperación

El grupo empresarial Astilleros Armón, con sede en Asturias, es el último en lograr un contrato para una armada extranjera. En su caso se trata de la armada sueca, que busca sustituto para los veteranos HMS Pelikanen y el HMS Furusund. El primero se trata de un buque de recuperación de torpedos de ejercicio, dotado para ello con un vehículo operado remotamente. El segundo fue diseñado como buque minador, pero desempeña funciones de buque de salvamento y apoyo a buceadores. Los dos nuevos buques auxiliares que se construirán en España serán entregados en 2027 y 2028. Parece que corresponden a un solo diseño de buque multipropósito.

Los dos buques para la armada sueca no es el primer contrato logrado por Armón en el país nórdico. Anteriormente construyó el buque oceanográfico RV Svea para la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia (SLU), aunque también está a disposición del Instituto Sueco de Meteorología e Hidrología (SMHI).

Los buques oceanográficos parecen ser una especialidad de los Astilleros Armón, que han construido para el Instituto Español de Oceanografía los buques Ramón Margalef y Ángeles Alvariño, además del futuro Odón de Buen. La lista de clientes internacionales es larga, con buques como el BIPO Inapesca para México y el ARC Roncador para Colombia, trabajando en el Anna Weber-Van Bosse para el Real Instituto de Países Bajos para la Investigación Marina y en el Þórunn Þórðardóttir para el Instituto de Investigación Marina y Aguas Dulces de Islandia. Este último fue botado el pasado mes de enero y será entregado el próximo mes de octubre.

Encontramos buques y embarcaciones construidas por astilleros privados españoles en servicio en distintos organismos del Estado, como la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo (SASEMAR) o el Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Pero en el caso de Astilleros Armón una de sus construcciones ha terminado prestando servicio a la Armada de forma inesperada. En 2009 fue botado en Vigo el buque de cooperación pesquera Intermares por encargo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La intención del gobierno de entonces era que el buque Intermares sirviera para dar formación en países de Hispanoamérica y África. En la práctica, apenas se impartieron cursos y tras un largo tiempo amarrado se anunció en 2018 que sería adaptado para actuar de buque escuela para la Armada, compartiendo su uso en cursos militares y civiles mediante un convenio con el MAPA que permite dividir gastos.

La Armada de sus sueños

No se puede decir que los astilleros Gondán, Freire, Cardama o Armón no sean profetas en su tierra. Cada uno ha construido al menos un buque para algún organismo público español, en ese galimatías de responsabilidades en el ámbito marítimo que se vive en España. Pero hay un cliente al que seguro todos ellos hubieran querido poder vender sus diseños. Se trata de la Armada. La única excepción la supone el astillero Freire, que ha construido los patrulleros Tarifa y Anormendi, que opera la Armada en apoyo de la flota pesquera española con fondos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Los astilleros privados españoles están lejos de poder ofrecer buques de guerra de primera fila, pero han demostrado experiencia y fiabilidad en una amplia gama de buques auxiliares, desde logísticos a oceanográficos, pasando por patrulleros y remolcadores, vendidos a clientes extranjeros. Ahora las Fuerzas Armadas viven una fase de expansión presupuestaria, tal como anunciaron los responsables de la logística de mar, tierra y aire en el evento organizado por El Confidencial el pasado día 31 de enero en Córdoba, sería deseable que esos planes tengan en cuenta proyectos que se abran a la industria privada mediante licitaciones competitivas. Eso ayudaría a la industria de defensa española, repartiendo carga de trabajo, fortaleciendo la base industrial y otorgando un respaldo a sus diseños que sería muy útil para seguir ganando contratos en el exterior.

Cuando se habla de construcción y diseño naval con sello español se piensa inmediatamente en Navantia y sus éxitos internacionales. Pero, más allá del astillero público, hay otras empresas navales nacionales con un enorme potencial para la defensa española acreditado por su largo historial de contratos de exportación en los países más diversos y que merecen la pena conocer. Unos que podrían recibir un importante espaldarazo del Ministerio de Defensa abriendo las licitaciones para armar sus buques auxiliares.

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