Manrique reorganiza la cúpula de Sacyr con la vista puesta en el futuro CEO

Manuel Manrique ha decidido reorganizar la alta dirección de Sacyr, después de la venta el pasado año de una buena parte de la división de Medioambiente y de Servicios. Según aseguran fuentes próximas a la constructora, el presidente ha acordado con el consejo de administración la creación de una sociedad holding en la que se va a centralizar la toma de decisiones de las dos principales áreas de negocio, la de concesiones y la de construcción, lo que ha provocado inquietud en los consejeros delegados de ambas filiales.

Estas fuentes señalan que Manrique quiere fusionar en una sola cúpula directiva el trabajo que hasta ahora hacían Rafael Gómez del Río, el máximo responsable de Concesiones, y Pedro Sigüenza, jefe de Ingeniería e Infraestructuras. Ambos eran hasta la fecha los chief executive officers (CEO por las siglas en inglés) o consejeros delegados. Pero en sus nuevos roles quedarán como directores generales.

En concreto, Gómez del Río, que era el consejero delegado de Concesiones, va a ser director general de Ingeniería e Infraestructuras (construcción), mientras que Sigüenza, que era el CEO de Ingeniería, se convierte en el director general de Concesiones. Por su parte, Eduardo Campos, que anteriormente estaba al frente de Servicios, se hace cargo, también como director general, de Agua y Energía, la nueva gran apuesta de Sacyr. El objetivo: mejorar la eficiencia y la competitividad, según otras fuentes, que aseguran que habrá salidas de directivos de la segunda línea ejecutiva.

Gómez del Río lleva 18 años trabajando para Sacyr, tras pasar 13 años en Dragados, donde empezó su carrera profesional como jefe de obra. El responsable del área más estratégica de Sacyr es consejero delegado desde hace casi nueve años. Sigüenza es, por su parte, otro veterano de la empresa participada por la familia Carceller, ya que acumula cerca de 20 años en el grupo constructor, donde ha sido el máximo directivo de las áreas de Servicios, Industrial y, desde 2018, de Ingeniería e Infraestructuras.

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EFE

Según otras fuentes, la decisión de Manrique ha generado cierta inquietud interna por el destino de cada una de las cúpulas directivas de Concesiones y Construcción. Especialmente a un año vista de que el primer ejecutivo elija al futuro consejero delegado del grupo en 2025. El actual presidente se comprometió en la pasada junta general de accionistas a ceder el poder ejecutivo a un número dos con mando en plaza, con vistas a su posible retirada a medio plazo, al cumplir ya los 70 años. En otras palabras, a designar un CEO.

Se trata de una decisión de calado, puesto que, desde que Manrique se hizo con la presidencia a finales de 2011, Sacyr no ha contado con un consejero delegado en la matriz. Estos más de 12 años ha acumulado todo el poder ejecutivo gracias al apoyo principal de los Carceller, que tienen cerca del 14,6% del capital. También le han apoyado José Manuel Loureda, uno de los fundadores, que mantiene el 7,8% de las acciones, y Grupo Fuertes, dueño del grupo de alimentación El Pozo, con un 6%. Manrique aún conserva un 1,5%.

Desde que Manrique se hizo con la presidencia a finales de 2011, Sacyr no ha contado con un consejero delegado en la matriz

Estos cambios, confirmados por fuentes internas de Sacyr, se aprobarán en la reunión del consejo de administración que se celebra este miércoles y responden a la nueva hoja de ruta que Manrique está dibujando para Sacyr y que presentará en mayo. Un nuevo plan estratégico 2024-2027 que sustituye al de 2021-2025, cuyos objetivos ha cumplido con dos años de antelación, y que tendrá como pilares principales los negocios de concesiones y de agua, los dos más rentables.

Desde que Manrique puso en marcha el anterior guidance, las acciones de Sacyr se han revalorizado un 76%, hasta cotizar por encima de los tres euros por acción. Un precio que eleva la capitalización bursátil por encima de los 2.200 millones. Este repunte aleja la acción de los mínimos históricos que tocó al principio de la pandemia, cuando perdió incluso el nivel del euro por título, aunque todavía lejos de los 36 euros que llegó a marcar en 2005.