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Una transferencia de menos de 20.000€ mete a Santander en la polémica de la cuenta iraní
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ESCÁNDALO

Una transferencia de menos de 20.000€ mete a Santander en la polémica de la cuenta iraní

El banco español perdió en bolsa más de 3.000 millones por su vinculación al caso de las cuentas iraníes. La entidad niega haber incumplido la normativa estadounidense de sanciones

Foto: Documentación de la transferencia hecha a un cliente de Santander relacionado con empresas iraníes. (EC)
Documentación de la transferencia hecha a un cliente de Santander relacionado con empresas iraníes. (EC)
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Una transferencia de 15.709,38 libras (unos 18.335,05 euros, al cambio actual) hizo perder a Banco Santander en bolsa más de 3.000 millones de euros en la sesión de este lunes. Este es el importe de la transferencia que una empresa china hizo a una cuenta de una microempresa clienta de Santander UK, propiedad de un presunto testaferro de un entramado de compañías iraníes sancionadas por Estados Unidos, según documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial.

Esta información refleja que la empresa china Black Tulip transfirió el equivalente en libras de 22.000 dólares estadounidenses a la británica Pisco UK, clienta de la filial del banco español en Reino Unido. La orden llegó de la entidad asiática ICBC el pasado 25 de junio de 2021. En la transferencia también figura la intervención de Barclays, que hasta ahora no había salido en las informaciones publicadas por Financial Times.

Según estas informaciones, tanto Black Tulip como Pisco eran empresas pantalla de Petrochemical Commercial Company (PCC), una empresa pública iraní sancionada desde noviembre de 2018 por EEUU, en el centro de un entramado corporativo acusado de canalizar dinero hacia la Guardia Revolucionaria de Irán y de colaborar con agencias de inteligencia rusa que estarían dando soporte a milicias proiraníes en Oriente Próximo.

Hay otra tercera sociedad en la investigación aflorada por el rotativo británico, Aria Associates, que tenía cuenta en Lloyds. Santander perdió un 5% en bolsa este lunes y el banco británico un 1,34%. Los inversores deshicieron posiciones ante el temor de que estas informaciones deriven en sanciones como las que sufrieron Standard Chartered y Unicredit antes del covid, de unos 1.000 millones de dólares cada una.

placeholder Detalles de la transferencia recibida por Santander UK.
Detalles de la transferencia recibida por Santander UK.

Desde Santander, defienden que el banco "no ha incumplido la normativa estadounidense sobre sanciones impuestas a terceros de acuerdo con nuestra investigación" y, por lo tanto, afirman no tener "motivos para creer que vayamos a ser objeto de ninguna multa o sanción". "El banco cuenta con políticas y procedimientos para asegurar que se cumplen los requisitos relativos a las sanciones. Santander continuará colaborando proactivamente con las autoridades británicas y estadounidenses pertinentes", añaden.

A la espera de que pudiera surgir nueva documentación, fuentes financieras consultadas por este medio señalan que una transferencia de menos de 20.000 euros no supera los límites que los bancos fijan para un escrutinio más a fondo de las operaciones. Junto a ello, Pisco funcionaba a través de un único accionista, Abdollah-Siauash Fahimi, que ahora se ha conocido que era testaferro de PCC.

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Correo de empresas relacionadas con Irán en la que se menciona la transferencia recibida por el cliente de Santander UK.

Los bancos están desde hace décadas advertidos de que tienen que cumplir las sanciones impuestas por Estados Unidos a Irán. La SEC, la CNMV norteamericana, obliga a informar de cualquier relación directa o indirecta con ciudadanos y empresas de este país. E incumplirlo supone un riesgo reputacional y financiero de grandes dimensiones para las entidades.

Santander no hizo ningún tipo de comunicación a la SEC este lunes (a cierre de la edición de esta noticia), ni a través de sus sociedades norteamericana ni británica, ni de la cabecera del holding. Tampoco había ninguna comunicación oficial de diligencias abiertas contra el banco por parte de reguladores de Reino Unido o EEUU.

La escasa actividad de Pisco sería una de las bazas para defenderse de Santander en caso de que estas informaciones deriven en una investigación formal. Al margen de que el accionista fuera un testaferro, las cuentas de la empresa muestran un nivel de actividad marginal a cierre de año. A 31 de enero de 2023, mantenía 5.962 libras en sus cuentas y un año antes, un importe negativo de 1.911 libras. El capital y las reservas ascendían a 978 libras. Esa cuenta ya habría sido cerrada por Banco Santander, según publicó FT y confirman fuentes conocedoras de la situación.

En el foco político

La información del diario británico citaba a varios políticos británicos mostrando su preocupación por los hechos, entre ellos Alicia Kearns, presidenta del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento británico, y Liam Byrne, presidente del Comité de Empresas y Comercio del Parlamento.

Santander tiene malas experiencias recientes con los reguladores británicos acerca del blanqueo de capitales. Hace apenas un año pactó una multa millonaria con el regulador, la FCA, por hechos que ocurrieron entre 2012 y 2017. Los fallos fueron destapados por el propio banco y afectaban a seis clientes del negocio de autónomos, del medio millón que tiene Santander UK. A pesar de ello, la multa ascendió a 108 millones de libras.

La polémica de la cuenta iraní del Santander ha llegado en un mal momento para el banco, que había conseguido subir más de un 8% en bolsa en la semana de presentación de resultados anuales. El banco presidido por Ana Botín presentó unas cuentas del cuarto trimestre mejores de lo esperado y aumentó su objetivo de rentabilidad para este año.

Una transferencia de 15.709,38 libras (unos 18.335,05 euros, al cambio actual) hizo perder a Banco Santander en bolsa más de 3.000 millones de euros en la sesión de este lunes. Este es el importe de la transferencia que una empresa china hizo a una cuenta de una microempresa clienta de Santander UK, propiedad de un presunto testaferro de un entramado de compañías iraníes sancionadas por Estados Unidos, según documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial.

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