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Ángel Simón: Fainé escoge un planificador para garantizar el futuro de Criteria
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Ángel Simón: Fainé escoge un planificador para garantizar el futuro de Criteria

El perfil de Ángel Simón es el de un ejecutivo atípico. Ingeniero, lector de poesía y poco amigo de las cenas. Ese hombre dirigirá ahora el mayor 'holding' inversor de España

Foto: El presidente de Criteria, Isidre Fainé. (Getty)
El presidente de Criteria, Isidre Fainé. (Getty)
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El tiempo en La Caixa es geológico. El nombre de Ángel Simón sonaba en los cenáculos de la capital catalana desde hacía cuatro años para dirigir Criteria, el holding inversor de la Fundación Bancaria La Caixa. Hace dos, el hasta ahora consejero delegado Marcelino Armenter ya cambió su residencia a Madrid porque consideraba su marcha como inminente.

Pero en el mundo de Isidre Fainé, hasta la inminencia se hace esperar. Y ha sido ahora cuando se ha escogido al presidente de Agbar para dirigir el mayor grupo inversor de España, que, descontada la deuda neta, suma 22.431 millones en activos. Que Ángel Simón sea un gran admirador y estudioso del urbanista Ildefonso Cerdà, el gran planificador de Barcelona en el siglo XIX puede ser casualidad. O no.

Como el tiempo en las torres negras avanza así de lento, la oportunidad le llega a Simón a los 66 años, la edad en las que otros se jubilan. Esa es otra de las características del mundo Caixa. Como explica un avezado directivo, un día Fainé le dijo: "Tú te jubilarás cuando yo lo diga". Podrían grabarlo en piedra en la sala del consejo de administración.

En La Caixa, los grandes cambios siempre empiezan por pequeños gestos, como cuando Fainé se trasladó de despacho en 2016 y pasó del piso 24 de la torre grande al 11 de la torre pequeña de la sede en la Diagonal. En la práctica, eso anunciaba lo que pasó después: que CaixaBank volaría solo.

Foto: El nuevo CEO de Criteria, Ángel Simón. (EFE/Andreu Dalmau)

Por eso, cualquier interpretación en clave sucesoria de la llegada de Simón a Criteria sería precipitada. Sobre todo al ritmo que avanzan los acontecimientos en ese microcosmos. Una señal será la renovación de cargos en la Fundación Bancaria prevista para junio. Si Ángel Simón entrase en el patronato podría hacerse esa lectura. Pero nunca el consejero delegado de Criteria ha sido miembro de ese organismo, aunque tampoco existe impedimento legal para que así sea. Eso es algo que solo decidirá una persona. Y, como ya se vio con operaciones de incubación larga, como la fusión CaixaBank-Bankia, a Isidre Fainé no le van las prisas.

Ángel Simón afronta diversos retos en esta nueva responsabilidad: rematar operaciones que llevan años intentando llevarse a cabo, como la venta de Saba; reordenar el patrimonio inmobiliario, que suma el 10% del balance; y aprovechar el nuevo entorno de bajada de tipos que se prevé para después de verano para volver a las grandes inversiones, un tren que se perdió en parte con la pérdida de peso en Cellnex.

Dos mensajes

Con este nombramiento, Fainé envía dos mensajes: uno hacia dentro y otro hacia afuera. El primero: en un entorno en el que grandes participadas como Naturgy o CaixaBank han estado compitiendo por ver quién aportaba más dividendos a Criteria, Simón optó por lo contrario: suspender el dividendo, mantener la inversión y reforzar cuestiones como la atención al cliente o las ayudas a las familias que no podían pagar el agua.

Por tanto, de nuevo planificación y muy largo plazo. Ildefonso Cerdà y su Eixample pensando en una ciudad igualitaria y sobre la cual se cernía la revolución del automóvil. Anticipación de ingeniero para un contexto en que la paciencia lo es todo y en el que hay que ver no solo la perspectiva económica, sino también el entorno social en que se mueve una empresa.

Josep Sánchez Llibre se ha convertido en el intérprete de los silencios de Fainé

El segundo, hacia afuera, es un recado dirigido a JxCAT en particular y al independentismo en general. Estas pasadas semanas, JxCAT puso el acento en el regreso de las sedes de empresas que Barcelona perdió por el procés. Fainé y el resto de aludidos no replicaron. Y fueron aludidos porque lo más cerca que estuvieron de señalarlos fue cuando el secretario general de JxCAT, Jordi Turull se refirió a "esas grandes corporaciones". Los independentistas con Fainé son como el pueblo judío con Dios: prohibido mencionar el nombre de Yaveh. Pero amenazar con multas no resulta plato de buen gusto. Y ahí estuvo el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre que desempeña la función de intérprete de los silencios de Isidre.

JxCAT hizo su anuncio sobre forzar el regreso de las sedes de manera precipitada, en una política pensada para el relato y vacía de contenido. Sin haberse reunido antes con ninguno de los afectados y sin decirle la verdad a la gente: que en cualquier caso los bancos no podrán volver porque la Generalitat nunca podría cubrir el riesgo de caída de depósitos que eso supondría y que sería de miles de millones. Hay margen para hacer cosas en ese ámbito, sí. Pero no de ese modo y menos bajo presiones.

Mensaje claro

Con la designación de Ángel Simón para dirigir Criteria, Fainé no necesita añadir nada más. Simón retornó la sede de Agbar a Cataluña en 2018 sin que nadie le amenazase. Se ha pronunciado en público contra el independentismo en diversas ocasiones. Se ha convertido en el colaborador más estrecho de la Generalitat, controlada por ERC, en la lucha contra la sequía. Y en el mundo empresarial de la capital catalana siempre le han visto como una persona cercana al PSC. Sin decir nada sobre la polémica de las sedes, Fainé lo ha dicho todo.

Respecto a las simpatías de Simón por el socialismo catalán, corría un viejo chiste en la cúpula del partido en la época de Pere Navarro: "Es divertido ver cómo muchos pensamos que Ángel Simón es de los nuestros, cuando en realidad Ángel Simón solo es de Ángel Simón". Si por algo admira Simón a Cerdà es porque el también ingeniero diseñó el Eixample de los chaflanes rodeado de críticas, incomprendido y terminó sus días condenado al menosprecio institucional. De nuevo, el resultado final del proyecto solo resultó evidente cuando pasó tiempo, mucho tiempo. Ese que en las torres negras transcurre tan y tan despacio.

El tiempo en La Caixa es geológico. El nombre de Ángel Simón sonaba en los cenáculos de la capital catalana desde hacía cuatro años para dirigir Criteria, el holding inversor de la Fundación Bancaria La Caixa. Hace dos, el hasta ahora consejero delegado Marcelino Armenter ya cambió su residencia a Madrid porque consideraba su marcha como inminente.

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