El voto en contra de la retribución de la cúpula de Grifols tocó máximos en 2023

Antes del golpe asestado por los analistas de Gotham City Research a Grifols este martes, las aguas ya bajaban revueltas entre los accionistas. Prueba de ello es el fuerte aumento de los inversores de la cotizada que votaron en contra de la retribución global de los dirigentes de la compañía en la última junta general de accionistas.

Casi el 45% de los accionistas con derecho a voto se opusieron al plan de opciones sobre acciones (stock options) para el presidente ejecutivo de la firma, Thomas Glanzmann, y el resto de dirigentes de la firma. Un plan valorado entonces en más de 35 millones de euros que, sin embargo, después de este martes ya no es tan atractivo al caer Grifols más del 25% en bolsa. El mercado ha optado por vender ante las sospechas lanzadas por el fondo bajista Gotham de que las acciones de la compañía valen cero y su nivel de deuda es muy superior al anunciado en sus cuentas.

El rechazo de los accionistas también se dejó ver en el fortísimo crecimiento de la oposición a la política de remuneración de los consejeros de la sociedad. En la última junta, el 37,4% de accionistas votó en contra de este punto del orden del día. Es decir, casi 119 millones de votos fueron en contra en una junta con un quorum de participación de 317 millones de votos (74,5% del capital social). Esto es casi seis veces más de votaciones contrarias que las registradas para este punto en 2022, cuando 20 millones de acciones optaron por oponerse.

Los proxys, en contra

Este fuerte aumento de accionistas que votaron en contra se produjo después de que los principales proxy advisor del mundo, ISS y Glass Lewis, recomendaran votar en contra de los tres puntos en cuestión, tanto de los dos relativos al plan de stock options como a la política de remuneración de los consejeros.

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"La compañía no ha logrado implementar una estrategia de remuneración que alinee adecuadamente la remuneración de los ejecutivos con el desempeño, particularmente en el a más largo plazo", señala Glass Lewis. Respecto de las stock options del CEO, además de criticar el corto plazo (dos años) este proxy advisor explica que "la evaluación del desempeño queda totalmente a discreción de la junta sin que se incluyan métricas medibles en el plan. Creemos que los planes de incentivos deben basarse en condiciones de desempeño que reflejen el desempeño subyacente y la salud de la compañía".

Según el último informe de retribución de los consejeros, Victor Grifols Deu, COO de Grifols y consejero ejecutivo, se subió el sueldo un 12,5% entre 2021 y 2022 (1,25 millones de euros). En ese periodo, Raimon Grifols Roura, CCO de la empresa y también miembro ejecutivo del consejo, elevó su retribución un 4,96% (1,25 millones de euros). El CEO en ese año, Steven F.Mayer, cobró como presidente ejecutivo 876.000 euros. Mientras que el fundador, Victor Grifols Roura, se embolsó como consejero no ejecutivo 965.000 euros.

La compañía cuenta en su consejo con independientes conocidos como James Costos, exembajador de Estados Unidos en España y hoy presidente de la productora audiovisual Secuoya Studios. También es consejero independiente, Íñigo Sánchez-Asiaín, socio fundador de la gestora de capital riesgo Portobello Capital.

El nivel de rechazo global de los accionistas a las retribuciones de la cúpula de Grifols es el más elevado de los últimos años, pero no es la primera vez que la compañía se encuentra con buena parte de su accionariado en oposición a sus salarios. En 2017, el 37,5% de los accionistas votó en contra de su política de remuneraciones. Y en 2019, el 39% de los inversores de la firma se opusieron al informe anual de remuneraciones que presenta la sociedad. Con estas cifras, Grifols es una de las compañías del Ibex-35 que presenta peores niveles de apoyo a los sueldos y bonus de sus dirigentes.

Corporance, en contra de reelegir a KPMG

Otro de los elementos que están en el ojo del mercado tras el informe de Gotham es el papel del auditor de la compañía. Una de las cosas más llamativas es que KPMG lleva auditando las cuentas de esta empresa desde 1990, según los registros de la CNMV. Casi ninguna empresa mantiene a un sólo auditor. De hecho, Grifols cambiará al año que viene a Deloitte, ya que la ley de auditoría en España obliga a la rotación de auditor, una medida que tomó para tratar de mejorar la gobernanza y la independencia que los auditores tienen sobre las compañías.

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Grifols ha reaccionado al informe de Gotham City Research diciendo que sus cuentas están totalmente refrendadas por su auditor, KPMG. Esta big four ya incluyó un párrafo de énfasis en 2021, que obligó a la compañía a reformular sus cuentas de 2021 para reducir el patrimonio neto en 830 millones de euros. Más allá de eso, la auditora no ha hecho muchas más salvedades a los estados financieros de Grifols en tres décadas.

El principal proxy advisor en España, Corporance, recomendó en 2022 a los accionistas de Grifols que votaran en contra de la reelección de KPMG. Según señalaba su informe, "en el caso de Grifols, KPMG lleva como auditor del grupo desde su primer informe con fecha de publicación del 13 de junio de 1991, lo que supera con creces las directrices del Artículo 40 de la Ley 22/2015, de 20 de julio, de Auditoría de Cuentas". En ese 2022, un 16% de accionistas de Grifols votaron en contra de la reelección de KPMG como auditor de la compañía. El porcentaje de voto en contra bajó al 10% después de que la compañía sometiera a votación la elección de Deloitte para los tres próximos años desde este 2024.