Portobello repartió un bonus de 30 millones a su cúpula antes de pedir el rescate público

Portobello, la mayor firma de capital riesgo de España, con 2.100 millones de euros bajo gestión, repartió una remuneración histórica de 31,75 millones de euros en 2020, el año de la pandemia de covid-19, por el buen rendimiento de su fondo número tres. Posteriormente, la sociedad de private equity pidió y recibió ayudas estatales de 125 millones para cuatro de sus inversiones, algunas de las cuales pertenecían al citado vehículo de inversión, por el que la cúpula directiva se repartió lo que se conoce como carried interest o comisión de éxito.

Según un documento oficial, Portobello distribuyó en forma de sueldos y remuneraciones 31,75 millones, de los que 28,93 millones se correspondían a la citada retribución extraordinaria, regulada por los estatutos de estos fondos de capital riesgo cuando consiguen la rentabilidad comprometida con sus partícipes. De la última cantidad, el consejo de administración, formado por los cuatro socios principales, Íñigo Sánchez Asiain, Ramón Cerdeiras, Juan Luis Ramírez y Luis Peñarrocha, recibió 24,68 millones. Los fundadores, tres de los cuales perciben sus remuneraciones a través de sociedades personales, cobraron, además, 3,5 millones por sus labores como directivos de la firma.

El de 2020 fue un año récord para Portobello. La sociedad, fundada en 2010 por estos cuatro directivos tras desvincularse de Ibersuizas, el private equity de la familia García Baquero, ingresó 47 millones en comisiones de gestión por todos sus vehículos administrados, una cifra inédita gracias al carried interest de casi 30 millones.

Pese a ese bonus histórico, los gestores de Portobello reconocieron en su informe anual que "la evolución de la pandemia está teniendo consecuencias para la economía en general y para las operaciones de la sociedad, cuyos efectos en los próximos meses son inciertos y van a depender en gran medida de la evolución y extensión de la pandemia". Su cartera, formada por 60 inversiones, estaba sufriendo, como el resto del sector, el impacto de un colapso mundial.

TE PUEDE INTERESAR

La última gran 'concesión' del Gobierno de Sánchez para dar alas al fondo Portobello

Juan Cruz Peña

En la auditoría anual de 2021, añadieron que "la pandemia internacional, así declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020, ha supuesto una crisis sanitaria sin precedentes que ha impactado en el entorno macroeconómico y en la evolución de los negocios". Además, agregaron que, "en este sentido, se han producido disrupciones en la cadena de suministros, subidas de materias primas y precios de energía y contracciones en la oferta de determinados componentes".

Cuatro ayudas públicas

Por todo ello, el consejo de administración de Portobello admitió que "la sociedad está realizando una supervisión constante de la evolución de la situación, con el fin de afrontar con garantías los eventuales impactos para las operaciones e inversiones, tanto financieros como no financieros, que puedan producirse". La consecuencia fue que varias de las empresas de su cartera puestas a la venta, como Vivanta, Blue Sea Hotels y Mediterránea de Catering, no pudieron venderse al derrumbarse la cuenta de resultados.

Poco tiempo después, Portobello recurrió a las líneas de ayudas públicas concedidas por el Gobierno para evitar la quiebra de compañías cuyos ingresos se habían visto golpeados por el covid. Solicitó determinadas ayudas a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y a Cofides. En mayo de 2022, recibió la primera inyección de capital en forma de 28 millones para Mediterránea de Catering, que había intentado traspasar antes de la pandemia por 200 millones. Poco después consiguió 18 millones para Supera, su cadena de gimnasios adquirida en 2017 por 130 millones.

Portobello recurrió a las líneas de ayudas públicas concedidas por el Gobierno para evitar la quiebra de compañías golpeadas por el covid

Finalmente, el 28 de junio de 2022, Portobello consiguió un rescate de 40 millones para Blue Sea Hotels, que había puesto en el mercado por unos 230 millones, y otro de una cantidad similar para Vivanta, la cadena de clínicas dentales que había valorado en 300 millones cuando la ofreció a otros inversores. Fue la firma de capital riesgo que más ayudas públicas recibió —123 millones en total— por parte del Estado para evitar la insolvencia de parte de su cartera, lo que provocó las críticas de Ciudadanos y de Facua. Finalmente, Blue Sea renunció a esos préstamos por la buena recuperación del turismo. Otras firmas, como Cinven, EQT y Corporación Financiera Alba (familia March), sacaron de la quiebra a sus empresas poniendo dinero propio.

Fuentes oficiales de Portobello han declinado hacer ningún comentario sobre esta información, ni responder sobre el mes exacto en el que el equipo gestor se repartió el bonus extraordinario y el momento concreto en el que se pidieron los fondos al Estado. El fondo levantó en mayo de 2022 un nuevo vehículo de inversión por 250 millones para operaciones en el mercado secundario y anuncio que ponía en marcha la búsqueda de dinero para constituir el private equity más grande del sector en España por 850 millones. A la par, ha intentado vender la murciana Sabater por unos 250 millones, Trison, dedicada al marketing sensorial, y CTC, empresa dedicada a la externalización de servicios, cuyo proceso está en la recta final.