Carles Marcos (Qonto): “España tiene el problema de que solo el 40% de las empresas dura más de 5 años"

España es un país donde hay ganas de emprender. O, al menos, así lo reflejan las cifras. Según el informe Global Entrepeneurship Monitor (GEM) España 2022-2023, un 9,4% de la población adulta tiene intención de dar el paso en los próximos tres años. Se trata del dato más alto desde 2012, y muestra unas perspectivas de crecimiento de la actividad emprendedora similares al crecimiento experimentado tras la crisis de 2008. No obstante, si bien estas son positivas, la valoración de los expertos sobre el ecosistema y las condiciones para emprender en nuestro país ha empeorado respecto a años anteriores, situándonos en el último cuartil de países con relación al índice NECI (National Entrepreneurial Contex Index), que evalúa la calidad del entorno para emprender.

Paralelamente, en los últimos años, el Gobierno ha puesto en marcha varias normativas enfocadas en el emprendimiento, como la ley de startups, que incluye diferentes ventajas fiscales; o la ley Crea y Crece, para facilitar la creación de compañías y reducir los obstáculos regulatorios. Pero, ¿qué impacto están teniendo? ¿Qué novedades encuentra una persona que quiera crear una empresa en España en estos momentos? ¿Cuánto tiempo y qué complejidad conlleva?

Para dar respuesta a estas y otras cuestiones, desde El Confidencial hablamos con Carles Marcos, director general de Qonto en España, una solución bancaria para facilitar el día a día de los negocios que aterrizó en España en 2019. Su foco, único en el sector, son exclusivamente las pymes y los autónomos, y ya cuenta con una cartera de más de 400.000 clientes y 120.000 empresas creadas en Europa.

PREGUNTA. Hay una frase que se repite con mucha frecuencia y es que “no somos un país para emprender”. ¿Consideras que esto es así?

RESPUESTA. Los datos así lo indican. Lo que ocurre es que el tejido empresarial español es más débil que en el resto de Europa porque tenemos pymes más pequeñas. De media emplean 4,8 empleados, cuando la media europea es de 6 y en Alemania de 12. Esto es principalmente porque el empresario tiene menos voluntad de tomar riesgos, porque los que asume son mucho mayores que en otros mercados donde las leyes y las cargas fiscales son más flexibles. Si queremos más empresarios y que estos resistan más, tenemos que darles el marco regulatorio y fiscal adecuado. De hecho, en España solo el 40% de las empresas duran más de cinco años. Evidentemente, con este ratio de mortalidad es muy difícil generar una economía en el tejido empresarial robusto. Pero no todo es negativo: a parte del clima, tenemos universidades maravillosas que forman muchísimo talento y un tejido emprendedor que ha crecido mucho en los últimos años.

P. ¿Las diferentes normativas que han entrado en vigor (ley de startups y ley Crea y Crece) han contribuido positivamente a la creación de empresas?

R. Yo creo que sí. Es cierto que la creación de empresas se ha reducido al pasar por un período un poco duro con la inflación y los tipos de interés al alza, pero creo que sin estas legislaciones el escenario hubiera sido peor. Las nuevas normas han contribuido positivamente en la reducción de plazos y burocracia, algo básico para que los emprendedores puedan centrarse en su negocio desde el primer momento.

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P. ¿Cuáles son los principales miedos de los emprendedores y autónomos a la hora de crear una compañía?

R. Hay un miedo principal que es el fracaso. Creo que como sociedad no lo gestionamos bien. Hay una gran diferencia con la sociedad americana. Ellos ven el fracaso como un éxito, y si fracasan, lo vuelven a intentar después. También hay falta de tejido inversor. Tenemos un perfil de riesgo diferente al americano, donde los empresarios de éxito suelen apoyar a otros empresarios, aunque la apuesta sea arriesgada. En España somos un pelín más aversos. También está la carga burocrática y fiscal, que no apunta al optimismo.

P. ¿Qué falta por hacer para seguir fomentando el emprendimiento?

R. Hacer más políticas a favor de los emprendedores e impulsar la educación, que es la base. Los negocios se tienen que profesionalizar, ser mucho más abiertos a las innovaciones tecnológicas para ser más eficientes. La carga burocrática no viene únicamente por las leyes y las políticas, también viene por la gestión propia del negocio. El empresario debe ser capaz de experimentar con soluciones digitales, con la inteligencia artificial… De esta manera generaremos una economía más robusta, que empleará a más gente que, a su vez, tras haber trabajado en empresas exitosas, tendrá más posibilidades de desarrollar la inquietud de crear su propia compañía. Es un círculo virtuoso que en el sector tecnológico vemos a menudo.

P. Con la posibilidad de firmar documentos notariales en línea, ¿todos los emprendedores que creen su empresa a partir de ahora lo podrán hacer desde el sofá de casa?

R. Esta ha sido, sin duda, la gran regulación del año en nuestro país, porque otros países como Francia llevan mucho tiempo con ello. A través de esta ley también se ha desarrollado el Portal Notarial del Ciudadano, una solución que permite que con una firma digital puedas hacer muchas gestiones que antes requerían de un desplazamiento al notario. Con todo esto se facilita a los empresarios poder construir la empresa en días en lugar de semanas, y eso es un gran avance para nuestra economía. Precisamente nosotros lo que pretendemos es acelerar el proceso a través de la digitalización: de nuestros 400.000 clientes, 120.000 son empresarios que han creado su empresa con nosotros.

"CIRCE es la plataforma que se ha puesto en marcha para agilizar este proceso, y la gente no sabe que es más barato y más sencillo"

P. Solo un 20% de las nuevas sociedades se crean a través de CIRCE, la plataforma digital pública, ¿por qué el otro 80% no lo está haciendo?

R. Seguramente por desconocimiento. CIRCE es la plataforma que se ha puesto en marcha para agilizar este proceso, y la gente no sabe que es más barato y más sencillo. En esta plataforma los costes del Registro Mercantil están estipulados, mientras que hacerlo por otras vías puede multiplicar el coste de la empresa por tres o por cuatro, porque normalmente, por costumbre, acuden a su gestor o abogado de confianza. Por poner un ejemplo: hace poco un emprendedor me contaba que gastó 1.200 euros cuando podrían haber sido 300.

P. ¿Qué se debe tener en cuenta a nivel trámites/legal antes de crear una empresa?

R. Lo primero que recomiendan las guías oficiales es registrar el nombre de la empresa en el Registro Mercantil Central, algo que se puede hacer online. En segundo lugar, los estatutos. En este punto muchas veces se complica la cosa innecesariamente y se acaba pagando más de lo necesario. Y es que existe un estándar tipo de estatutos que el 90% de las empresas puede utilizar, pero muchas no lo saben y acaban acudiendo a asesorías legales que se los personalizan y, lógicamente, les cobran por ello.

En tercer lugar, se suele decir que hay que realizar un depósito de capital inicial en una institución bancaria. Pero este es un paso que ya no es obligatorio. Con la Ley Crece se permite constituir una empresa con un euro, y puedes hacer el depósito después de la constitución tanto en una entidad bancaria tradicional como en una entidad con licencia de pagos como Qonto. Por último, firmar ante notario, un trámite que por fin se puede hacer por Internet.

P. En España se tarda una media de 13 días en crear una nueva sociedad. ¿Cómo simplifica Qonto este proceso? ¿Ahora mismo cuánto tiempo le supone al emprendedor crear una sociedad con vosotros?

R. Solemos decir cuatro días para ser prudentes, pero hay ocasiones en que tardamos un solo día. Nosotros nos encargamos de prácticamente todo de forma online: te damos cita con nuestro partner Finutive y con un notario de cabecera. Como todo se puede hacer por videollamada, no importa dónde vivas o hagas estos trámites que podrás hacerlos sin problemas. Las tarifas tanto de notario como de registro están estipuladas por ley para las empresas con estatutos tipo: 150 euros el registro y 100 euros la notaría.

En resumidas cuentas, para crear una empresa simplemente necesitas una firma digital, el certificado del nombre, unos estatutos tipo que Finutive te puede aportar o asesorar para que los modifiques de forma adecuada, y la cita con el notario para realizar un trámite relativamente sencillo que tarda menos de una hora.

P. ¿Cómo cree que se presentará el 2024 para las pymes españolas?

R. Hemos lanzado un estudio a nivel europeo donde hemos entrevistado a más de 2.000 empresarios en los mercados donde operamos y los resultados han sido muy positivos, por encima de lo esperado: más del 84% de las empresas en España son optimistas de cara a 2024.

P. Hablemos de vuestra actividad. Sois un neobanco centrado en pymes y autónomos, un nicho que ya cubre la banca tradicional, ¿no?

R. Generalmente, las pymes y los autónomos han sido los clientes peor atendidos por la banca tradicional, que siempre se ha centrado más en las grandes empresas que realizan las grandes operaciones de deuda, y en los particulares. A fin de cuentas, hay 46 millones de españoles y tan solo tres millones de pymes.

P. ¿Qué ofrecéis que no haga ya la banca tradicional?

R. Nuestros factores diferenciales son tres: en primer lugar, la experiencia del usuario. Somos una compañía de base tecnológica y cerca del 40% de nuestro equipo está conformado por ingenieros y especialistas en producto que cuidan muy bien cada paso en la app para que todo sea muy eficiente. Esto es muy difícil de conseguir por la banca tradicional, que al final ha atravesado grandes procesos de adquisiciones con migraciones de tecnología. Además, normalmente se han centrado en desarrollar software de apoyo a los empleados que están en la red de oficinas, enfocados al servicio presencial. No es gestión digital de clientes.

El segundo pilar es la atención al cliente. Ser 100% digitales nos permite entender mucho mejor cuáles son sus peticiones, que recibimos por llamada o por chat. Nuestro NPS (herramienta para medir la satisfacción de los clientes en un rango de -100 a 100) está en más de 75, algo que es inaudito en la industria bancaria.

Y por último, las tarifas transparentes. La banca tradicional ofrece todo gratuito en un principio, pero al final, si el cliente no ha cumplido ciertas condiciones, acaba cobrando importes extra. Nuestro modelo es muy ágil y sencillo, similar al de Spotify: se contrata un servicio con importe cerrado, sabiendo exactamente lo que incluye, y esto para los empresarios es muy importante.

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P. ¿Está evolucionando la banca al ritmo adecuado en este terreno?

R. Ha hecho grandes avances. Este año les ha ido muy bien con el alza de los tipos de interés. Pero creo que sigue habiendo un déficit en cuanto a talento, modelo de distribución y capacidad de innovación. Al final, España sigue siendo uno de los países con más capilaridad de red de oficinas, aunque es cierto que ha reducido muchísimo en los últimos años para adaptarse al nuevo usuario digital.

P. En estos momentos estáis presentes en España, Francia, Alemania e Italia. ¿Tenéis pensado abarcar más mercados europeos?

R. Nuestra meta es alcanzar el millón de clientes en 2025. De momento, la estrategia es seguir reforzando los cuatro mercados en los que ya estamos. En Europa hay 25 millones de pymes y autónomos, de los cuales 15 millones están en España, Francia, Alemania e Italia. Cuando alcancemos esta cifra, tendremos el 6,6% de cuota a nivel Europeo.

P. En 2022 comprasteis Penta, vuestro competidor Alemán. ¿Realizaréis más adquisiciones o estimáis un crecimiento orgánico?

R. Vemos las adquisiciones de empresas como una vía para acelerar nuestro crecimiento. Penta era una apuesta muy clara porque en Alemania era el líder con más de 50.000 clientes, pero en el resto de los mercados no tenemos un líder tan obvio que comprar. No obstante, estamos explorando adquisiciones en varios frentes, analizando compañías con un volumen de clientes similar al nuestro. También barajamos las integraciones de productos: en vez de desarrollarlos internamente, adquirir un grupo con esa tecnología y ese expertise. La tercera pata es la captación de talento: con la subida de los tipos de interés, muchas empresas del sector financiero no han conseguido levantar las rondas de financiación que necesitaban. En consecuencia, gran parte del talento que iban a fichar ha quedado fuera y ahora podemos atraerlo nosotros. En España hay mucho talento, tenemos que cuidarlo.