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ERE vs. PSI: quién gana y quién pierde con el nuevo plan de Telefónica para reducir 5.100 empleos
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Se prevé incluir a 5.124 trabajadores

ERE vs. PSI: quién gana y quién pierde con el nuevo plan de Telefónica para reducir 5.100 empleos

Para encontrar el último ERE que ejecutó la compañía, hay que remontarse al año 2013, cuando se marcharon 6.830 empleados. Ese formato había quedado en desuso hasta ahora

Foto: Logo de Telefónica. (Reuters/Nacho Doce)
Logo de Telefónica. (Reuters/Nacho Doce)
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Telefónica ha cambiado de método para reducir plantilla. De los planes de separación individual (PSI) que utilizaba desde hace ocho años, ha pasado al expediente de regulación de empleo (ERE), un proceso que no utilizaba desde 2013 y que ahora ha recuperado para acordar la salida de hasta 5.124 trabajadores. Ambas fórmulas tienen la finalidad de aligerar personal, pero difieren en aspectos formales y fiscales y, por lo tanto, repercuten de manera distinta en las arcas del Estado.

Para los empleados, el ERE es más beneficioso fiscalmente. La indemnización que reciban aquellos que finalmente sean incluidos en los despidos está exenta de impuestos, siempre que no supere los 180.000 euros o el máximo legal (45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades, para contratos anteriores al 12 de febrero de 2012, y de 33 días con un tope de 12 mensualidades para los posteriores). Si se rebasa esa cantidad, sí hay que tributar, pero solo por el excedente. En este caso, todos entrarían en el primer grupo porque la compañía quiere aplicar el ERE a trabajadores que se incorporaron a la empresa antes de 2008.

En cambio, en los PSI, donde la empresa se compromete a pagar un porcentaje del sueldo del trabajador hasta que alcance la edad de jubilación, hay que pagar anualmente el IRPF. A ojos de Hacienda, se debe actuar como si esta remuneración fuese un salario común, aunque el empleado se encuentre realmente prejubilado.

Pero las arcas públicas no se ven perjudicadas únicamente por ese pellizco del IRPF que dejan de ingresar. También porque las personas incluidas en un ERE tienen derecho a recibir la prestación por desempleo durante el tiempo que les corresponda legalmente. Sin embargo, en los PSI es la compañía quien se encarga de pagar a su exempleado una remuneración incompatible con el cobro del paro.

En los PSI, es la compañía quien se encarga de pagar a su exempleado una remuneración incompatible con el cobro del paro

No obstante, desde 2011 está en vigor una normativa que obliga a las empresas con más de 100 empleados a pagar total o parcialmente las prestaciones por desempleo y las cotizaciones a la Seguridad Social de los mayores de 50 años cuando realicen despidos colectivos. Con lo que la teleco deberá abonar al Tesoro Público un montante que se tendrá que cuantificar cuando finalice el proceso y se conozca la edad de los afectados.

Fue el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero quien implantó esta norma a raíz, precisamente, de un ERE que Telefónica anunció en 2011 y ejecutó en 2013. Se vieron afectadas unas 6.500 personas y el Ejecutivo socialista, molesto por los continuos despidos colectivos que realizaba la compañía y el golpe que estos suponían para las arcas públicas, promulgó un decreto en el que incorporó esa disposición adicional, conocida popularmente como la enmienda Telefónica.

Promulgó un decreto en el que incorporó esa disposición adicional, conocida popularmente como la 'enmienda Telefónica'

Aunque los trabajadores se vean favorecidos en el aspecto fiscal, con el ERE pierden algunos beneficios sociales que se incluían en los PSI para incentivar la marcha de los trabajadores. En el caso de Telefónica, la compañía asumía el pago de la póliza básica de asistencia sanitaria, la aportación al plan de pensiones y el seguro colectivo de riesgo. Además, las bajas del PSI eran siempre voluntarias y en el ERE pueden llegar a ser forzosas.

Según los sindicatos, la intención expresada por Telefónica es que el ERE afecte a personas con una antigüedad mínima de 15 años y que hayan nacido en 1968 o en años anteriores, es decir, que tengan al menos 55 años. Estas condiciones son muy similares a las que se acordaron en su momento para los PSI, donde también se exigían 15 años de experiencia y la edad mínima para acogerse a ellos varió entre los 53 y los 54 años.

De los ERE a los PSI

Para encontrar el último ERE que ejecutó la compañía, hay que remontarse al año 2013, cuando se marcharon 6.830 empleados. Este había sido, de hecho, el método elegido desde 1999, cuando comenzó a reducir plantilla con asiduidad. En total, a lo largo de su historia, han salido más de 31.500 trabajadores a través de un expediente de regulación de empleo.

Pero a partir de la enmienda Telefónica se decantó por los PSI. Entre 2015 y 2021, realizó tres procesos de este tipo, diciendo adiós a más de 11.900 empleados. El más exitoso fue el primero, cuando unas 6.300 personas se decantaron por la prejubilación, mientras que el segundo y el tercero se cerraron con la salida de 2.636 y 2.982 trabajadores, respectivamente.

Telefónica ha cambiado de método para reducir plantilla. De los planes de separación individual (PSI) que utilizaba desde hace ocho años, ha pasado al expediente de regulación de empleo (ERE), un proceso que no utilizaba desde 2013 y que ahora ha recuperado para acordar la salida de hasta 5.124 trabajadores. Ambas fórmulas tienen la finalidad de aligerar personal, pero difieren en aspectos formales y fiscales y, por lo tanto, repercuten de manera distinta en las arcas del Estado.

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