Es noticia
Aún quedan 300 videoclubs en España: así sobreviven el tsunami del 'streaming'
  1. Empresas
cerca de 300 videoclubs activos en España

Aún quedan 300 videoclubs en España: así sobreviven el tsunami del 'streaming'

Los centros de alquiler y venta de películas se reinventan ante el auge de las plataformas digitales, que sufrieron un 'boom' excepcional a raíz del covid, además de la cantidad de ocio gratuito disponible actualmente en Internet

Foto: Video Instan, videoclub más antiguo de España. (Cedida)
Video Instan, videoclub más antiguo de España. (Cedida)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Netflix, HBO Max, Disney+, Amazon Prime Video, Apple TV o SkyShowtime tienen más de 10.000 películas cada uno, muchas de ellas solo creadas para verlas en streaming. Ni siquiera en las salas. Y todas ellas disponibles por alrededor 9 euros al mes. ¿Cómo puede sobrevivir hoy en día un videoclub? Pues aún quedan unos cientos.

Los últimos datos de la Asociación Nacional de Empresarios Mayoristas del Sector Videográfico a finales de 2021 apuntan que en 2005 había en España unos 7.000 videoclubs. Tras 18 años, apenas quedan 300 establecimientos. Muy pocos aguantan, pero aún hay supervivientes.

El negocio del alquiler de vídeo sigue latiendo, aunque los mismos propietarios lamentan que llegará el ocaso. "Soy realista. El formato físico con el tiempo morirá: el cine, los libros, los videojuegos, el ocio o los papeles. El mundo entero será digital. Un videoclub, aunque crea que puede hacer campaña, no puede cambiar el mundo hacia el que vamos. Por muy bonito que lo hagas, acabará muriendo", dice Nacho Álvarez, dueño del videoclub ARFE, situado en el madrileño barrio del Pilar.

Ante este irremediable escenario, Aurora Depares, dueña del videoclub Video Instan en Barcelona, llama a que surja un cambio cultural. "Debería de cambiar el espíritu de la gente. No podemos hacer milagros".

"El formato físico con el tiempo morirá. El mundo entero será digital. Un videoclub, aunque haga campaña, no puede cambiar el mundo"

Algo más pesimista es Marcia Seburo, propietaria del videoclub Ficciones en Tirso de Molina. "Aquí hay que vivir al día. Yo pienso que más bien estamos ya al final".

La realidad es digital e inmediata desde hace unos años, pero hubo un antes y un después para el entretenimiento a domicilio: el covid.

Personas que no estaban dadas de alta en las plataformas streaming lo hicieron en el confinamiento, y siguen ahí. La pandemia detonó lo inevitable y el bajón fue instantáneo. "Pusimos una inversión enorme en 2018 porque nos cambiamos de local. Dicen que hasta que no pasan tres años no sabes si va bien tu negocio. Nos empezaban a conocer y, de repente, una crisis en la que no se podía salir y la gente tenía miedo. De verdad, parece que han pasado 10 años y han sido 3", comenta Depares.

placeholder Marcia Saburo regenta el videoclub Ficciones de Madrid. (Marta Medina)
Marcia Saburo regenta el videoclub Ficciones de Madrid. (Marta Medina)

Ya no solo los servicios streaming, la oferta en televisión es mayor y apps como TikTok y YouTube ofrecen ocio y entretenimiento gratuito las 24 horas. Es enorme el contenido online hoy. Les quedaba poco aire y casi les ahoga. Desde entonces, la afluencia de clientes ha bajado muchísimo, cuenta Seburo, que se vio obligada a subir los precios.

Ante el boom digital, ¿cómo cogen aire los videoclubs?

Solo alquilar y vender películas ya no es una opción para llegar a fin de mes. "Ni de broma. Ni de lejos", comenta Álvarez. "Sigue siendo rentable, dinero no pierdo. Una cosa es que dé dinero, pero solo con eso no viviría". Pese a todo, han pasado décadas y siguen activos. ¿Cómo? Diversificando hacia negocios alternativos y complementarios.

Al igual que Video Instan, el más antiguo de España: "Fuimos el primero de España, allá por enero de 1980. Mis padres tenían una tienda de fotocopias y vieron que no había videoclubs en Barcelona. Empezaron con una pequeña estantería y terminaron siendo un establecimiento solo de películas. Se trasladaron a un local más grande y allí estuvieron 37 años. Fue en la época preciosa del videoclub. Imagínate. Es que había colas en la calle", narra Depares. De hecho, algunos nostálgicos entran en estos locales añorando los viejos tiempos. Mantener la parte de 'videoclub' es un reclamo para que entre la gente.

No obstante, hace cinco años tuvieron que trasladarse tras casi cuatro décadas allí. "Compraron el edificio unos inversores y pasaron de cobrarnos de 3.000 euros a 10.000. Nos echaron amablemente, básicamente. Cuando arranqué en el nuevo sitio no podía irme solo con la parte de videoclub. En 2019 abrí la zona de cafetería y en marzo de ese año la sala de cine", sigue.

Foto: Daniel Gascó, dueño del videoclub Stromboli de Valencia. (Cedida)

El videoclub solo no es suficiente. Por ejemplo, Ficciones, abierto desde 2003, ofrece también paquetería. Ninguno de los tres podría pagar sus facturas únicamente con la venta y alquiler de películas. Revelado fotográfico, fotos de carnet, fotocopias, tocadiscos, conversión de largometrajes, venta de pilas, marcos de álbumes o servicio de cafetería. Todo vale para que el negocio siga a flote.

Sin embargo, la venta y alquiler de largometrajes sigue teniendo su público. Aún quedan cinéfilos que no renuncian. "Mis clientes son gente normal, la única diferencia es que no van con la marea. Decide qué es lo que va a ver. En las plataformas digitales te sugieren y te obligan a ver lo que ellas quieren. Mandan ellas. Aquí manda el cliente y eligen entre las 50.000 películas que tengo", aclara Seburo.

placeholder Videoclub ARFE. (Google Maps)
Videoclub ARFE. (Google Maps)

La clave es que los videoclubs ofrecen al cliente títulos que el streaming no, o que hay que pagar un plus para ello y alquilar, al final, es más barato. "O tienes todas las plataformas digitales o tienes que pagar un extra. Si quieres ver 'Barbie' o 'Misión Imposible' tienes que pagar 12 euros adicionales a lo que ya pagas. Yo esas películas ya las tengo aquí", explica Álvarez.

Se trata de patrimonio cultural, dice Depares, porque en los videoclubs hay referencias cinematográficas que no están en Internet, además de que van añadiendo novedades, igual que servicios como Netflix. Va gente adulta, familias, jubilados, fanáticos del cine y jóvenes con inquietudes. Incluso el videoclub más antiguo de España mantiene clientes, como asegura su dueña: "Habrá gente que volverá. No veas una película siempre en el móvil. Compártela con tu familia. Es de las experiencias más bonitas que hay".

Netflix, HBO Max, Disney+, Amazon Prime Video, Apple TV o SkyShowtime tienen más de 10.000 películas cada uno, muchas de ellas solo creadas para verlas en streaming. Ni siquiera en las salas. Y todas ellas disponibles por alrededor 9 euros al mes. ¿Cómo puede sobrevivir hoy en día un videoclub? Pues aún quedan unos cientos.

Cine
El redactor recomienda