Applus, una OPA inesperada y un árbitro más sorprendente aún

La empresa de certificación industrial Applus ha recibido una OPA (Oferta Pública de Adquisición) del fondo de inversión Apollo por un total de 1.226 millones. Se dan en esta OPA varias circunstancias inusuales. La primera es una posible guerra de ofertas si al final se presenta algún candidato más. Pero lo más sorprendente es que la Generalitat acabará haciendo de árbitro de la oferta, algo del todo inusual en una compra de este tipo. Si los dos mayores tiranos son la casualidad y el tiempo, en la OPA sobre Applus coinciden ambas circunstancias.

Apollo anunció su OPA el pasado 30 de junio. Por un día se adelantó a la que estaba ultimando Apax, según apuntan fuentes financieras conocedoras de la operación. La oferta, que estaba estudiando el fondo Squared con TDR, al final se ha caído. La idea es que Applus deje de cotizar. La vida normal de una OPA en España dura un año. Pues durante esos doce meses estimados, la Generalitat va a sacar un concurso en que la empresa opada, Applus, se juega el 17% de su facturación.

El pasado 16 de junio la conselleria de Economía abrió el proceso previo para diseñar el concurso de adjudicación del nuevo contrato de gestión del Instituto de Investigación Aplicada del Automóvil (IDIADA), un organismo de la administración catalana. La previsión del Govern es que el nuevo contrato se pueda formalizar en septiembre de 2024, momento en que finalizará el compromiso con el actual adjudicatario, el grupo empresarial Applus. Dicho de otra manera, la OPA acabará antes de que el contrato se haya adjudicado oficialmente. Los calendarios se solapan y eso ofrece a la Generalitat la posibilidad de condicionar la OPA. De nuevo, la casualidad y el tiempo jugando juntas.

Si hubiese más de una OPA, lo que en este momento no parece probable, y se abriese un proceso de opas en concurrencia, el calendario se alargaría todavía más. Cuanto más se prolongue la operación en el tiempo, una mayor posición de fuerza tendrá la Generalitat para determinar aspectos de la oferta. Hay que tener en cuenta que del contrato de IDIADA dependen 361 millones de volumen de negocio.

Opinión

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Rodrigo Rodríguez

La Generalitat considera que IDIADA es un activo industrial estratégico de Cataluña. IDIADA Automotive Technology, SA (IDIADA AT) presta servicios de diseño, ingeniería, ensayo y homologación a sus clientes para que puedan desarrollar su producto. IDIADA AT cuenta con pistas de pruebas con los más altos estándares de seguridad y confidencialidad situadas en Europa, concretamente en Cataluña, en Santa Oliva (Baix Penedès), y en el continente asiático, en China.

IDIADA ofrece servicios de homologación de acuerdo a todas las normativas europeas CE y ECE. También está acreditada por Australia, Japón, China, Taiwán, Malasia y ofrece servicios de consultoría en otros países y regiones como América del Sur (incluyendo Brasil), Rusia, Oriente Medio, Países del Golfo, Sudeste Asiático, EEUU y Canadá, entre otros. La plantilla suma 2.880 personas (1.720 en Cataluña), de las cuales el 60% dispone de una ingeniería o de otra titulación universitaria.

Alternativas sobre la mesa

Desde la Generalitat, no se aboga por que IDIADA vuelva a ser público, una opción que quizás avalaría la CUP. Al contrario, se quiere repetir el modelo de colaboración pública privada con una concesión a largo plazo. La Generalitat siempre ha mantenido fuertes vínculos con Applus: incluso entre 2012 y 2017, el consejero aúlico de Artur Mas, David Madí, fue vicepresidente de la compañía.

Desde la Generalitat, no se aboga por que IDIADA vuelva a ser público, una opción que quizás avalaría la CUP

Según fuentes de la Generalitat, hay cuatro tipos de interesados, los clientes —tipo VW, Ford y empresas de automoción—, los competidores de IDIADA, los homologadores de certificación que no son competidores directos —tipo Applus— y los socios financieros. Desde un punto de vista de política industrial, la peor solución para la Generalitat es un competidor de IDIADA, que lo acabe llevando hacia una fusión; o un fondo de inversión que en su plan de salida acabe vendiendo a un competidor, con el mismo resultado final.

Por tanto, se trata de un concurso que se diseñará pensando en que no prime solo el precio. Si se vende simplemente a quien ponga más dinero encima de la mesa, en 20 años no queda nada de IDIADA, que es mucho más que un banco de pruebas. Para la Generalitat se trata de una plataforma de desarrollo tecnológico y nadie quiere renunciar a todo ese valor añadido.

Consecuencias para la OPA

Hay una buena y una mala noticia en todo esto. La mala es que si Applus pierde el concurso para el que ahora se le convoca, la compañía vale menos, pero para ello habrá que esperar a ver el folleto o los folletos. La buena es que Applus no solo va a competir por precio y que sí se trata de una alternativa industrial. Nadie conoce la empresa IDIADA como ellos. Eso le da una ventaja sobre supuestos competidores.

Si Applus acaba perdiendo el concurso, el precio de la OPA será más barato

Pero también supone una oportunidad para la Generalitat, que puede determinar u orientar ciertos aspectos de la OPA en función de las condiciones del pliego del concurso que se está preparando en este momento.

Colaboración público-privada

Hasta ahora la gestión de IDIADA era un modelo de colaboración público privada. En virtud del contrato vigente, este complejo, propiedad de la Generalidad de Cataluña, está cedido a una sociedad gestora, IDIADA Automotive Technology, que también está participada por la Generalitat —a través de la sociedad AVANÇSA— con un 20% de las acciones, mientras que el 80% restante queda en manos de Applus.

Cuando acabe la vigencia del contrato actual, la Generalitat se convertirá en propietaria de todos los activos vinculados al contrato (y de los que actualmente ya están cedidos a la sociedad gestora como los que posteriormente esta haya adquirido), así como del 100% de las acciones de IDIADA Automotive Technology, SA. El nuevo concurso redefinirá la nueva relación y, de manera indirecta, como quede la OPA, siempre que Applus acabe siendo el ganador.