Tesla corta con la Generalitat: ¿ha dinamitado el politiqueo la inversión de 4.500 M?

La RAE tiene tres acepciones para el vocablo politiquear: 'intervenir o brujulear en política'. 'Tratar de política con superficialidad o ligereza'. Y, por último, 'hacer política de intrigas y bajezas'. Cualquiera de las tres podría encajar en el juego de Cluedo para entender las razones de la filtración que el pasado 7 de junio puso a la prensa económica sobre la pista del interés de Tesla por ubicar en Valencia una segunda fábrica de coches eléctricos en Europa, tras la que ya tiene en marcha en Berlín.

Hacía apenas dos días que una delegación de la compañía de Elon Musk había visitado terrenos en la localidad valenciana de Cheste y que se habían puesto encima de la mesa las opciones de tramitación urbanística y administrativa, después de cuatro meses de conversaciones discretas con responsables de la Generalitat presidida por el socialista Ximo Puig, que vio cómo el 28 de mayo se esfumaban sus opciones de revalidar el cargo.

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Muchos interpretaron esa comunicación, avanzada por Levante-EMV y de la que la Generalitat se esforzó en desvincularse oficialmente en los días siguientes, como una maniobra para dejar claro ante la opinión pública, en pleno proceso de transición de poder en la Comunidad Valenciana, que, si Tesla elegía el territorio para instalarse, era porque se había iniciado una negociación con la Administración saliente, aunque acabase siendo culminada por el nuevo Ejecutivo del popular Carlos Mazón. "Yo creo que ha sido una bomba de rabia de alguien cercano a Presidencia [de la Generalitat]. Pero nuestra responsabilidad es que las inversiones salgan adelante. Es la democracia. Tenemos la obligación de ser profesionales", explica una persona de relevancia en el Consell del Botànic que conoce las interioridades del diálogo con Tesla.

Según esta misma fuente, la filtración del interés generó un enfado importante en la empresa americana, que incluso llegó a dar a entender que renunciaba a seguir adelante. Desde aquellos días, no ha vuelto a haber más contactos, según explican diversas fuentes a El Confidencial. El propio Ximo Puig ha trasladado ya a algunos empresarios que las conversaciones con Tesla se han enfriado, según ha informado Economía Digital, el medio que publicó el enfado de la multinacional. Todos señalan a la ruptura de la discreción como causa del corte de la comunicación.

Hacía apenas unos días que se había firmado un acuerdo de confidencialidad que se había roto, quebrando el único vínculo que se había generado hasta el momento, el de la confianza. No ha habido nada más encima de la mesa. Tesla no solo no ha suscrito ningún documento de compromisos, sino que, además, como en su día hizo Volkswagen cuando comenzó a explorar ubicaciones para la fábrica de baterías, había dejado claro desde el primer momento que estaba sondeando opciones en otros lugares de Europa, como se ha visto con las declaraciones de los mandatarios de Francia, Emmanuel Macron, e Italia, Georgia Meloni, en los encuentros de este mes con Elon Musk. También Portugal puja por la gigafactoría

¿Se ha ido definitivamente al traste la inversión de 4.500 millones de euros y todo lo que lleva aparejada la puesta en marcha de un nuevo proyecto industrial de esa magnitud en empleo y economías inducidas? "Yo no diría que se ha descartado, pero hemos perdido muchos puntos", señalan las mismas fuentes. "Las multinacionales se consideran por encima de los gobiernos. Quieren silencio absoluto y ser ellos los que hagan sus anuncios. Hay cosas que se pueden torcer por una indiscreción", afirman las fuentes consultadas.

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Otras personas del sector, no obstante, creen que, más allá del cabreo inicial de Tesla, si las condiciones encontradas en Valencia eran buenas y el emplazamiento cumplía con su lista de exigencias, la decisión de marcharse a otro lugar tiene que obedecer a razones de mayor peso que una mera filtración. "Con la implantación de Volkswagen y Ford, Tesla tiene un entorno muy proclive a encontrar una buena cadena de suministros y proveedores en Valencia, con el factor logístico y de formación bien resuelto, que es lo que convenció a PowerCo para su fábrica de baterías en Sagunto", afirman en el sector.

Lo cierto es que el entorno político tampoco está ayudando. El Ministerio de Industria era conocedor de los planes de Tesla. De hecho, el plan de ayudas públicas al vehículo eléctrico, el Perte VEC, es un elemento que estaba encima de la mesa de los planes de la multinacional. El departamento que dirige el socialista Héctor Gómez prevé publicar de forma inminente las dos nuevas líneas de fondos Next Generation, a las que está previsto que concurran los grandes fabricantes con presencia en España. Sin embargo, con las elecciones generales convocadas para el 23 de julio, hay mucha incertidumbre sobre quién ocupará el sillón de la Moncloa tras la cita con las urnas. De hecho, el magnate de origen sudafricano no incluyó al presidente Pedro Sánchez en su gira europea, en la que sí aprovechó para verse con el francés Emmanuel Macron y con la italiana Georgia Meloni.

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Y en la Generalitat valenciana, donde sigue en el aire la fecha de la investidura de Mazón como presidente, el ambiente tampoco es de estabilidad. La semana pasada, el presidente en funciones y su probable sucesor se reunieron en privado para compartir información sobre los proyectos de inversión pendientes y generar una imagen de responsabilidad en el traspaso de poder más allá de la rivalidad política. Ese consenso se ha vuelto a quebrar este miércoles después de que Mazón, que quiere que los socialistas anticipen los plazos que permite el reglamento de las Cortes Valencianas para fijar el pleno de investidura, acusase a Puig de poner en riesgo la inversión. Según el barón popular, sería "muy lamentable" que, por "una supuesta filtración", Tesla estuviera "abandonando la idea de venir a la Comunidad" Valenciana. Y aprovechó para reclamar al Gobierno central y al Consell en funciones que "luchen para que se quede".

Las palabras de Mazón recibieron el reproche de la consellera en funciones de Política Territorial, Rebeca Torró, quien reveló interioridades de la reunión que mantuvieron Puig y Mazón. "En las diferentes reuniones mantenidas tras las elecciones del 28 de mayo, PP y PSPV acordamos no utilizar proyectos inversores con fines políticos. Mazón se ha saltado todas las líneas y no ha cumplido con su palabra una vez más", dijo Torró. La dirigente socialista desveló que el Puig propuso a Mazón el nombramiento de dos portavoces populares para continuar con las negociaciones ya iniciadas "y garantizar el éxito de los proyectos, y aún seguimos esperando respuesta". "El PP se ha desentendido de todo", asestó.