Es noticia
Cómo se monitoriza a los españoles en el trabajo (sin que la mayoría lo sepa)
  1. Empresas
'BOOM' DE LA 'PLATAFORMIZACIÓN'

Cómo se monitoriza a los españoles en el trabajo (sin que la mayoría lo sepa)

Un reciente trabajo publicado por investigadores de la Comisión Europea señala todas las formas que tienen las empresas de conocer los movimientos de sus empleados

Foto: Foto: Reuters/Maxim Shemetov.
Foto: Reuters/Maxim Shemetov.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Quizá no se haya dado cuenta, tal vez sí, pero es bastante probable que sus superiores estén monitorizando su trabajo de alguna manera. Lo más común es que sepan cuánto trabaja, pero esa monitorización puede adoptar otras formas. Por ejemplo, cuándo entra y cuándo sale. Tal vez esté siendo grabado por cámaras de circuito cerrado o una webcam, o lo que midan sea su uso del ordenador, de internet, sus llamadas o sus correos electrónicos. Incluso dónde se encuentra físicamente o dónde ha aparcado su vehículo.

Es una de las consecuencias de la creciente plataformización de los empleos, como señala una investigación recién publicada por el Joint Research Center de la Comisión Europea y realizada por el español Enrique Fernández-Macías, Maria Cesira Urzi Brancti, Annarosa Pesole y Sally Wright, que analiza cómo han impactado los últimos cambios tecnológicos en el trabajo de los europeos, a partir de los datos de la encuesta de trabajo de plataformas realizada por AMPWork.

En España se monitorizan más los 'e-mails' o las llamadas de teléfono que en Alemania

El trabajo muestra que se monitoriza el tiempo de trabajo de alrededor de la mitad de los encuestados: un 50% en Alemania por un 46% en España. En nuestro país, sigue utilizándose el sistema de fichaje de entrada y salida mucho más (39%) que en el norte de Europa (14%). Sin embargo, lo más interesante se encuentra en otros aspectos no tan comunes en los que las diferencias entre España y Alemania son mucho más acentuadas: en España se monitoriza más.

Es lo que ocurre con la vigilancia de las llamadas telefónicas o los correos electrónicos, algo que ocurre en un 10% de los casos (por un 4% en Alemania), o la vigilancia por cámaras (20% por 9%). No digamos ya en lo que se refiere a la monitorización del uso del ordenador, que se multiplica por seis en España (12% frente a 2%), o el uso de internet, por cuatro (12% frente a 3%). Las razones que arguyen los investigadores son dos: la distinta implementación de las leyes de protección de datos y la ley constitucional de la autodeterminación informativa, que otorga a los ciudadanos germanos el derecho a elegir en qué circunstancias exponen información sobre sí mismos y que no tiene equivalente en España.

Foto: Un hombre, con mascarilla, espera al autobús. (Reuters/Nacho Doce)

Paradójicamente, los trabajadores alemanes tienen mucha menos información de sus empresas sobre qué información se recoge de ellos, apenas un 5,4%. Aun así, la proporción de españoles que tienen clara la política de su empresa (un 15,3%) sigue siendo muy baja, como señalan los investigadores. “Cada vez se usan más dispositivos digitales en el trabajo, y esos dispositivos son capaces de recoger muchísima información sobre el trabajo y los trabajadores”, explica Fernández-Macías a El Confidencial. “Nuestra encuesta muestra que, efectivamente, hay ya un uso importante de esos dispositivos para fines de monitorización del trabajo, e incluso de manera incipiente para la toma de decisiones mediante algoritmos”.

La monitorización varía mucho según sectores. En la Administración pública y la industria tecnológica, es elevada tanto en la actividad online como de manera física. La salud o la industria del conocimiento monitorizan ante todo el desempeño. Como cabe esperar, la agricultura y la construcción son sectores donde apenas se produce esta clase de monitorización, por la simple razón de que es en los que menos herramientas digitales se emplean.

El algoritmo que no se ve

Otro de los temas analizados en la investigación es el uso de algoritmos para tomar decisiones de manera más o menos automatizada, sin presencia humana de mandos intermedios, en lo que se refiere a la asignación del trabajo, monitorización de procesos o evaluación de resultados. Aunque ya es ampliamente utilizado en empresas como Uber o ClickWorker (una plataforma que pone en contacto a empresas con freelancers), es cada vez más común en otros sectores.

Un 11% de los encuestados veía su rendimiento evaluado de forma pública

Lo más habitual es que los algoritmos se usen para asignar trabajo o repartir los turnos, como ocurre con casi el 20% de los trabajadores españoles (y tan solo un 10% de los alemanes). A un 16% de los empleados consultados se les asigna trabajo a través de dispositivos digitales, a un 7% le determinan su ritmo de trabajo y un 11% recibe instrucciones automatizadas. En España es mucho más común que en el norte de Europa que los algoritmos se utilicen para medir el rendimiento: un 11% de los trabajadores españoles es evaluado de forma pública, un 10% puede ver sus trabajos cancelados en función de ese rendimiento y un 8% recibe medallas por sus logros.

“El uso de plataformas digitales para gestionar el trabajo está aumentando también en sectores tradicionales (incluyendo la educación, la salud o la banca, entre muchos otros), lo que hace que se empiece a ver algunas formas incipientes de gestión algorítmica también en esos sectores”, explica Fernández-Macías. El autor recuerda que a menudo esta clase de gestión no es ni explícita ni intencional, sino el resultado del uso de otras herramientas, como ocurre con el software de gestión empresarial, de clientes o de logística.

placeholder La educación es uno de los sectores más monitorizados. (Reuters/Borja Suárez)
La educación es uno de los sectores más monitorizados. (Reuters/Borja Suárez)

Uno de los sectores donde más se han extendido los algoritmos es el de la educación. Puede parecer sorprendente, es uno de los efectos de la pandemia. “La crisis del covid supuso una aceleración importante de estas tendencias, porque durante los confinamientos se introdujeron aplicaciones para la educación remota que en muchos casos se han mantenido después”, explica el investigador. “Esas aplicaciones incorporan funciones de monitorización, planificación y gestión que constituyen formas de algorithmic management”. Allá donde haya una herramienta digital, como ocurre en tantas ocupaciones técnicas, puede haber un algoritmo tomando decisiones.

Los placeres de la autonomía

La brecha entre los trabajadores que no utilizan plataformas digitales y los que sí se está ampliando, recuerda el trabajo: mientras que un tercio de los trabajadores no los usa y tal vez nunca llegue a emplearlos, el resto que los emplean lo hace cada vez con mayor profundidad. Algo que depende del nivel de educación, porque tan solo un 9,5% de los encuestados con formación universitaria no utiliza estos sistemas, por un 62,3% de los que únicamente han terminado secundaria. Tan solo usan más tablets o teléfonos móviles los que tienen menor nivel educativo, como una forma de control físico: fíjese qué tienen entre manos la próxima vez que reciba el paquete de un mensajero en su hogar o dónde apunta la comanda un camarero.

"Reducir la autonomía del trabajador tiende a generar de nuevo estrés laboral"

Lo más llamativo es que aquellos que utilizan sistemas digitales en su trabajo forman parte de empresas mucho menos jerarquizadas, pero, a cambio, sufren niveles de estrés mucho más elevados. Aunque los datos de AMPWork muestran esta relación, no exponen las causas exactas, aunque el investigador sugiere algunas posibilidades con base en trabajos previos.

“Por un lado, las plataformas digitales proporcionan mecanismos bastante efectivos de monitorización y gestión laboral, que tienden a incrementar la intensidad del trabajo y el esfuerzo laboral, lo que tiende a estar asociado con un aumento del estrés en el trabajo”, explica. “Por otro lado, las plataformas tienden a estandarizar procesos e incrementar el control, reduciendo la autonomía del trabajador, lo que de nuevo tiende a generar estrés laboral”.

Una de las causas de este estrés es la monotonía, que se agrava cuando se realiza con “un alto grado de presión y control”. “Algunos de los tipos de trabajo más sujetos a monitorización digital y gestión algorítmica son precisamente trabajos relativamente monótonos y repetitivos, como por ejemplo tareas de logística o transporte, atención [remota] al cliente o tareas administrativas”, recuerda. El caso del repartidor, de nuevo.

placeholder El trabajo más 'plataformizado'. (Reuters/Albert Gea)
El trabajo más 'plataformizado'. (Reuters/Albert Gea)

Estos resultados muestran una gran paradoja que contradice las tendencias del trabajo del último siglo, que es que si bien los empleos creativos y de mayor formación habían estado sujetos a una menor monitorización que los de cadena de montaje, la implantación de los sistemas digitales ha provocado un mayor control también en los empleos de cuello azul. “De hecho, a veces se habla de taylorismo digital”, explica Fernández-Macías.

“El modelo taylorista se basaba en la descomposición del trabajo en tareas pequeñas y sencillas, con un alto grado de estandarización y centralización del control de los procesos”, concluye. “Este tipo de modelo se lleva aplicando desde hace un siglo en tareas manuales, sobre todo en la manufactura, pero era difícil de aplicar en tareas intelectuales o en general de servicios por su naturaleza intangible, difícil de cuantificar y estandarizar. Uno de los impactos de las herramientas digitales es precisamente que permiten descomponer, estandarizar y centralizar el control de las tareas intelectuales o de servicios, permitiendo reproducir algunos aspectos del modelo taylorista para trabajos más cualificados, y también para trabajos de cualificación baja o media en el sector servicios (como transporte, call centers o centros de logística)”.

Quizá no se haya dado cuenta, tal vez sí, pero es bastante probable que sus superiores estén monitorizando su trabajo de alguna manera. Lo más común es que sepan cuánto trabaja, pero esa monitorización puede adoptar otras formas. Por ejemplo, cuándo entra y cuándo sale. Tal vez esté siendo grabado por cámaras de circuito cerrado o una webcam, o lo que midan sea su uso del ordenador, de internet, sus llamadas o sus correos electrónicos. Incluso dónde se encuentra físicamente o dónde ha aparcado su vehículo.

Trabajo Empleo Tecnología
El redactor recomienda