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El bufete de los bonistas del Popular se reúne con los 'expropiados' de Credit Suisse
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Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan

El bufete de los bonistas del Popular se reúne con los 'expropiados' de Credit Suisse

La firma de abogados especializada en asuntos financieros complejos va a celebrar el miércoles una conferencia telefónica con los inversores

Foto: Foto: Reuters/Lam Yik.
Foto: Reuters/Lam Yik.

El bufete de abogados estadounidense Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, que defendió a varios grandes bonistas del Banco Popular cuando sus títulos fueron valorados en cero euros durante el proceso de venta a Banco Santander por 1 euro, ha olido sangre.

La firma de abogados especializada en asuntos financieros complejos va a celebrar el miércoles una conferencia telefónica con los inversores de Credit Suisse que ostentaban bonos convertibles contingentes (CoCos) con un valor nominal de 17.000 millones de euros, para determinar si emprende o no acciones legales.

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El valor de estos títulos ha quedado reducido a cero, como parte del plan tutelado y bendecido por las autoridades suizas, por el que el banco UBS ha absorbido a su archirrival Credit Suisse por cerca de 3.000 millones de euros.

La batalla legal de los bonistas del Popular ha tenido de momento escaso éxito. La vía de los recursos europeos ha chocado con las sentencias contrarias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que ha validado los procesos de resolución llevados a cabo por el Mecanismo Único de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE) y por la Junta Única de Resolución (JUR). En España siguen vivas la vía civil y penal, aunque sin resultados tangibles hasta la fecha.

Pero hay diferencias críticas entre la situación del Banco Popular y la de Credit Suisse son distintas. En el primer caso, los accionistas también vieron reducido a cero el valor de sus acciones. Los dueños de Credit Suisse, en cambio, recibirán su parte proporcional de la valoración del banco (los 3.000 millones de euros).

Foto: Logo de UBS. (Reuters/Denis Balibouse)

Esto genera un conflicto para una práctica considerada estándar en el mundo de las altas finanzas: cuando una entidad va a pique, los bonistas se sitúan jerárquicamente por encima de los accionistas a la hora de cobrar.

Los CoCos son un producto especialmente diseñado para perder su valor en momentos de turbulencias graves. Por eso se han emitido cerca de 250.000 millones de euros de estos bonos desde la pasada crisis financiera.

En condiciones normales se sitúan en un lugar intermedio entre los bonistas senior y los accionistas. A cambio de ese riesgo, reciben un tipo de interés muy superior al del bonista medio (el último CoCo emitido por Credit Suisse ofrecía un cupón del 9,75% anual), pero con la premisa de estar por encima del equity.

Foto: Logo de Credit Suisse junto al Parlamento de Suiza. (Reuters/Denis Balibouse)

Es precisamente por este orden de prelación incrustado en el ADN de los inversores, por lo que ha sorprendido tanto que los tenedores de estos bonos contingentes hayan perdido toda su inversión, sin que a los dueños del banco les haya ocurrido lo mismo.

De hecho, el miedo a una estampida de los inversores del mercado de CoCos, fundamental para la financiación y la solvencia de las entidades financieras, ha hecho que tanto el BCE como el Banco de Inglaterra hayan salido esta semana a la palestra. Ambos han asegurado a los coquistas de los bancos que recaen bajo su supervisión de que, en caso de quiebra de alguno, no se tocarán sus títulos antes de que los accionistas hayan perdido su inversión.

Los tenedores de esos 17.000 millones de euros en bonos se sienten literalmente robados y aseguran que el movimiento autorizado e impulsado por el regulador financiero suizo (FINMA) es claramente ilegal.

Los tenedores de esos 17.000 millones de euros en bonos se sienten literalmente robados

La batalla legal se anticipa larga. Una lectura sosegada de la letra pequeña del prospecto de los bonos de Credit Suisse indica que, en caso de considerarlo necesario, sí sería posible golpear el valor de los CoCos sin reducir a cero el de las acciones. Pero la situación es más compleja.

Algunos de los afectados argumentan que la decisión de los reguladores suizos para decidir vencedores y vencidos no se amparó en los términos establecidos en el prospecto, sino en los poderes que emanaron de la legislación que se aprobó por la vía de emergencia durante el fin de semana.

Esta forma de actuar ha levantado ampollas entre todas las partes afectadas, incluidos los accionistas de Credit Suisse. En una crónica de la intervención publicada por el diario Financial Times, se cita a uno de los tres principales accionistas de la entidad suiza cargando duramente contra las autoridades del país: “Os burláis de las dictaduras y luego cambiáis la ley durante el fin de semana. ¿Cuál es la diferencia entre Arabia Saudí y Suiza ahora?”.

El bufete de abogados estadounidense Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, que defendió a varios grandes bonistas del Banco Popular cuando sus títulos fueron valorados en cero euros durante el proceso de venta a Banco Santander por 1 euro, ha olido sangre.

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