Ford plantea un ajuste duro de empleo en la fábrica de Almussafes con 1.144 despidos

La dirección de Ford Europa ya ha puesto cifra al redimensionamiento de la factoría de Almussafes. La multinacional del automóvil comunicó este viernes a la comisión negociadora del Expediente de Regulación de Empleo que activó hace una semana que el ajuste de empleo afectará a 1.144 puestos de trabajo de los cerca de 5.800 que tiene la planta valenciana entre la cadena de ensamblaje de coches y la de motores. La razón del hachazo, que alcanza casi al 19% de la plantilla, está en la finalización este mes de abril de la producción de los modelos S-Max y Galaxy. Aunque Ford ha anunciado su intención de crear en Valencia una nueva plataforma eléctrica y asignar nuevos modelos eléctricos a partir de 2024, en la fábrica se da por hecho que la reducción de personal será estructural, por la menor necesidad de mano de obra que requiere la fabricación que vehículos que no son de combustión.

La noticia fue acogida con reservas por el sindicato mayoritario UGT, que arrasó en las últimas elecciones sindicales y controla el comité de empresas. En la representación de los trabajadores se sabe desde hace meses que iba a llegar el momento de acometer una negociación para extinguir empleos. La cuestión es en qué condiciones se hará. La factoría, de hecho, lleva meses aplicando expedientes temporales por los problemas de suministro de semiconductores. La empresa, no obstante, aseguró que "trabajará constructivamente con los sindicatos para reducir el impacto de esta situación en los empleados, sus familias y la comunidad local", se escribe en el comunicado difundido interna y externamente por la dirección.

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Víctor Romero. Valencia

"Se trata de un volumen de empleos más que considerable, lo que dificulta alcanzar un acuerdo que garantice la voluntariedad del 100% de las bajas a través de planes de acompañamiento hacia la jubilación y bajas incentivadas. Podemos decir que se inicia hoy una negociación más que complicada", señaló UGT Ford a través de su propio comunicado.

Según el sindicato, tener firmado el acuerdo por la electrificación "tiene que posibilitar que seamos capaces de alcanzar un acuerdo para acometer la salida de manera voluntaria. intentando aproximarse lo máximo posible a la cifra exigida. Para ello, la empresa deberá poner los recursos necesarios, sin escatimar el coste", insistieron. En esta línea, desde UGT advirtieron que Ford no puede pretender que, como el excedente es numeroso, abaratar las condiciones de los planes anteriores. "Lo que prcedería es lo contrario". Además, añadieron que una vez encontrada una solución a "esta complicada situación", deben abordarse "las inversiones que garanticen el futuro de los que quedaremos en la fábrica".

Ford todavía no ha hecho públicos los modelos eléctricos que asignará a Almussafes para los próximos años. La factoría se queda de momento con el Kuga y sigue ensamblando la furgoneta Transit, que tiene también caducidad próxima. Aunque no será el módelo para Valencia, sino para Colonia, Ford prevé presentar su siguiente modelo eléctrico global en el congreso internacional de baterías Eco Mobility Expo que se celebra en la capital valenciana del 21 al 23 de marzo.

Maroto y las ayudas públicas

Tras conocerse el alcance del ajuste de empleo, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, trasladó su "preocupación" por el ERE y advirtió de que las ayudas públicas del Gobierno para impulsar la transición eléctrica en el sector del automóvil "están condicionadas al mantenimiento del empleo", dijo en declaraciones recogidas por Europa Press tras una visita a la planta de Stellantis en Madrid. Maroto, en cualquier caso, tiene previsto abandonar el ministerio en las próximas semanas para hacer campaña como candidata del PSOE a la alcaldía de Madrid.

En ese sentido, en la primera convocatoria de ayudas del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC) Ford renunció a los 106,34 millones de euros que se habían asignado a su propuesta industrial debido a que los tiempos de inversión de la empresa eran incompatibles con los exigidos en el reparto de los fondos, según argumentó la compañía estadounidense.