Así se reparte el golpe de 1.200 M entre los bancos del Ibex que asesta el nuevo impuesto

Los bancos ya han estimado el impacto del nuevo gravamen temporal, previsto para este año y el próximo sobre el ejercicio previo. Hacienda estima que se recaudarán 3.000 millones, estimación que según los primeros cálculos será bastante cercana a la realidad porque, aunque la subida del euríbor incrementa la base de ingresos, esta se ha estrechado.

En concreto, sobre la base imponible quedan fuera ingresos que se generan desde los negocios de asset management (fondos de inversión y de pensiones) y seguros. Esto supone un mordisco importante a los ingresos por comisiones. De hecho, BBVA ha reducido la estimación en tres meses desde 250 millones hasta 225 millones por este motivo, según explicó esta semana el consejero delegado, Onur Genç.

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El banco presidido por Carlos Torres tiene la misma estimación de impacto que Banco Santander, que en este caso dio una horquilla de entre 220 millones y 230 millones. No obstante, como líder en negocio minorista en España, CaixaBank, precisamente participado por el Estado a través del FROB con un 16%, será el que más pague a Hacienda por este nuevo impuesto que grava el 4,86% de la suma de intereses y comisiones netas.

Según explicaron este viernes el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, el impacto estimado es de 400 millones. Por contextualizar, CaixaBank ha presentado un beneficio de 3.145 millones, con lo que sería equivalente a algo menos del 13% de las ganancias netas de 2022.

Aunque el impuesto se devenga sobre el ejercicio 2022, los bancos contabilizarán el golpe en los resultados de 2023. Las entidades realizarán dos pagos, uno en febrero y otro en septiembre, pero computarán todo el impacto en los resultados del primer trimestre.

Por detrás de los tres grandes bancos, Banco Sabadell ha indicado que el golpe será de 170 millones, muy por encima de Bankinter, que estima que tendrá que abonar a Hacienda en torno a 90 millones. Por su parte, Unicaja se prepara para una factura de 85 millones.

De este modo, el impacto total en la banca del Ibex alcanza los 1.195 millones. Hay otros bancos que también tendrán que abonar el impuesto, como son Ibercaja, Kutxabank y Cajamar. El tamaño de estos bancos no difiere demasiado de Bankinter o Unicaja en lo que se refiere a la base de ingresos, con lo que la recaudación del impuesto podría estar cerca de lo previsto por Hacienda pero por debajo. No obstante, como el euríbor ha subido especialmente en los últimos meses, se notará más en el resultado de 2023, por el que tendrían que tributar en 2024. Por ello, fuentes financieras dan por hecho que se alcanzarán los 3.000 millones en dos años.

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Los banqueros no han sido explícitos sobre qué harán en torno al impuesto. Todos se han remitido a decir que los servicios jurídicos de sus respectivos bancos están estudiando qué acciones tomar, aunque se da por hecho que habrá recursos por potencial inconstitucionalidad y por ser un gravamen que distorsiona la competencia, ya que no tienen que abonarlo todos los bancos.

Durante la semana, además, ha habido varias declaraciones agresivas contra la banca por parte de miembros importantes del Gobierno. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, aseguró que los beneficios mil millonarios publicados esta semana, mejorados con el alza del euríbor, justifican el impuesto. La vicepresidenta Yolanda Díaz aludió a la necesidad de topar las hipotecas a tipo variable, y la ministra Ione Belarra calificó las ganancias bancarias como "impúdicas".

Los bancos del Ibex han registrado beneficios de 21.000 millones, en gran parte por las ganancias en economías emergentes por parte de Santander y BBVA. Los bancos han tenido que realizar un doble lenguaje en el que destacan la mejoría de resultados y sacan pecho y, a la vez, moderan su euforia, recordando que el retorno sobre fondos propios (ROE) no alcanza el coste del capital (rentabilidad exigida por los inversores) en España. La presidenta del Santander, Ana Botín, también recordó que el beneficio actual está lejos del de 2008 si se ajusta este con la inflación.